sábado, 21 de enero de 2023

El análisis

El comunicador Erick Torrico define “géneros” como grupos de textos verbales que presentan rasgos comunes externos – y no de fondo en su contribución “significante” (vocales y consonantes que forman una palabra). La actividad periodística se divide en tres grandes géneros:

1. INFORMATIVO

Es el relato directo con la mayor carga de veracidad de los hechos. Los subgéneros que comprende son: La noticia, el suelto, la nota de redacción, el “cocinado”, la crónica, la entrevista y el reportaje.

2. OPININATIVO

Está basado en el juzgamiento de los acontecimientos noticiosos, en su valoración subjetiva. Los subgéneros son: el editorial, el artículo (ensayo), el comentario (que puede ser columna) y la crítica.

3. INTERPRETATIVO

Usa la información noticiosa para explicar determinada faceta de la realidad, con valoraciones, antecedentes y proyecciones. Contempla el reportaje, el ensayo, la noticia popular, el análisis y la interpretación como subgéneros.

En este trabajo se desarrollará sólo el análisis como subgénero de interpretación. Algunas definiciones del mismo a continuación.

I. DEFINICIONES

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española da el siguiente concepto al “análisis”: Distinción o separación de las partes de un todo/ Examen que se hace de una obra o un hecho. 

Por su parte, Concha Fagoaga refiriéndose al análisis de un suceso y al tratamiento de una noticia, señala: “... Si la finalidad del tratamiento de la información es relacionar ese hecho con otros que se han producido con simultaneidad o anteriormente y con algunos acontecimientos que se prevén – no relacionados entre sí por su estructura formal porque pueden haber sido codificados como mensajes aislados, típicamente descriptivos - ese tratamiento de la información produce una explicación, un análisis. La elaboración proporciona un relato que además de ser informativo contextualiza los hechos no sólo los describe, el enfoque redaccional está en la relación de antecedentes y contexto con unos hechos de actualidad con el objeto de explicar sus hechos y proporcionar una interpretación”. 

Erick Torrico basándose en la anterior explicación, dice: “que el análisis es una visión serena y comparada de un acontecimiento presente para hallar sus orígenes y vinculación mediante una retrospección y para proyectar sus efectos en un sector” y consiste en “desmenuzar una determinada situación informativa, separándola en sus elementos consecutivos para comprender su estructura, interrelacionarla con otros fenómenos precedentes o paralelos que permiten explicarla mejor y para trazar su probable futura evolución”. 

Más concreto y sencillo, Miguel Ángel Bastenier, subdirector de “El País” de España, indica: El análisis tiene como objetivo “explicar por qué pasan las cosas que pasan” en un estilo más libre de redacción. 

Alex Grijelmo., en su libro “El Estilo del Periodista”. señala: “El análisis se puede definir como el negativo fotográfico de la crónica” basándose en la siguiente distinción. 

En la crónica se mezcla información e interpretación pero con predominio de la información, en el análisis sucede al revés predomina la interpretación, y la información queda en segundo plano.

En la crónica, la información es la noticia, en el análisis la información es el antecedente o documentación.

En la crónica la interpretación debe formar parte de la  sintaxis informativa, en el análisis cabe perfectamente que la información forme parte de la frase interpretativa.

II. CARACTERÍSTICAS

La documentación viene a constituir también parte esencial del texto de análisis incluso la documentación o la información – debe acudir inmediatamente en socorro de cualquiera de las interpretaciones que hayamos escrito , y más si se trata de la que reflejemos en el primer párrafo. Cuando escribimos un análisis, cualquier visión subjetiva debe razonarse de inmediato. Se trata de decirle al lector: sobre este tema yo entreveo tales significados, y las razones son éstas.

Al contrario que un editorial, el análisis no tiene por qué establecer una interpretación unívoca de los hechos. Incluso el lector agradecerá que se planteen alternativas a las hipótesis principal, para que él tenga la oportunidad de identificarse con algunas de ellas por sí solo.

Para escribir un análisis se precisa competencia en la materia, experiencia en el tema de que se habla; en definitiva, antecedentes que tiene archivos en su memoria el propio periodista. También se puede acudir a los antecedentes de documentación, pero en ese caso el texto perderá viveza y se notará acartonado. El análisis debe nacer de la propia reflexión del autor, y ésta ha de sobrevenir antes de la iniciativa de escribir. No se puede adoptar la decisión de publicar un análisis sin haber qué es lo que vamos a decir.

Los servicios de documentación de los periódicos  y de las instituciones públicas y privadas también deben servirnos en este género.

Antes de empezar a escribir conviene – igual que en el reportaje – escoger un hilo conductor, una hipótesis que desarrollaremos y documentaremos a lo largo de texto. 

Así como el cronista puede caer, sin proponérselo, en el género contiguo que es el análisis, al analista le puede tentar, igualmente sin querer, el estilo cercano del editorial (el paso siguiente en los grados de opinión).Dice el profesor de Columbia, John Hohenberg (citado por Concha Fagoaga en su obra Periodismo Interpretativo) que mientras el redactor de mensajes interpretativos “evita recomendar lo que debería ser hecho acerca de algo”, el editorialista insta a la acción a los modos de actuar del receptor. 

Por tanto, el analista explica lo que alguien ha hecho  y razona el por qué; el editorialista dice qué debería hacerse o haberse hecho y -según que periódicos– ni siquiera tiene la obligación de razonarlo. El analista debe mostrarse desapasionado; el editorialista puede apasionarse tanto como el estilo de su periódico lo permita.

Globalmente, un análisis para ser tal, ha de satisfacer como mínimo estas cuatro exigencias:

- Poseer un conocimiento ordenado y veraz (racional) de las relaciones de poder existentes, a escala nacional e internacional en un momento histórico determinado.

- Haber identificado con precisión el centro, el eje de la problemática económico – social de la época y de la sociedad que son objeto de análisis.

- Tener claramente determinados a los protagonistas principales y secundarios del juego político, con sus cosmovisiones, sus metas, estrategias y la posición que en el momento del análisis ocupan en la correlación general de fuerzas.

- Haber caracterizado la coyuntura, analizada en sus orígenes, intensidad, objetivos y direccionalidad, tanto deseada como probable.

III. ANALISIS DE COYUNTURA

El análisis puede ser aplicado a cualquier tipo de actividad, pero suele ser utilizado con mayor frecuencia en los temas políticos y económicos. Estos pueden efectuarse en tres niveles distintos. 

a) Partidario.- Tiene el objeto de reglamentar constantemente la actividad de una agrupación política.

b) Académico.- Se expresa en un ejercicio reflexivo de carácter sociológico, económico y político.

c) Periodístico.- Se ocupa de elaborar exámenes de orientación para los públicos sobre las tendencias que pueden guiar los futuros acontecimientos

d) Políticos.- Pone en énfasis en los actores políticos y sociales más importantes de un momento determinado y traza las líneas de acción probable de esas fuerzas con respecto a un cierto objeto que se encuentre en disputa.

Para la realización de un análisis político periodístico (análisis de coyuntura) se debe seguir las siguientes etapas según Torrico. 

- Etapa de Explicación .- Etapa donde se describe, a partir de una sucesión racional de pasos y de una postura ideológica concreta, una determinada situación de lucha o la negociación política.

- Etapa de Evaluación.- Consiste en evaluar las modificaciones registradas en la correlación de fuerzas (los avances, la inamovilidad, los retrocesos y sus razones) y el comportamiento de los protagonistas de la confrontación o la alianza (sus expectativas, sus fundamentos, sus motivaciones, etc.)

- Etapa de prospección.- Consiste en establecer las probables acciones futuras de los actores políticos, los caminos viables para ello y los obstáculos previsibles. Esta etapa supone un trabajo de identificación de fines, medios, costos y beneficios.

IV. ELEMENTOS PARA REALIZAR UN ANALISIS DE COYUNTURA

Herbert José De Souza ofrece diferenciar algunas herramientas propias para hacer un análisis de coyuntura. Son categorías con las que se trabajó “pero en su conjunto podrían ser estudiadas como elementos de la representación de la vida o como un pieza de teatro” explica De Souza. 

- Acontecimientos

Se debe distinguir entre hecho y acontecimiento. Todos los días ocurren miles de hechos, pero sólo algunos de estos se consideran acontecimientos. Se convierten en acontecimientos aquellos hechos que adquieren en sentido especial para un país, una clase social, un grupo social o una persona. Por ejemplo: alguien se cae de un caballo y eso se constituye en un hecho banal pero si es la caída de un presidente, probablemente será  un acontecimiento.

Algunos hechos se constituye automáticamente en acontecimientos como las huelgas generales, elecciones, golpes militares, catástrofes, etc.

En el análisis de coyuntura lo importante es analizar los acontecimientos, distinguiéndolos primero de los hechos y luego distinguir entre ellos según su importancia. Ésta será relativa y dependerá siempre de la óptica de quien analiza la coyuntura.

El análisis de estos acontecimientos indicará ciertos sentidos y revelarán la percepción que una sociedad tiene de la realidad y de sí mismos.

Identificar los principales acontecimientos en un determinado tiempo es un paso fundamental para caracterizar y analizar una coyuntura.

- ESCENARIOS

Las acciones de la trama social o política se desarrollan en determinados espacios que se pueden considerar como escenarios.  Cada escenario influye en el desarrollo de un acontecimiento.

La capacidad de definir los escenarios donde se va a dar las luchas es un factor de gran importancia.  Por ejemplo cuando el gobierno consigue desviar la lucha de las plazas hacia los gabinetes ya está desviando las fuerzas en conflicto hacia un cambio donde su poder es mayor. De ahí la importancia de identificar los escenarios donde las luchas se desarrollan y las particularidades de los diferentes escenarios.

- ACTORES

El actor es el que representa, encarna a un personaje dentro de un argumento, de una trama de relaciones.  Un determinado individuo es un actor social cuando él representa algo para la sociedad (el grupo, la clase, el país), encarna una idea, una reivindicación, un proyecto, una promesa, una denuncia.

Pueden ser actores sociales también una clase social, una categoría social, un grupo, etc.  La idea de “actor” no se limita a personas o grupos sociales, sino las instituciones pueden ser actores sociales:  sindicatos, partidos políticos, periódicos, radios, emisoras de televisión, iglesias.

- RELACIÓN DE FUERZAS

Hay relación de fuerzas de las clases sociales, los grupos, los diferentes actores sociales y pueden ser de enfrentamiento, de coexistencia, de cooperación y estarán siempre revelando una relación de dominio, igualdad o subordinación.

Tener una clara visión de esa relación es decisivo para sacar consecuencias prácticas del análisis de coyuntura.  A veces esta relación se revela a través de indicadores incluso cuantitativos como en el caso de una elección; el número de votos indicará la relación de fuerza entre partidos.

La relación de fuerzas sufren cambios permanentes y por eso la política está tan llena de sorpresas.

- ARTICULACIÓN ENTRE “ESTRUCTURA” Y “COYUNTURA”

La estructura, simplificado por E. Torrico, se debe entender como “la totalidad social concreta que se va a estudiar y que está constituida en función de una lógica de producción, distribución de la riqueza, de apropiación, legitimación y administración del poder y sentidos colectivamente predominantes en relación a la realidad”. 

Por otro lado, la coyuntura es un lapso “recortado”, pero el analista a partir de dicho momento expresa una situación clímax del conflicto político que se desarrolla en un tiempo mayor.

Los acontecimientos, la acción desarrollada por los actores sociales que generan una situación (coyuntura) no se dan en el vacío.  Ellas tienen relación con la historia, el pasado, con relaciones sociales, económicas y políticas.

Por ejemplo: “una prolongada sequía puede marcar una coyuntura social grave, pero ella debe ser relacionada con la estructura agraria y urbana que interfiere en la forma como la sequía afectará a las poblaciones”. 

A esto, se llama articular la coyuntura (los datos, acontecimientos y actores) a la estructura.

Otro indicador que se debe tomar en cuenta al hacer un análisis es percibir el conjunto de fuerzas y problemas que están detrás de los acontecimientos y ver las señales de los nuevos fenómenos que comienzan a manifestarse.

Si se tiene la capacidad de percibir la lógica interna de una determinada política económica, será más fácil entender el sentido de los decretos.

Existen dos lecturas posibles de la coyuntura: 

- A partir de la situación o punto de vista del poder dominante (la lógica del poder).

- A partir de la situación o del punto de vista de los movimientos populares, de las clases subordinadas y de la oposición al poder dominante.

V. ESTRUCTURA DEL ANÁLISIS

1. TÍTULO: Una publicación de calidad y honradez debe distinguirse tipográficamente cuando presente a sus lectores un análisis.  En este caso se debe emplear la palabra “análisis”, escrita sobre el título y abajo o en la parte superior izquierdo el nombre del autor.

El título puede ir como un interrogante del problema a desentrañar.  Puede contener adjetivos que ayuden a la comprensión siempre que respondan a un criterio de interpretación.

2. AFIRMACIÓN GLOBAL: Es la presentación del tema o propuesta a desentrañar y demostrar.  Se la puede desarrollar en uno o dos párrafos.

3. CUERPO.- Es el desarrollo de la argumentación a detalle del tema propuesto.  También se encuentra la perspectiva de “a donde vamos” y el por qué de los sucesos.

4. CONCLUSIÓN.- El párrafo final debe imponerse con un cierre de fuerza, una propuesta para el futuro.

Miguel Angel Bastenier  en su libro Curso de Periodismo da algunos ejemplos de análisis y la estructura de los mismos, veamos a continuación:

EL “Análisis” publicado en El País, el 15 de marzo de 1998, firmado por Manuel Azcárate, es uno de los mejores análisis de política internacional, él colaboró con el periódico hasta muy pocas semanas antes de  su fallecimiento.

El formato de los análisis de Azcárate es claro y, dentro de la delimitación que aquí se hace, aunque eso no implique que sólo haya una forma de plantear el género. Bajo el título de:

¿Una nueva guerra balcánica? 

La estructura de este análisis es la siguiente:  una propuesta a desentrañar o demostrar el primer párrafo.

Las condiciones están servidas para que estalle un nuevo conflicto armado en el sur de los Balcanes.  Y la primera de ellas es el salvajismo y la crueldad de la policía, el cuerpo más cuidado del presidente Milosevic, que, para responder a algunos atentados de grupos radicales de Kosovo, ha arrasado a sangre y fuego varios pueblos, causando más de 200 muertos, con un alto porcentaje de niños y mujeres.

La propuesta está expresada en su totalidad en la primera frase:

Las condiciones están servidas para que estalle un nuevo conflicto armado en el sur de los Balcanes.

En tanto que, el resto del párrafo enumera esas condiciones.  El autor establece de salida un punto de vista sobre  un material informativo ya conocido, de forma que el enunciado de hechos se limita a lo necesario para que haya una percha, como se dice en la jerga profesional, relacionada con la actualidad, aunque esto último no es imprescindible, ya que se puede hacer un análisis de sucesos alejados en el tiempo insuficientemente esclarecidos. Pero, lo que tiene que hacer ahora el autor es justificar esa declaración.

En el texto, que tiene ocho párrafos, 125 líneas – extensión también estándar en un periódico de este formato – y unas 700 palabras, el autor dedica los párrafos segundo, tercero y cuarto, al desarrollo argumentativo de por qué Kosovo, cómo en Kosovo, y quién en Kosovo, o sea, la geopolítica, las circunstancias sobre el terreno y el carácter de los protagonistas.  El párrafo quinto, en cambio, abre un haz de perspectivas a partir de la situación interpretada:

Ahora se abren dos caminos si predomina la guerra, si Milosevic sigue aplicando sus métodos, hay que esperar una extensión del  conflicto.  Kosovo tiene frontera con Albania; de momento, se han concentrado tropas en esa frontera, pero entrarían en Kosovo, si las barbaridades contra sus habitantes se agravan. (..)  Una crisis en Macedonia podría provocar el desmantelamiento de país, ya que muchos de su vecinos – Bulgaria, Grecia, Turquía – tiene reivindicaciones territoriales (...).

O, lo que es lo mismo, la relación de lo que puede pasar si se mantiene o agrava la situación entonces reinante.  El siguiente párrafo es de conclusión:  efectivamente, dice, hay una amenaza de guerra en la zona, lo que el autor considera ya suficientemente demostrado, y  a lo que adjunta en ese mismo sexto párrafo, más el séptimo penúltimo las posibles soluciones al problema. Esta última parte constituye el bloque que cabría llamar de perspectiva, de lo que puede ocurrir:

Pero hay dos problemas que revisten una urgencia inmediata:  Que Serbia cese en su represión y retire su policía:  que Milosevic acepte la comisión de conciliación que encabeza  Felipe Gonzáles (..).

En el párrafo final se impone un cierre climático, una conclusión de fuerza, una propuesta para el futuro.

Por eso, imponer a Serbia que acepte la comisión de Felipe Gonzáles se convierte en un problema primordial.

La estructura es, por tanto:

1) Propuesta.

2) Argumentación.

3) Perspectiva.

4) Solución (si ha lugar).

5) Cierre, que puede ser un pronóstico del hecho analizado.

En el texto, aunque se califica de manera abrupta a personajes como Milosevic y a su política represiva – lo que es un lugar común tratándose del ex presidente yugoslavo – no hay toma de posición, entendida ésta como preferencia moral o política en lo que se refiere a la disección de los problemas. Se trata sólo de comprender lo que pasa, prever consecuencias, contramedidas y dibujar un panorama de la inminencia.

VI. EJERCICIOS

El quiera prepararse para realizar un análisis de coyuntura se le recomienda estar bien informado sobre hechos de interés nacional e internacional. Para ello debe de igual manera centrar su atención en los “análisis” realizados por otros autores y luego, rescatar las diferentes estructuras que se utilizan en la redacción.

Todo esto ayudará a tener un criterio personal e innovador, logrando el periodista un estilo propio. A continuación un ejercicio de cómo estudiar y cualificar un “análisis”. Veamos:

Relativamente diferente como modelo; pero, igual de válido, es el de Javier Pradera, ésta vez en el análisis de los asuntos nacionales.

En el análisis aparecido el 24 de diciembre de 1995, título “Solución y problema”, sólo cinco párrafos, 145 líneas, algo más de 800 palabras, el analista, en un párrafo inicial en l que cubre varios frentes, se plantea la propuesta casi como un interrogante, amén de pegarse mucho más que  los ejemplos anteriores al terreno inmediato de los acontecimientos.

El comité Federal del PSOE  oficializó anteayer la designación de Felipe Gonzáles como candidato a la presidencia del Gobierno (...). La discusión previa a ese nombramiento originó un extraño intercambio de papeles:  mientras Felipe Gonzáles se resistía (...), la Ejecutiva del PSOE y una amplia mayoría de su Comité Federal le empujaban a hacerlo con el argumento de que su liderazgo constituye la solución para las cuitas  electorales socialistas.

La propuesta consiste en desentrañar por que se ha producido esa inversión de roles, planteado todo ello sobre una documentación mucho más copioso de lo inmediato.

La argumentación se extiende por los párrafos siguientes con un detalle mucho mayor que en el caso de Azcárate, enseguida veremos por qué, quedando para el último bloque informativo la prospectiva – perspectiva del a dónde – vamos.

En 1994, Felipe Gonzáles se negó a presentar la dimisión como forma de asumir las responsabilidades políticas nacidas de los escándalos protagonistas por altos cargos de su gobierno (...) su posterior decisión de aceptar la candidatura crea el peligro de que los socialistas se sientan tentados a buscar en las acusaciones (...) lanzadas contra el Gobierno durante estos últimos años: en tal caso la solución del problema de hoy crearía  mucho mas graves el día de mañana.

Pese a la trascendencia política de lo reseñado, el tono es descriptivo, valorando aciertos o errores políticos en su propio terreno, y las consecuencias, en cada caso, de una u otra actitud. El tono es, globalmente, el del observador que subraya los problemas. Incluso cuando la última columna dice:

Si Felipe Gonzáles hubiese perseverado en su elogiable gesto inicial de no encabezar la lista (...)

.”Elogiable” es más un recurso retórico que un “elogio” en sí  mismo.

REFERENCIAS

1. Torrico Villanueva, Erick. Periodismo/ apuntes  teóricos – técnicos. Andina, 1 er ed. La Paz.

2. Diccionario Everst. Lengua Española. Editorial Everest Leon – España . 1979.

3. Fagoaga Concha. Periodismo Interpretativo. Ed. Mitre. Baa, España. 1982.

4. Torrico, Erick. Op. Cit.

5. Bastenier, Miguel Ángel. El Blanco Móvil curso de periodismo. Ed. El País. España. 1992

6. Grijelmo Alex. El Estilo del Periodista. Santillana. España. 1998.

7. Torrico Villanueva, Erick. La Comunicación desde la democracia. La Paz. 1995.

8. Torrico. Periodismo. Op. Cit.

9. De Souza, Herbert Jose. Cómo hacer un Análisis de Coyuntura. CODECAL 2° Edición Santa Fé de Bogota D.C.

10. Torrico. La Comunicación desde la democracia Op. Cit.                        

TORRICO VILLANUEVA, ERICK.Periodismo/ Apuntes Teórico- Técnicos. Andina 1er. Edición . La Paz.

Diccionario Everest. Lengua Española. Ed. Everest León- España.1979.

Fagoaga, Concha. Periodismo Interpretativo. Ed. Mitre. Barcelona- España. 1992

Bastenier, Miguel Angel. El Blanco Móvil. Curso de Periodismo. Ed. El País. España. 1992.

Grijelmo, Alex. El Estilo del Periodista. Santillana. España. 1998.

Torrico, Erick. La Comunicación desde de la Democracia. La Paz. 1995.

De Souza, Herbert José. Cómo hacer un análisis de Coyuntura. CODECAL. Santa Fe de Bogotá D. C.

jueves, 23 de junio de 2022

La entrevista en televisión

En la entrevista televisada no redactamos, pero al sonido que caracteriza la entrevista radial incorporamos la imagen animada que distingue al cine.

Las desventajas de esta forma periodística, en la televisión con respecto a la entrevista para diario, son las mismas que en la entrevista radial: limitación por el tiempo y el espacio, pocas posibilidades de síntesis, riesgo de deformación de los datos e ideas. 

Las ventajas –simultaneidad, fuerza  expresiva, efectos de sonido- sin embargo, aumentan con la incorporación de un factor de extraordinario valor que proporciona una nueva dimensión a la información: la imagen animada.

Los principios y criterios para la realización de la entrevista más o menos comunes en radio, diario y revista hasta el momento en que ella se efectúa, no pasan en televisión de las recomendaciones para la etapa preliminar. 

A partir de este momento afloran las peculiaridades de la entrevista televisada, que puede ser en cámara –realizada en un estudio en simultaneidad con la transmisión- o grabada. 

La indispensable participación del productor y el camarógrafo plantean al periodista la necesidad de dominar estos aspectos técnicos de la televisión en lo que respecta a los elementos de la función informativa.

El periodista entrevistador y el productor deben acordar el empleo de gráficos apropiados que serán tomados con la cámara mientras hable el entrevistado. 

También pueden determinar la utilización de una película con imágenes que puedan respaldar los temas tratados en la entrevista, lo cual es de mucha eficacia expresiva. 

Esta película sustituye por unos instantes la toma del entrevistado y alivia la monotonía de su imagen y contribuye a darle agilidad al programa. La entrevista filmada ofrece mayores posibilidades en lo que concierne a labor de creación. 

Esta se hace con una cámara que graba al mismo tiempo la imagen y el sonido. 

La entrevista en radio

La entrevista es un diálogo basado en preguntas y respuestas. El propósito es lograr información. La entrevista es generalmente individual; se entrevista a una persona. Pero también puede ser colectiva; se entrevista simultáneamente a dos personas o, incluso, a un grupo.

Por lo común, la entrevista es grabada antes de ser emitida; sin embargo, están también las entrevistas que se emiten en el momento en que tienen lugar, es decir, en directo. 

Cuando es grabada, la entrevista puede ser editada. Se llama “edición” a la selección de los pasajes mas relevantes.

El mayor valor de la entrevista reside en su fuerza testimonial. Es mayor el peso de las declaraciones o conceptos, en la misma voz  del protagonista o del experto. Podría decirse que la entrevista tiene en radio un valor semejante al que tiene la fotografía en un medio impreso: es la ilustración viva, el documento.

Técnica de la entrevista en radio

Se requiere un entrevistador que sea capaz y un entrevistado que sea didáctico, claro, dúctil. Se precisa de alguien que sepa preguntar y alguien que sepa responder.

Es por ello necesario elegir bien al entrevistado; preguntarse por qué se quiere que los oyentes lo escuchen y lo atiendan. Si es sólo por tratarse de alguien popular o famoso, no es razón suficiente. Si tiene algo interesante que aportar, entonces sí vale la pena.

Para que la entrevista resulte acertada, oportuna, informativa y clara, es preciso tomar en cuenta las siguientes condiciones:

- Prepararse previamente. Documentarse, investigar, averiguar antecedentes, estadísticas, opiniones anexas y complementarias, etc.

- Tener claros el tema y el objetivo. ¿Para que es la entrevista? En vez de saltar de un tema a otro y tocar superficialmente y en desorden algunas cuestiones, es mejor concentrarse en un solo tema, o en pocos aspectos centrales.

- Preparar al entrevistado. Una entrevista totalmente improvisada esta condenada al fracaso. El resultado puede ser un diálogo frondoso, inconexo, impreciso y disperso. Es por ello adecuado hacer saber al entrevistado los temas que se abordaran y los datos que se requieren, para que se prepare adecuadamente.

- No ensayar la entrevista. Preparar la entrevista con el entrevistado no significa ensayar con él. Hay que cuidar la espontaneidad.

- Ponerse en el nivel del oyente medio. Gert Wolfi firma que en toda entrevista hay, no dos participantes, sino tres: el entrevistador, el entrevistado y ... el oyente. Y éste es el más importante de los tres, porque la entrevista se hace para él. En cierta forma, el entrevistador “es la boca del oyente”.

- Establecer un ambiente distinto. Hacer que el entrevistado se sienta cómodo, a gusto, distendido. Es recomendable colocar la grabadora o el micrófono mucho antes, de modo que se vaya habituando. El entrevistado es un ser humano, no una máquina de dar respuestas.

- Presentar al entrevistado. Es importante decir quién es, qué antecedentes lo acreditan como autorizado para hablar del tema.

- Tono coloquial. Desarrollar una conversación amigable, natural.

- Tener fluidez y correlación en las preguntas. Evitar la discontinuidad, los “baches”, los saltos y las desconexiones. El cuestionario sirve como guía y esquema, pero hay que saber modificar el enunciado de las preguntas, de modo que cada nueva pregunta aparezca como suscitada o sugerida por la respuesta anterior.

- Interrumpir justificadamente. No cortarle a cada momento. Es mejor interrumpir cuando se precise una aclaración, o cuando el entrevistado esta dando rodeos, o abundando en detalles técnicos.

- Mantener el dominio de la entrevista. Llevar el timón en todo momento.

- No hacer preguntas dirigidas. Evitar las preguntas que ya tienen respuesta. No hacer afirmaciones disfrazadas de preguntas. Este tipo de preguntas sólo deben ser formuladas cuando el entrevistado se pone nervioso, se desvía del tema o tarda en ir al grano.

- Ser sobrio. No hay peor entrevistador que aquel que se siente estrella de la entrevista. Su función debe ser preguntar brevemente, dejar hablar al entrevistado, saber escucharle, para poder aclarar, resumir, subrayar.

- El trato al entrevistado. Con amabilidad y respeto. No someterlo a juicio, al ridículo o a la humillación. Sin embargo, tampoco se trata de ser complaciente con el entrevistado, hasta llegar a la obsecuencia.

- Preguntas cortas. La construcción de la interrogante debe denotar claridad, concisión, sin confusiones ni ambigüedades.

- Una pregunta por vez. Importante en radio por la fugacidad del medio.

- No hacer preguntas muy amplias y generales.

- Escuchar atentamente. Cuidar de que no se escape algún detalle que podría ser importante y revelador, o sorprendente.

- Procurar ejemplos, ya que dicen más al oyente y son más gráficos que las conceptualizaciones abstractas. Hay que sugerir anécdotas. Es mejor evitar las cifras, a menos que sean pocas y estén redondeadas.

- Resumir y subrayar. Facilitar la comprensión del oyente recapitulando brevemente lo que acaba de decir el entrevistado.

- Repetir la grabación sólo en caso extremo. Siempre ocurren errores, confusiones y malos entendidos. Sin embargo, cuando la entrevista es grabada y editada, se debe repetir sólo cuando surja la posibilidad de que la respuesta afecte a la dignidad de las personas, o provoque, sin justificación, problemas de difícil reparación.

- Medir el tiempo de grabación. De modo que se incluya:

Lo básico, lo importante, lo central del tema.

La reiteración y la explicación.

Lo anecdótico, lo gráfico.

Lo humano, la personalidad del entrevistado.

Si se necesita 5 minutos de entrevista, grabemos 8, pero no 30.

- Pensar en el oyente. Al momento de formular las preguntas. Imaginar que es lo que al oyente le interesa saber, cuál es su relación con los conceptos e información que vierte el entrevistado.

- Evitar ser uno de estos malos entrevistadores: El nervioso, que contagia su nerviosismo; el estrella, que resalta su “ombliguismo”, o utiliza demasiado frecuentemente términos como “yo”, “me”, “mi”, “conmigo”; el sordo, que atiende otros asuntos mientras su entrevistado esta hablando; el enredado, que casi siempre formula preguntas intrincadas; el culto, que se las da de sabe-lo-todo; el manipulador, que quiere hacer responder al entrevistado lo que él desea escuchar.

- Dejar un saldo. La entrevista tiene que haber servido para algo, dejar algo en el oyente: una información, un concepto, un conocimiento: Y una nueva inquietud: algo nuevo en lo cual seguir pensando.

Cómo redactar una entrevista periodística, algunos ejemplos

Para redactar una entrevista periodística Fraser Bond aconseja seguir el método convencional de la pirámide invertida. Se escribe la entrada en la que se resume los principales datos que ha obtenido y, por supuesto, incluye lo sobresaliente. En los párrafos que siguen se ocupan de los detalles menos importantes en orden descendiente. 

En lo posible evitar las preguntas efectuadas en la oportunidad, de tal modo que la respuesta dé a entender cuál fue la pregunta. 

Además, el reportero que quiera producir una buena entrevista necesita recurrir a facultades de observación y de descripción. Debe en lo posible inyectarle más vida. 

Para ello debe describir la conducta natural de su entrevistado, al hacer tal cosa rompe la rigidez de la fórmula de preguntas y respuestas.

Por su parte,  Juan Gargurevich señala algunas formas usuales de redacción:

En la entrevista de actualidad, existen tres posibilidades.

a) “Lead” conteniendo un resumen global de las afirmaciones del entrevistado, para luego seguir con citas directas;

b)  “Lead” de cita directa, es decir, abriendo la redacción con comillas, colocando la frase más importante de la conversación, cerrando el párrafo con comillas;

c) “Lead” de cita parcial, entrecomillando una frase solamente.

Título e ilustración

Alex Grijelmo, con relación a este tema, dice que la conversación con un personaje debe quedar encabezada por una frase que éste haya pronunciado. 

Eso suele generar problemas, puesto que se necesita una oración breve que además incluya la principal idea de la entrevista o que, al menos, tenga relevancia. En esos casos, podemos aceptar la licencia de resumir o condensar esa idea en pocas palabras, siempre que ello no suponga ninguna alteración de contenido.

Un vicio que el entrevistador debe desechar de inmediato viene por la tendencia de titular las entrevistas con una negación (tampoco aconsejable en los títulos de noticias).

En cuanto a las ilustraciones que pueden acompañar a la entrevista, en lo posible se debe contar con una fotografía actual del entrevistado, para dar una idea aún más completa al lector sobre el personaje. Sólo se debe recurrir a foto de archivo (pasada) en caso de no haber previsto durante de la entrevista. 

En ciertos casos se puede incluir caricaturas, sobre todo tratándose de personajes vinculados al arte y la cultura, aunque no se descarta su utilización con personas vinculadas a la política. 

Algunos ejemplos 

Una revisión a la producción bibliográfica de ciertos autores nacionales y extranjeros,  permite dar una idea de las diferentes técnicas que pueden ser utilizadas, ya que se cuenta con testimonios, donde se deja intacto el cuestionario como las respuestas, asimismo, a partir de una entrevista formal, en cierta ocasión derivó en una acalorada discusión, como lo resumimos a continuación: 

1. Entrevista del Periodista Carlos Soria Galvarro durante el viaje de expulsión del criminal nazi  Klaus Barbie conocido como Klaus Altman (4 Febrero 1983). Trayecto de La Paz a Cayena (prisiones de San Pedro a  Montluc) . En este libro, si bien se conservan intactas las preguntas y respuestas, se incluye para contextualizar documentos y datos que enriquecen la entrevista.

2. Entrevista televisiva de Carlos D. Mesa Gistert al Ministro de Informaciones Mario Rueda Peña. Programa No. 174 “DE CERCA”. Derivó en una acalorada discusión de repercusiones insospechadas.


 

3. Entrevistas del Periodista Ricardo Sanjinez Avila a: Hugo Banzer Suárez,  Jaime Paz Zamora, Oscar Eid Franco, Carlos Palenque, Augusto Céspedes, Paulovich y otros. 

4. Entrevistas del Periodista Carlos Soria Galvarro a varios de los presos políticos que fugaron de la isla de Coati en noviembre de 1972 . Son testimonios vívidos que reciben un tratamiento especial en su redacción.


6. Entrevistas del Periodista Carlos Soria Galvarro a Vasco Goncalves, Juan Lechín Oquendo, Alfredo Ovando, Guillermo Francovich, Guerrillero Paco, Klaus Barbie y cuatro periodistas responsables de la publicación del Semanario “Prensa” .

7. Gabriel García Márquez nos descubre en sus conversaciones con Plinio Apuleyo Mendoza –amigo desde la juventud- lo que piensa de la literatura, la fama, la política, el poder, las mujeres... nos habla de su amistad con Fidel Castro, Torrijos y Mitterrand y de su compromiso en la defensa de los derechos humanos .

8. Entrevista realizada por Gianni Miná a Fidel Castro  durante quince horas continuas el 28 de junio de 1987. Fue filmada por un equipo de la televisión italiana y llevada a libro con ciertas modificaciones en el orden de tratamiento de algunos temas.

9. Entrevistas realizadas por Oriana Fallaci a: Indira Gandhi, Mohamed Reza Pahlevi, William Colby, como muestra de la profundidad y fuerza que esta periodista italiana imprime a todas y cada una de sus entrevistas.

10. Entrevistas de notables periodistas a Karl Marx, Theodore Roosevelt, Oscar Wilde, Leon Tolstoi, Thomas Edison, Guglielmo Marconi, Sigmund Freud, Adolfo Hitler, Benito Mussolini, J. Stalin, Ernest Hemingway, John Lennon, Margaret Thatcher y otros .  Material muy valioso y que cubre el pensamiento de grandes personalidades desde mediados el siglo XIX hasta finales del siglo XX.

La técnica de la entrevista

Hay reglas comunes a todos los estilos y pasos que el periodista debe seguir obligatoriamente para obtener un resultado final en forma de entrevista. 

Este proceso está compuesto por ciertos escalones. Al imaginar una entrevista o recibir o dar el encargo de entrevistar a un personaje, el pensamiento dominante será siempre que deberá “ser de actualidad”.

- Actualidad es todo aquello que tiene vigencia e interés general durante un determinado periodo de tiempo; y

- Situación de un acontecimiento de interés general, que acapara la atención de las personas y sectores de la sociedad interesados por su novedad.

La entrevista de actualidad, en cambio, con todas sus variantes, es necesaria como técnica para brindar información de altos valores de actualidad y como un paso mas delante de la Nota informativa común.

Fue la experiencia, probablemente, la que hizo ingresar la entrevista de respuestas textuales (entrecomilladas), al terreno puramente informativo y especialmente en el campo político. 

Generalmente, los políticos se esmeran en ser muy precisos en sus declaraciones y exigen fidelidad de transcripción al periodista, para evitar interpretaciones a base de errores en las citas. 

Se da ya el caso de personajes que dictan pausadamente sus declaraciones, e incluso, reclaman que se las repitan para estar seguros de haber sido bien comprendidos.

En la entrevista la actualidad (sean encuestas, conferencia de prensa, de opinión, etc.) se interroga con fines precisos, en tono de búsqueda de respuestas con valor noticioso y sobre temas directamente relacionados con sucesos muy recientes.


Preparación de la entrevista


Elmo Scott –citado por Beltrao- tiene instrucciones precisas sobre la fase de preparación de la entrevista:

- Infórmese, en tanto cuanto sea posible, de la profesión, intereses, deportes, etc. de la persona entrevistada.

- Estudie sus retratos.

- Esté seguro de que el asunto de la entrevista le es conocido.

- Manténgase en el campo de interés del entrevistado.

Escoja anticipadamente la hora y el local para la entrevista, dando a su interlocutor la oportunidad de prepararse.

La persona que va a ser entrevistada


Las personas prominentes son las que por lo general son mayormente entrevistadas. Atraen la atención del público, a través de sus actividades en el ramo en que descuellan, ya sea por su manera de escribir, de hablar, de pintar, por su sagacidad política, por sus dotes ejecutivas, o por cualquier otro motivo. 

Muchas veces la simple mención de su nombre atrae al lector. Este se encuentra predispuesto a interesarse en lo que esas personas prominentes digan, aun antes de leer la entrevista.

Los personajes conocen el valor de la publicidad. Generalmente colaboran con el reportero. Saben muy bien qué es lo que el público desea leer.

Existen también los particulares que no están acostumbrados a la notoriedad en ninguna forma y quienes, a causa de que han hecho  algo interesante, o llevado a una vida poco común, se prestan a excelentes entrevistas. Existen también personas que no desean ser entrevistadas, entonces el reportero debe ingeniárselas para lograr esa entrevista siempre y cuando sea necesaria.

Con frecuencia las entrevistas buenas no nacen de notas escritas apresuradamente, sino de impresiones profundas, conservadas en la mente.

El Instituto de Relaciones Públicas y Comunicación (IRCOM) aconseja una serie de procedimientos sobre este tema:


a) La preparación de la entrevista:

- Reúnase con los periodistas antes de la entrevista, a ser posible, en “terreno neutral”.

- Delimite el tema y las orientaciones generales, eventualmente las preguntas planteadas.

- Pregunte de cuanto tiempo dispone y adapte consecuentemente la duración de su mensaje.

- Infórmese sobre el público al que se dirige.

- Prepare, por escrito, algunas frases clave, algunos mensajes esenciales que le interese transmitir, algunos ejemplos significativos.


b) El desarrollo de la entrevista:


- Llegue con antelación, a fin de familiarizarse con los lugares.

- No dude en pedir un vaso de agua (el nerviosismo, muchas veces, seca la garganta).

- Haga pruebas de voz (ajuste el micro).

- No pierda de vista su objetivo: aparte de los periodistas, tiene que informar y convencer a los oyentes o a los telespectadores. Por tanto, deberá escuchar las preguntas y responder a ellas con precisión y no dudar en centrar de nuevo el debate si se desvía.

- Hable pausada, lentamente (100 a 200 palabras/minuto) y asiente su voz.

- Juegue con la elocución y el volumen para resaltar las frases clave. 

- Póngase a la altura de su público y utilice un vocabulario simple incorporando algunas palabras de especialidad. Éstas harán su discurso mas creíble ante los telespectadores y oyentes.

- Utilice ejemplos e imágenes para ilustrar sus propuestas.


Digna representante de “la entrevista”


En criterio personal, contamos con una digna representante de la entrevista alguien que se dio a conocer por los años 60 y 70, la periodista italiana Oriana Fallaci fue quien realizó varias entrevistas consideradas “históricas”, (“Entrevista con la Historia”) ya que pudo acceder a personajes muy conocidos y que aportaron en el acontecer político-social y económico mundial.

Podemos citar como ejemplo a Indira Gandhi, Mohamed Reza Pahlevi, William Colby, Sammy Davis Jr. y otros. Puso de moda, además, la entrevista provocadora, que descuartizaba prácticamente al entrevistado y en el cual el periodista era tan protagonista como su interlocutor, rompiendo el principio de mantener perfil bajo y distancia. 

La excesiva familiaridad, la agresividad extrema o el uso presuntuoso de la ironía pueden dar lugar a que se rompa la distancia entre entrevistado y entrevistador, y a que uno de los dos cruce la línea invisible que los separa.

Cómo preparar una entrevista periodística

Sobre el entrevistador

Fraser Bond  se refiere al reportero o entrevistador y los preparativos que debe tomar en cuenta. El reportero personifica el derecho del público a conocer determinadas cosas. A veces cree que representa el derecho del público a conocer todo, pero hay ocasiones en que "todo" no concierne al público. 

Sin embargo, el reportero ocupa una posición bastante ventajosa y no necesita padecer del complejo de inferioridad. Sus preparativos para la entrevista consisten en presentarse aseado y correctamente vestido. Si, además, está bien preparado mentalmente, se sentirá competente y confiado.

Generalmente, el entrevistado es un personaje importante. Se espera que el reportero conozca el tema que vaya a tratarse, de suerte que pueda hacer preguntas inteligentes. El reportero debe obtener antecedentes que le ayuden en su conversación y tenga fluidez en formular su cuestionario.

Erick Torrico también se refiere a este tema y resume en cuatro fases principales: preparación, realización, evaluación y formalización.

La preparación  comprende los siguientes pasos:

- La actualización del periodista entrevistador sobre hechos y personas que tratará, debe hacer una revisión documental de todo lo que tenga que ver con su tema.

- La elección de un tema en función de su actualidad y de su repercusión social.

- La recopilación de información sobre el tema elegido de modo que el entrevistador disponga de un back ground lo suficientemente amplio como para que esté en condición de abordarlo globalmente.

- La elección del o los entrevistados que responderá a su especialización o competencia en el tema escogido.

- La recopilación de información sobre el o los entrevistados, para tener un contexto.

- La elaboración de un cuestionario básico que se caracterice por abarcar los aspectos principales del tema elegido, pero también por su brevedad y su flexibilidad.

La segunda fase,  de realización implica a su vez que el entrevistador:

- Concerte la cita con el o los entrevistados con la suficiente antelación.

- Se cerciore de que tiene todo el material que necesita ya preparado: el cuestionario, una libreta, una grabadora, bolígrafos, etc.

- Converse inicialmente, de cualquier otro tema – como  el clima, la familia, el costo de vida, etc. – para “calentar” el ambiente del diálogo de fondo.

- Desarrolle el tema mediante una escueta introducción que refleja la importancia del mismo y sirva de ambientación tanto para el entrevistado como para el público. El entrevistador debe atraer la atención hacia el tema.

- Las preguntas deben ser precisas, directas y abiertas para que puedan ser respondidas con amplitud por el entrevistado y no así con un “Si” o “No”.

- Evite los asentimientos mímicos  o verbales. Profundice cuando sea pertinente. El entrevistador nunca debe someterse rígidamente a un “cuestionario de hierro”, inamovible.

- Cierre la entrevista. Jamás debe intentar resumir lo expuesto por el entrevistado, ya que sin desearlo, introduce elementos de distorsión, el entrevistado querrá efectuar ciertas aclaraciones y el dialogo podrá desembocar en un fracaso.

- Agradezca al o los entrevistados, concerte de ser posible o conveniente un posterior contacto y se despide cordialmente.

La evaluación, fase en la que el entrevistador:

- Debe comprender el todo de la información que obtuvo: Qué le dijo al entrevistado y cómo se lo dijo.

- Debe precisar los detalles conseguidos: determinar el QUÉ principal y jerarquizar los QUÉ secundarios.

- Debe profundizar el análisis: qué no dijo el entrevistado y qué razones tuvo para decir lo que dijo o para callar lo que no dijo.

Por último, se tiene la formalización que consiste en la redacción de la entrevista, para lo cual el periodista deberá seleccionar los datos más relevantes obtenidos y organizarlos.

La redacción puede  hacerse de dos maneras: 

- En forma dialogada con preguntas y respuestas transcritas (se necesita hacer una “introducción” y un “cierre”) o
 
- Intercalando citas textuales o indirectas de lo expuesto por el entrevistado en un texto libre de elaboración propia.

Un autor anónimo nos sugiere ciertas técnicas para entrevistar, con el objetivo de que se lleve a cabo con éxito y con profundidad.

1. Investigue al personaje

- Haga preguntas sobre la persona que es objeto de la entrevista.  ¿Qué experiencia ha tenido y qué ha logrado?  ¿Qué han escrito otros reporteros sobre esa persona? ¿Qué tipo de personalidad tiene?

- Tome notas de las cosas que desea preguntar. Conozca a fondo el tipo de información que necesitará para el artículo que va a escribir.

2. Conozca bien los detalles

- Asegúrese de que la persona que va a entrevistar sabe cuál es su propósito.

- Sea explícito en las preparaciones para la cita. Es decir, dónde, cuándo y bajo qué circunstancias se va a encontrar con su personaje. ¿Hará citas al pie de la letra? ¿Se permitirá una grabación de la entrevista? ¿Necesitará pases o permisos especiales? ¿Será una entrevista exclusiva o estarán presentes otros entrevistadores? ¿Estará usted solo con la persona que entrevistará o habrá otras personas presentes? ¿Se hará toda la entrevista en una sesión? ¿Será posible tomar fotografías?.

3. Establezca una relación apropiada con el personaje de la entrevista

- Sea puntual y profesional. Tenga a mano todo el equipo que va a necesitar. El personaje estará más inclinado a hablar con usted si percibe que usted está preparado.

- El medio ambiente y el ánimo en que se encuentran entrevistador y entrevistado son ingredientes importantes, especialmente si la persona a quien se entrevista es desconocida. 

- Si cree que es necesario, explique el propósito de la entrevista y el formato de la misma una vez mas.

4. Vaya al grano

- Tenga una lista escrita o mental de las preguntas que quiere presentar, pero esté dispuesto a ser flexible y explorar ciertas inclinaciones y especiales dimensiones que no había previsto.

- Deje que el personaje de la entrevista hable. En la mayoría de los casos plantee sus preguntas de tal manera que obtenga detalles y puntos de vista –es decir, el por qué y cómo. 

- Solamente plantee una pregunta a la vez. Evite las preguntas largas o que tengan más de dos o tres oraciones.

- Si la entrevista se pierde en materias sin importancia, tenga preparada otra pregunta para traerla al tema fundamental.

- Tenga cuidado de que el personaje de la entrevista no le haga la entrevista a usted. (¿Qué piensa usted sobre esto?)

- Mantenga su imparcialidad. 

5. Obtenga información

- Si se  ha preparado para grabar la entrevista en cinta, asegúrese de que este proceso sea lo menos aparatoso posible.

- Desarrolle la técnica de tomar notas sin aparentar que lo está haciendo. Referente a puntos importantes, no se fie de su memoria. Por el otro lado, cuídese de que se convierta en una persona que toma notas compulsivamente. Si requieren notas exactas usted puede explicar “quiero tomar notas exactas sobre esto, parece ser un punto central”.

- Tome una fotografía mental de la situación y también considere lo que sus otros sentidos le pueden decir. Note los detalles distintivos: el estilo del corte de cabello, las fotografías en el escritorio, el vestido, la frecuencia con la que toca el teléfono, el tipo de libros que hay, los sonidos del fondo, la presencia o la ausencia de olores.

- Si no entiende secciones del material o si hay inconsistencias o si sospecha falsedad, pida clarificación y detalle. ¿El político realmente quiso decir esto y aquello? ¿Si se trata de un científico o de un especialista, cómo se podría explicar en términos más comunes? ¿Cuál sería un buen ejemplo? ¿Cómo se explican las clasificaciones, dónde está el énfasis, cuál es la cronología? Y, sobre todo, ¿cuál es el significado?

6. Termine la entrevista elegantemente

- Cuando parezca que ha completado bien la entrevista, ate los cabos sueltos. Pregunte algo como: Resumiendo, ¿Cómo lo explicaría? o ¿Cuál fue lo más importante de lo que me ha dicho hoy?

- Considere estas últimas preguntas (posiblemente aún después de haber guardado su cuaderno de notas y de haber apagado la grabadora): a) Hay algo que se me ha olvidado o que usted desea añadir? b) tiene usted o me puede recomendar, otros materiales sobre este tema? Tiene usted fotos, tablas, mapas? Existen otras fuentes buenas? C) cómo ha respondido a esto el público? 

7. Piénselo bien antes de escribirlo

- Evalúe su material y delinee un esquema. ¿Cuál es el tema central? ¿Cuál es la introducción? ¿Existen secciones sin importancia o que no están al día de la información? ¿Tendrá que verificar partes de la entrevista usando otras fuentes? ¿Existen secciones de mal gusto? ¿Existe el peligro de calumnia? ¿Existe otra persona o partido al que se le debería dar una oportunidad de responder?

  





Los tipos de entrevista

 Juan Gargurevich clasifica la entrevista de la siguiente manera:

- De retrato y/o personalidad: aquellas redactadas como narración (sin uso de las técnicas del “lead”) intercalando respuestas con datos sobre el entrevistado (descripción física, actitudes, etc.).

- Biográfica: Es la que combina el “retrato” con amplios detalles de la vida y obra del entrevistado, alternando estos datos con sus opiniones.

- De Opinión general: Que pueden ser divididas en dos clases:

a) Con información anterior sobre el personaje (muy conocido) lo que evita una introducción; y

b) Sin información anterior (personaje poco conocido), lo que obliga a una nota mas o menos amplia de introducción.

- De Actualidad: En las que la actualidad es la motivación fundamental. Puede ser dividida en los tipos siguientes:

a) Conferencia de Prensa (ya sea organizada o improvisada).

b) Encuesta (vía cuestionario a varias personas; o de un solo tema y una sola pregunta).

c) De Opinión (recoge opiniones de una personalidad relevante, sin necesidad de introducción).

d) Grupal (a varias personas que no son identificadas y cuyas respuestas son citadas como “opinión de grupo”).

e) De noticia (sobre un hecho noticiable, con identificación del informante y transcripción textual). Este informante puede o no ser persona de relieve; basta su condición de testigo).

Por su parte Erick Torrico se refiere a la clasificación de este subgénero periodístico en función de tres criterios:

- Por el número de participantes que tiene:

 a) Entrevista interpersonal (un entrevistador y un entrevistado)

b) Entrevista grupal o colectiva, llamada asimismo rueda o conferencia de prensa (un entrevistador y varios entrevistados, varios entrevistadores y un entrevistado o varios entrevistadores y varios entrevistados).

- Por la finalidad que persigue:

a) Entrevista noticiosa, cuando se busca informar de algo o alguien.

b) Entrevista de opinión, cuando el periodista usa la información que consiguió para hacer una evaluación personal del hecho y sustentar sus propios criterios.

c) Entrevista de semblanza, cuando el informador tiene el propósito de presentar un personaje a sus receptores, mediante un recuento biográfico, remembranzas o el atractivo de algunas facetas de su vida y obra.

- Por su grado de preparación:

a) Entrevista imprevista o repentina, que se presenta cuando el periodista se enfrenta a la impostergable necesidad de dialogar profesionalmente con un personaje conocido por su difícil accesibilidad y a quien encuentra por azar.

b) Entrevista remota o preparada, es aquella que ha sido previamente concertada con el entrevistado y planificada detenidamente por el entrevistador.  

Fraser Bond divide las entrevistas en cinco tipos principales:

1. La entrevista de noticia, busca hechos. Su campo es tan amplio como lo es el de todas las actividades humanas. En todos los casos, el reportero necesita saber cuáles son las preguntas productoras de noticias. Debe apresurarse a obtener rápidamente los hechos –nombres, ocupaciones, domicilios y títulos–  con tanta fidelidad como sea posible.

2. La entrevista de opinión es fácil a veces, pero por lo general requiere más tacto de parte del reportero que la entrevista que se hace con el ánimo de descubrir hechos. Cuando la opinión expresada es muy técnica o controvertible, el reportero suele pedir al entrevistado que escriba sus declaraciones principales, para evitar todo peligro de poner en sus labios cosas que no haya dicho.

3. La entrevista de personalidad o de material ameno generalmente despierta mayor interés. En esa clase de entrevista, como en la semblanza personal, más que en lo que dice el entrevistado, se hace hincapié en la forma cómo lo dice. Trata de proyectar la personalidad del entrevistado haciendo notar sus características, su manera de hablar o de vestir, su aspecto, sus rasgos personales, su idiosincrasia y otras cosas.

4. La entrevista de grupo, como su nombre lo indica, consigna en un solo artículo los hechos y las opiniones obtenidos por el reportero a través de una serie de entrevistas de varias personas. El reportero hace un resumen de lo que haya escuchado, en una entrada general, a continuación cita la opinión de cada uno de los expertos a quienes ha entrevistado. 

5. La entrevista de prensa se asemeja a la de grupo, aunque su técnica es exactamente la contraria. Con el propósito de ahorrar tiempo o para dar a toda la prensa las mismas facilidades, el personaje que va a ser entrevistado conviene en hacer pública una noticia importante, ante un grupo de periodistas. Después que el personaje ha hecho el anuncio, los reporteros se sienten en libertad de hacerle distintas preguntas complementarias, para ilustrar mejor el punto.

Asimismo, Mitchel Charnley aporta: “Aunque son muchas las clases de entrevistas o reportajes de este género, hay tres que merecen especial atención:

a) La entrevista noticiosa es aquella que proporciona al lector, oyente o televidente el comentario bien documentado o “experto” y lo ilustra sobre un asunto corriente.

b) La entrevista de personalidad, cuyo objeto es permitir al entrevistado revelar su carácter, su personalidad, a través de sus propias palabras.

c) La entrevista de encuesta, durante la que requieren los puntos de vista de cierto número de personas sobre determinada cuestión.

En resumen, la entrevista puede realizarse a través de un proceso dialógico interpersonal, intergrupal o en forma de conferencia de prensa. Puede ser noticiosa, de semblanza, de perfil, biográfico, institucional e histórica. Es un componente orgánico de los géneros periodísticos en tanto base de elaboración. Sin entrevista es casi imposible ejercitar el periodismo con su características de actualidad y veracidad.








¿Qué es la entrevista?

Según Erick Torrico, "la entrevista está basada en un interrogatorio que guía el desarrollo de una conversación en la que uno o varios informantes ofrecen información con respecto a un tema”.

La escuela norteamericana de periodismo da la siguiente definición: “conseguir mediante el diálogo noticias que sirvan para la redacción de un artículo: su dinámica está en función de los intereses del lector, y por tanto no del entrevistador ni del entrevistado. Su rasgo fundamental es que tenga actualidad e interés para los lectores, que satisfaga sus expectativas de conocimiento, que estimule su curiosidad y atraiga su atención”.

Por su parte, Mitchell añade: “La entrevista formal es la que surge directamente de una serie de declaraciones de una fuente individual (o de varias fuentes individuales) y alcanza su significación por el hecho de proceder de ese tipo de fuentes.

Asimismo, Alex Grijelmo llama “entrevista objetiva” a aquella en la que el periodista se limita a exponer su conversación con un personaje mediante el sistema de preguntas y respuestas. A diferencia de otro tipo de entrevista, se excluyen en ella los comentarios o las descripciones interpretativas en torno al entrevistado.

En cuanto a la entrevista periodística, Christopher Silvester  define: “como un encuentro cara a cara con el fin de entablar una conversación formal entre un representante de la prensa y alguien de quien éste espera obtener declaraciones para su publicación”. 

El propósito de la entrevista –dice Van Dyke y Moore- es conseguir noticias que sirvan para la redacción de un futuro artículo. Esta diferencia estriba en el núcleo de interés: la entrevista periodística se conduce, fundamentalmente, no en interés del entrevistador ni el entrevistado, sino del lector”  

Para entender mejor todavía lo que es una entrevista-periodística citemos algunas definiciones de conocidos tratadistas del periodismo:

Manuel del Arco: “Una interviú no es, más ni menos que una conversación llevada a la letra impresa” .

Gonzalo Martín Vivaldi : La entrevista, además de sus características propias, es también información y reportaje. Su misión: decir al lector “quien es” y “como es” tal o cual persona: lo que dice, piensa o hace con respecto a un problema determinado; o, simplemente, lo que hace en su vida como persona. 

En este caso, una entrevista es un retrato –con algo de narración- de un hombre, pero con el molde vivo, puesto ante el lector.

Eleazer Diaz Rengel sostiene: Una entrevista es un diálogo donde un interlocutor interroga, formula pocas o muchas preguntas, sobre uno o varios temas, en busca de información, para conocer opiniones o revelar una personalidad a través de las respuestas, mientras el otro interlocutor las responde o las elude, parcialmente. Y como forma literaria, es la reseña de esa conversación, o mas exactamente, de ese interrogatorio.

Luiz Beltrao : “Entrevista puede ser definida como la técnica de obtención de material de interés periodístico, por medio de preguntas que el reportero formula a otras personas”.

Fraser Bond, por su parte define: “La entrevista moderna, a la que estamos acostumbrados, consiste en un contacto personal entre dos personas: el reportero y el entrevistado. Mezcla las impresiones y la descripción del reportero, con los comentarios hechos por el entrevistado, en respuesta a las preguntas que le hace el periodista. A causa del interés intenso que siente el lector en los dichos y hechos de sus congéneres, la entrevista se ha popularizado tanto que todos los directores de periódico la consideran ahora como una de las columnas del periodismo. Se le emplea como noticia del día y también como suplemento dominical; es la columna vertebral de las revistas de los ‘fanáticos’; y, en su forma más pulida, adorna los números de las revistas ‘elegantes’”.

Mediante el siguiente punteo y en base a las definiciones anteriores, podemos establecer  que la entrevista consiste en:

- Es un subgénero periodístico transversal
- Es componente orgánico de los géneros periodísticos
- Es una técnica convencional indagatoria
- Es un puente comunicacional de aproximación a la realidad
- Es una comunicación interpersonal, cara a cara (efectividad)
- Es un intercambio de conocimientos entre el entrevistador y el entrevistado
- Es una relación dialógica para obtener datos, informaciones y noticias (interés actual y relevante) para su difusión en los medios de comunicación social.

En cuanto a sus funciones y características tenemos:

- Obtener información para uso periodístico y comunicacional
- Obtener testimonio de un aspecto de la realidad
- Dialógica (intercambio y retroalimentación permanente)
- Veracidad
- Mantener un proceso de interacción permanente 
- Lograr el interés del lector con poder de atracción
- Profundizar un hecho
- Esclarecer un hecho
- Analizar un hecho
- Establecer o reafirmar un criterio
- Desmetir o aclarar un hecho
- Actualizar algún tema.

domingo, 8 de octubre de 2017

Cómo redactar una crónica periodística

Hay un consenso en la forma de escribir la crónica periodística, es decir, en la estructura cronológica de narración. La estructura básica sería entonces:

a) Introducción o anulación del tema;

b) Argumentación o desarrollo de la historia;

c)  Conclusión o emisión del juicio sobre el tema.

Desde un punto de vista formal, el estilo de la crónica debe ser claro, sencillo, conciso; revelador de un contenido objetivo, de un mensaje que comunica a alguien.  

La crónica de firma reconocida es libre de escribir como quiera, su estilo personal es indiscutible.

Siempre que su trabajo no soslaye las elementales normas informativas propias del periodismo como medio de comunicación.

Por ejemplo estipula tres partes básicas en la conformación de una crónica:

a). La entrada (para llamar la atención del lector);

b) El cuerpo (narra lo sucedido, en forma narrativa directa o dramatizada con diálogos; la imaginación no debe tergiversar los hechos);

c) La culminación (el objetivo hacia el que el redactor ha estado llevando a sus lectores).

Johnson y Harris dicen al respecto:

“la entrada somatizada, con el cuerpo por orden cronológico, se usa frecuentemente. Hay todavía otra forma”. Se llama la noticia del clímax inesperado. El propósito de la técnica del climax inesperado es retener la atención del lector para un final de relato cronológico Henry, clímax con impacto. No se aplican las reglas referentes al orden cronológico o de las cinco preguntas. Al contrario, el relato va constituyéndose a medida que se desarrolla. Pero el comienzo debe tener   un interés “con suspenso, para atraer lectores”.

La fórmula de Carl Warren se basa en cinco puntos:

1. Presentación o caracterización,
2. Acción creciente,
3. Crisis,
4. Acción declinante, y
5. Desenlace.

El autor agrega: “El impacto en la última línea. Un redactor de reportaje de tipo dramático tiene la misma obligación que el dramaturgo: culminar con su impacto. Esto significa que debe conocer, y escribir mentalmente, las últimas líneas antes de empezar, de modo que del desarrollo de su escrito  constituya una preparación del desenlace dramático. El aspecto más difícil de la dramatización consiste en desarrollar cuidadosamente la intriga, despertando la curiosidad sin satisfacerla. Mantener el secreto hasta la revelación final”. Advierte que el título nunca revelará el final, pues más bien deberá participar” en la conspiración para preparar el climax”.

Clasificación de la crónica periodística

Para Jonson y Harris, la crónica periodística puede clasificarse en: descriptivas, narrativas o expositivas, con la advertencia de que: “no puede ser imaginaria. Los incidentes hechos y personajes aludidos son reales y deben existir, no crearse”.

Martín Vivaldi nos dice que “La crónica (por su enfoque puede ser impresionista o expresionista. “Queremos decir que el cronista puede contentarse con una impresión más o menos fotográfica de lo que cuenta (...) o también puede darnos una versión mentalmente reelaborada de los hechos”

El profesor Beltrán clasifica dos grupos importantes de crónica:

1.- En cuanto a la naturaleza del asunto:

a) Crónica general (...) temas de cualquier naturaleza, divulgados bajo un epígrafe general, forma gráfica o ubicación en página permanente;

b) Crónica local (“urbana” o “de la ciudad”)... La vida cotidiana de la ciudad;

c) Crónica especializada (llamada a veces “de comentario” integrando la respectiva página o sección, con presentación gráfica del texto, y distinta de las demás materias que son publicadas allí, el autor focaliza los asuntos referentes a (especialidades): política, deportes economía, etc.

2.- En cuanto al trato dado al asunto:

a) Analítica, en que predomina la dialéctica: los hechos son expuestos con brevedad y estudiados luego con objetividad (parece pequeño ensayo científico);

b) Sentimental, en que predomina la apelación a la sensibilidad del lector y en donde los hechos son explotados en aquellos aspectos pintorescos, épicos, líricos, capaces de emocionar e influir en la acción, mediante un impulso casi inconsciente (...) lenguaje vivo, calificativos, sustantivos concretos, gerundios, el ritmo es ágil ... no tiene profundidad dialéctica.

c) Satírica humorística, en que el objetivo es criticar, ridiculizado o tratando con ironía los hechos, acciones. Personajes o pronunciamientos comentados, con la finalidad de advertir o divertir al lector.

La crónica de interés humano


A partir del énfasis en informar sobre las personas, la escuela norteamericana desarrolló el interés en las noticias, globalmente, para producir como su mejor resultado la llamada “Crónica de Interés Humano”.

Este interés humano es una de las características principales del periodismo del país del Norte y es justamente la que probablemente marca la diferencia con el periodismo que se cultiva en América Latina.

Desde el cambio a la gran industria del periodismo Norteamericano inicio una verdadera carrera de búsqueda de personalidades capaces de interesar a su publico masivo, se ha intentado de una serie de teorías explicativas de este fenómeno que van desde la citada premisa simplista de “ las personas se interesan por las personas” hasta problemáticas psicologías “ identificación” propias de las masas norteamericanas,  la nota de interés humano tiene como característica cierta superficialidad,

La crónica de interés humano es aquella información que tiene por objetivo movilizar emociones en el lector apelando a su sensibilidad. Pero no contempla el tipo de crónica de verdadero “interés humano” o sea la movilización de la sensibilidad hacia situaciones de tipo social (miseria, injusticia, etc.) sino que se detiene en el hallazgo de hechos triviales (La niña perdida, el perrito ahogado, la vaca ciega, etc. Esta técnica, sin embargo, puede ser rescatada de tipo social y que no podrían ser suficientemente explicitadas si se plantearan como notas informativas comunes o entrevistas.

Harrington definió perfectamente este tipo de información: “La crónica de interés humano hace uso franco de emociones elementales o instintos tales como curiosidad, amor, miedo, sorpresa, humor, compasión, tristeza, lucha por la vida, riqueza y felicidad, todos los cuales hallan respuesta inmediata en toda la gente”. Planteó asimismo, que la nota de interés humano puede resaltar:

a) Lo dramático y heroico

b) Conductas inusuales de animales y

c) Sentimientos de simpatía.

Johson por su parte dice que la historia de interés humano tiene como objetivo entretener y dar a conocer, remarcar la naturaleza y sus hábitos vida de la gente. Este tipo clásico de artículo agrega, no tiene elemento específico de actualidad inmediata.  Rara vez contiene valores noticiosos en el sentido de la nota informativa más bien surte, alimenta la curiosidad de la gente acerca de otra gente, animales, rareza, cosas y lugares inusuales. La clave del interés humano no es la significación la reacción emocional ya sea risa o llanto, simpatía o cólera.

Citaremos finalmente a Mandel nuevamente:

“La nota periodística de interés humano parece ser un fenómeno típico de los Estados Unidos; en el fondo, no es más que la adición de interés humano y colorido, a las notas periodísticas objetivas. Sin embargo, a diferencia de estas últimas, la nota de interés humano no tiene más límite que la inventiva y la facultad creadora del redactor”.

La crónica de interés social


Por contraste a la crónica de interés humano típica de los Estados Unidos, en otros países, especialmente en América Latina, ha surgido lo que llamaremos arbitrariamente “Crónica de interés social”, para diferenciarla de la anterior.

Este tipo de crónica es la que enfatiza el relato de situaciones en la que resalta cuestiones eminentemente sociales y que contienen un elemento de simpatía hacia los actores del drama. Y a la vez, denotan una posición muy bien definida de reclamo, de cambio.

Normalmente descubren aspectos que podrían resultar desagradables para determinados sectores y que prefieren optar por el silenciamiento. Crónica sobre niños mendigos, obreros desocupados, huelguistas de hambre, familiares de presos, escasez de alimentos, etc. y en fin, todo aquello que suponga abrir una herida en el “Sistema” para mostrar el interior, provoca rechazo en los grandes diarios llamados “aspectos desagradables” de la vida. Estos aspectos forman parte, sin embargo, de la realidad concreta, objetiva, de cualquier país.

La finalidad de la crónica de interés social es la denuncia de los problemas de la sociedad; la miseria, niños en la calle, la violencia etc.  y con esto pretende sensibilizar a las instituciones, autoridades y a la sociedad en general sobre estos problemas

En cuanto al contenido, del tema de la crónica, podríamos diferenciar todavía varias clases más, que son muy populares, a saber:

a) Crónica de viajes. Relatos de experiencia de viajes, especialmente en lugares exóticos. Puede ser también de énfasis en las anécdotas de viajeros:

b) Crónica de remembranzas. Relato de recuerdos, fragmentos de “memorias”, de cierto significado histórico;

c) Crónica histórica. Relatos de contextos de antecedentes de  situaciones  de actualidad que requieren de explicación de orígenes, tienen sentido sólo cuando va acompañada de la nota informativa respectiva.

d) Crónica de corresponsal. Relato y comentario de noticias de impacto especial, que sigue inmediatamente después de la nota informativa y a modo de ampliación. Supone gran actualidad.

e) Crónica Política.  Estas sólo se justifican cuando el autor es personaje literario o político, es muy conocido y se puede decir que esta crónica, máxime si se tiene en cuenta su posible y probable influencia en la opinión pública.

Entendiendo a este punto como manifestación de la vida de un pueblo, el cronista no ha de lograr el político, sino ampliar enfoque de su cámara mental a lo que se refiere.

f) Crónica local o urbana. Esta da cuenta de la vida cotidiana de la vida rutinaria de la ciudad.

g) Crónica roja o sensacionalista. Este estilo periodístico que en su trabajo intencionalmente, exagera o desorbita la importancia real de un suceso, bien por la forma expresiva o también por la presentación de las fotografías.

El sensacionalismo cada día más desacreditado, pero continúa con sus adeptos.

La cultura propia de nuestros tiempos exige un tratamiento correcto y exacto de la información.

La fácil objetivación sólo se considera como sensacional a la noticia que realmente lo sea. Y la verdad es que lo sensacional no abunda, y muchas veces es corriente de todos los días haciéndose blanco de las crónicas rojas

Dentro de la gama de géneros que cultivan los corresponsales en el extranjero, esta la crónica de comentario sobre un suceso importante. Probablemente la tarea más importante del corresponsal será la de  enviar oportunamente y rápidamente,  el relato de un  hecho. Mas tarde es seguro que enviará a su oficina central un artículo de comentario sobre aquella noticia y que tendrá características de crónicas.

Estas crónicas de comentario sobre sucesos suelen tener varios tipos de enfoque, fácilmente diferenciales: - Las de tono personal, que sólo se justifican  cuando el autor  es personaje  literario, político, etc, muy conocido; - las de análisis de la agencia, sin identificación del autor : y Las    firmadas por periodistas de la agencia o colaboradores.


La crónica de guerra


La “crónica de guerra” es un tipo especial dentro del amplio género de crónica, es transmitida periódicamente basada en la premisa de que el lector ya conoce el contexto en que se realiza el conflicto armado. No es una crónica que informa a la vez que contextualiza.

El desarrollo de la crónica de guerra va aparejada a la historia misma del periodismo. Y los más célebres corresponsales de guerra   obtuvieron sus mejores éxitos periodísticos no tanto en la celebridad del envío de noticias sino en su capacidad para describir las condiciones, situaciones, etc. De las acciones de guerra, de los combatientes, esperanzas y desalientos, (Juan Gargurevich).

El mayor auge de este tipo de crónica se dio, indudablemente, durante La Segunda Guerra Mundial gracias al desarrollo de las comunicaciones y la formación creciente de públicos masivos, vivamente interesados en las incidencias de la gran confrontación armada involucrada a diferencia de la Primera Guerra – prácticamente todo el planeta, de un modo u otro.

La crónica de viaje   


Dentro de la extensa gama de crónicas, la “Crónica de Viaje” es probablemente la más cultivada desde hace muchos años. Y no solo por periodistas y escritores, sino también por aficionados que estimaron que su viaje había sido lo suficientemente exótico  o interesante  como para registrarlo en letra impresa. Diarios revistas y muchos libros han publicado crónicas viajeras. En América Latina fueron frecuentes los relatos de los viajeros que recorrieron la Unión Soviética o China en los años 50 como muestra de, repetimos, exotismo ante lo “desconocido” de entonces. También naturalmente se han publicado crónicas sobre países orientales, regiones remotas o acaso inaccesibles.

La crónica de remembranza o del recuerdo


Los diarios publican frecuentemente Crónicas de Remembranza, de acuerdo, añoranza , en que el actor rememora tiempos pasados buenos o malos de cualquier tema. Para encajar en ese tipo   de  crónica, tienen que tratarse de temas asuntos vividos por el autor.

En América Latina se tiene mucha afición a la crónica de la remembranzas y se han publicado incontables: quienes tiene capacidad de convertir  sucesos en anécdotas tienen siempre algo que contar. Y lo escriben. Así, muchos escritores han sido atraídos por el género y por supuesto los periodistas mismos.

Definición de crónica periodistica

Al revisar diferentes libros de periodismo y centrarnos en la crónica, observamos definiciones similares:

Dice Erick Torrico: “La crónica está basada en un criterio cronológico, o sea en el desarrollo sucesivo –e identificable de ese modo en el tiempo de la parte de un hecho o de una serie de acontecimientos que constituye un conjunto cuyo nexo esencial es la causalidad.”

Es el relato pormenorizado secuencial y oportuno de un suceso dinámico de interés colectivo. La crónica narra cómo se produjo un hecho noticioso y recrea el escenario y la atmósfera en que aconteció, no obstante su naturaleza y motivación, la crónica no se rige estrictamente por el desarrollo cronológico del suceso, sino que puede cuando contenga alterar esa estructura lógica mediante un ordenamiento jerárquico de los detalles.

El objetivo de la crónica es hacer vivir al sector la presencia de los acontecimientos, por ello se preocupa de captar lo pintoresco, lo bello, lo peculiar y lo humano. No tiene la concisión de la noticia y da margen a la creación literaria.

Así entonces, con ligeras variantes, los autores norteamericanos comprueban la necesidad de plantear aquel tipo especial de artículo, que escapa a las reglas rígidas de objetividad de la vieja escuela.

Harrington H. F., en Typical Newspapers Stories (1915) escribía: “Una nota informativa es un boceto al carboncillo; una crónica es un retrato terminado, culminado con sombra y color” (13).

Debe advertirse que la escuela norteamericana no marca diferencia clara entre el Reportaje y la crónica y que a principios de siglo, ya con un periodismo muy desarrollado, sus géneros fundamentales eran sólo nota informativa crónica, con su variante de crónica de interés humano, entrevista y algunas variantes que se mencionaran más adelante.

Finalmente, pondremos una definición de crónica:

"es un relato sobre personas. hechos o cosas reales, con fines informativos, redactados preferentemente de modo cronológico y que,  a diferencia de la nota informativa, no exige actualidad inmediata pero sí vigencia periodística".

Raúl Rivadeneira explica:

“La palabra crónica sugiere inmediatamente la expresión ‘crónica’ relación en la que el elemento tiempo o más precisamente la sucesión temporal de un hecho determina la estructura de la noticia. Acontecimientos deportivos, viajes, sucesos políticos y otros, son aptos para la crónica periodística. No se trata de una sujeción rígida, cronométrica en el curso de los acontecimientos, sino de la relación de incidentes relevantes del mismo, dentro de una sucesión ordenada”

Siegfried Mandel, llama a las crónicas “informaciones complementarias” o  “de suplemento”, partiendo seguramente de  la comprobación empírica, objetiva de la existencia de un tipo de artículo que no se ajusta a las definiciones que él mismo plantea. Y a esa forma de artículo, decide entonces definirlo como especialidad del redactor de suplemento.

Dice Mandel:

“Se considera  a menudo que la redacción de suplemento es la más literaria de todas las formas periodísticas, debido a que se requiere las aptitudes que caracterizan a la novela: narración de incertidumbre sostenida; dramatización de los acontecimientos; descripción de los personajes desde el punto de vista de su apariencia, hábitos sicología., motivaciones, diálogos, sentido del humor y comprensión, y la capacidad del narrador para producir una culminación significativa y vigorosa (...) Debido a que la información de suplemento requiere este acicalamiento de  la noticia, el periodista novato debe dominar primero las técnicas de la redacción periodística objetiva antes de probar su suerte con los artículos de suplemento”.

Juan Gargurevich afirma “que la crónica es un relato sobre personas, hechos o cosas reales con fines informativos, redactados perfectamente de modo cronológico y que, a diferencia de la nota informativa, no exige actualidad inmediata pero si vigencia periodística”.

Johnson dice que "las crónicas son sencillamente, aquellas en que el elemento noticioso no es la razón de ser de la misma nota y que en términos generales la crónica intuye información de interés humano”.

Maria J. Sierra coloca a la crónica en los géneros informativos al decir que la crónica es un genero de la literatura periodística eminentemente informativo y por lo tanto, con una colocación lógica dentro del periodismo, por cuanto en toda narración hay siempre una tendencia informativa la, buena crónica hace vivir al lector la presencia de aquellos acontecimientos a los que no asistió y, aunque aparentemente menos importante en sus asuntos que otros géneros, constituye para el publico interesante elemento informativo

Otros autores no dudan en colocar a la crónica entre los géneros de opinión que a continuación son mencionados.

El brasileño Beltrán no duda en colocar a la crónica entre los géneros de opinión. Su planteamiento es que: “La crónica es la forma de expresión del periodista para transmitir al lector su juicio sobre hechos, ideas y estados psicológicos personales o colectivos. (...) Como los demás géneros periodísticos, la crónica está íntimamente unida a la actualidad, por su etimología griega (Kronos: tiempo) y por su tradicional sentido de relato de acontecimientos en orden cronológico”

Martín Vivaldi define a la crónica como “una información interpretativa y valorativa de hechos noticiosos, actuales o actualizados, donde se narra algo al propio tiempo que se juzga loo narrado. Así coloca a la crónica como un género, entre informativo y de opinión “Lo característico de la verdadera crónica, es la valoración del hecho al tiempo que se va narrando. El cronista, al relatar algo, nos da su versión del suceso; pone en su narración un tinte personal”

Video: ¿cómo y cuándo utilizar el acento ortográfico?

Definición y características del estilo periodístico

El Estilo


Se llama estilo al conjunto de las características y cualidades que diferencian una forma de escribir, y que conforman una estética con el uso del lenguaje.

Apunte: (Albalat) El estilo es el esfuerzo por medio del cual la inteligencia y la imaginación encuentran los matices, las relaciones de las expresiones y de las imágenes, en las ideas y en las palabras o en las relaciones entre unas y otras.
Variedad de Estilos:

- Estilo Literario: es el mundo de la ficción y la fantasía. Permite ambigüedad. Se busca el impacto, el goce artístico.

- Estilo Periodístico: se busca precisión, simpleza, cosas que tienen que ver con las particularidades propias del periodismo.

- Estilo Académico: su finalidad es la divulgación del conocimiento. Tiene la intención de dejar una enseñanza. Son rigurosos.

Figuras Retóricas:


Sin herramientas que el periodismo toma de la literatura para poder construir el relato. Como la metáfora, el oximorón (azúcar amargo), el doble sentido, la ironía, etc.


Características del Estilo Periodístico:


1) Claridad: Significa expresión al alcance de un hombre de cultura media, es decir, conceptos bien digeridos y con sintaxis correcta y vocabulario o léxico al alcance de la mayoría. Dicho de otra manera el estilo es claro cuando el pensamiento del que escribe penetra sin esfuerzo en la mente del lector.

Clave: en una lectura se tiene que entender lo que se está diciendo.

2) Concisión: Se refiere a que sólo deben ser empleadas aquellas palabras que sean absolutamente precisas para expresar lo que queremos. Cada línea, cada palabra o cada frase están preñadas de sentido. Lo contrario es la vaguedad, la imprecisión, el exceso de palabras.

Clave: no ser redundante a la hora de decir algo, no dar vueltas. No llenar de ideas una sola oración. Seleccionar los verbos y sustantivos adecuados, por ejemplo: no es lo mismo decir, que denunciar o exigir.

3) Sencillez: será sencillo el escritor que utiliza palabras y frases de fácil comprensión, no enrevesadas. Ser sencillo no es tan fácil, ya que tendemos a distinguirnos de los demás; el escritor vanidoso casi nunca es sencillo en su expresión.

Clave: utilizar construcciones sencillas sin caer en la vulgaridad.

4) Naturalidad: será natural quien al escribir se sirve de su propio vocabulario, de su habitual modo expresivo “decir naturalmente lo natural”. También será natural quien procure que las palabras y las frases sean las propias, las que el tema exige. Es huir de la afectación y el rebuscamiento.

Clave: no usar diminutivos ni cursilerías, como llamar a un anciano “abuelo”.

5) Precisión: (Internet) La precisión se refiere al uso de términos correspondientes de modo exacto al significado que se desea exponer. Un texto es preciso cuando no se puede omitir una sola palabra sin modificarle el sentido. Para lograr la precisión, es recomendable usar palabras concretas en vez de abstracciones.

6) Exactitud: Consiste en no decir ni más ni menos de lo que se debe decir, y en decirlo con exactitud.

Clave: se refiere a la elección de las palabras y los datos adecuados. Obliga a no usar vocabulario de gacetilla, comunicados, muletillas, etc.

7) Originalidad: La originalidad del estilo radica, de modo casi exclusivo, en la sinceridad. Todos somos originales cuando somos nosotros mismos. Huir de las frases hechas, de las expresiones banales y los clichés es el mejor de los ejercicios para conseguir un estilo original. Así, la originalidad no consiste tanto en la novedad del asunto, como en el modo nuevo, personal y sincero de enfocarlo y realizarlo.

8) Variedad: (Internet) La variedad depende del empleo de frases, palabras o giros distintos para tornar agradable y elegante la expresión. La tendencia a ceñir el lenguaje a un número limitado de vocablos, frases y muletillas corrientes, en detrimento de la variedad y riqueza léxica, genera un estilo descolorido y sin gracia. Este defecto, conocido como monotonía o pobreza, se manifiesta por ejemplo en el abuso de varios verbos comunes o fáciles que se emplean con variedad de significados en lugar de otros más aptos y precisos.

Clave: evitar la monotonía; ofrecer un texto atractivo es utilizar variedad de recursos.

Principales novedades de la edición de Ortografía de la lengua española (2010)

Estos son los cambios vigentes que se aplican en la gramática española, por lo que vale la pena leerlo con detenimiento:

1. Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario


Se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

El español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.

La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de letras del abecedario no supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema gráfico del español. Estos signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico [chíko]) y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes yeístas, del fonema /y/ (calle [kálle, káye]). La novedad consiste, simplemente, en que dejan de contarse entre las letras del abecedario.

Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde entonces en todas las obras académicas.

2. Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario


Algunas de las letras tienen varios nombres con tradición y vigencia en diferentes zonas del ámbito hispánico. La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el nombre al que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de convergencia en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por la que recomienda, para cada una de ellas, una denominación única común. El nombre común recomendado es el que aparece en la relación siguiente debajo de cada letra.

La recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra no implica, en modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes denominativas con vigencia en el uso que presentan algunas de ellas, y que a continuación se comentan:

- La letra v tiene dos nombres: uve y ve. El nombre uve es el único empleado en España, pero también es conocido y usado en buena parte de América, donde, no obstante, está más extendido el nombre ve. Los hispanohablantes que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos corta, chica, chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral el nombre de esta letra del de la letra b (be), que se pronuncia exactamente igual. El hecho de que el nombre uve se distinga sin necesidad de añadidos del nombre de la letra b justifica su elección como la denominación recomendada para la v en todo el ámbito hispánico.

- La letra b se denomina simplemente be entre aquellos hispanohablantes que utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes llaman ve (corta, chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan habitualmente para la b las denominaciones complejas be larga, be grande o be alta, añadiendo en cada caso el adjetivo opuesto al que emplean para referirse a la v.

- La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve doble, doble uve, doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u). Se da preferencia a la denominación uve doble por ser uve el nombre común recomendado para la letra v y ser más natural en español la colocación pospuesta de los adjetivos.

- La letra y se denomina i griega o ye. El nombre i griega, heredado del latino, es la denominación tradicional y más extendida de esta letra, y refleja su origen y su empleo inicial en préstamos del griego. El nombre ye se creó en la segunda mitad del siglo XIX por aplicación del patrón denominativo que siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en añadir la vocal e a la letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección de ye como nombre recomendado para esta letra se justifica por su simplicidad, ya que se diferencia, sin necesidad de especificadores, del nombre de la letra i.

- La letra i, cuyo nombre es i, recibe también la denominación de i latina para distinguirla de la letra y cuando para esta última se emplea la denominación tradicional de i griega.

A diferencia de las variantes denominativas que se acaban de exponer, todas ellas válidas, no se consideran hoy aceptables los nombres alternativos que han recibido algunas otras letras en el pasado; así, se aconseja desechar definitivamente el nombre ere para la r, así como las formas ceta, ceda y zeda para la z. Los únicos nombres válidos hoy para estas letras son, respectivamente, erre y zeta.

3. Sustitución, por grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico independiente en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al español (quorum > cuórum)


En el sistema ortográfico del español, la letra q solo tiene uso como elemento integrante del dígrafo qu para representar el fonema /k/ ante las vocales e, i (queso [késo], quién [kién]). Este mismo fonema se representa, en el resto de las posiciones, con la letra c (canguro [kangúro], corto [kórto], cuenta [kuénta], acné [akné], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas también puede aparecer representado por la letra k en cualquier posición (karaoke [karaóke], kilo [kílo], koala [koála], kurdo [kúrdo], búnker [búnker], anorak [anorák]).

Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q como grafema independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos de otras lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya una q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para representar dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o quasar, o latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark, cuásar, cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q, estas voces han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) y escribirse, por ello, en cursiva y sin tilde.

Aunque en el ámbito de los nombres propios (antropónimos y topónimos) es frecuente el uso de grafías originarias no adaptadas o —si los nombres provienen de lenguas que emplean otro alfabeto u otro sistema de escritura, como el árabe, el hebreo o el chino— de transliteraciones de las grafías originarias al alfabeto latino, sin adaptaciones ulteriores, en el caso de los topónimos mayores, como son los nombres de países, es conveniente usar grafías plenamente adaptadas a la ortografía del español. Por ello, aplicando la misma norma que para los nombres comunes, se recomienda emplear con preferencia las grafías Catar e Irak para los nombres de esos dos países árabes, mejor que Qatar e Iraq, transcripciones de los originales árabes que presentan un uso de la q ajeno al sistema ortográfico del español.

4. Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos: guion, truhan, fie, liais, etc.


Para poder aplicar con propiedad las reglas de acentuación gráfica del español es necesario determinar previamente la división de las palabras en sílabas. Y para dividir silábicamente las palabras que contienen secuencias de vocales es preciso saber si dichas vocales se articulan dentro de la misma sílaba, como diptongos o triptongos (vais, o.pioi.de), o en sílabas distintas, como hiatos (lí.ne.a, ta.o.ís.ta).

Al no existir uniformidad entre los hispanohablantes en la manera de articular muchas secuencias vocálicas, ya que a menudo, incluso tratándose de las mismas palabras, unos hablantes pronuncian las vocales contiguas dentro de la misma sílaba y otros en sílabas distintas, la ortografía académica estableció ya en 1999 una serie de convenciones para fijar qué combinaciones vocálicas deben considerarse siempre diptongos o triptongos y cuáles siempre hiatos a la hora de aplicar las reglas de acentuación gráfica, con el fin de garantizar la unidad en la representación escrita de las voces que contienen este tipo de secuencias.

De acuerdo con dichas convenciones, y con independencia de cuál sea su articulación real en palabras concretas, se consideran siempre diptongos a efectos ortográficos las combinaciones siguientes:

a) Vocal abierta (/a/, /e/, /o/) seguida o precedida de vocal cerrada átona (/i/, /u/): estabais, confiar, diario, afeitar, viento, pie, doy, guion, aunar, acuario, actuado, reunir, sueño, estadounidense, antiguo.

b) Dos vocales cerradas distintas (/i/, /u/): triunfo, incluido, diurno, huir, viuda, ruido.

Del mismo modo, se consideran siempre triptongos a efectos ortográficos las secuencias constituidas por una vocal abierta entre dos vocales cerradas átonas: confiáis, actuáis, puntuéis, guau.

Como consecuencia de la aplicación de estas convenciones, un grupo limitado de palabras que tradicionalmente se habían escrito con tilde por resultar bisílabas (además de ser agudas terminadas en -n, -s o vocal) en la pronunciación de buena parte de los hispanohablantes —los que articulan con hiato las combinaciones vocálicas que contienen— pasan a considerarse monosílabas a efectos de acentuación gráfica, conforme a su pronunciación real por otra gran parte de los hispanohablantes —los que articulan esas mismas combinaciones como diptongos o triptongos—, y a escribirse, por ello, sin tilde, ya que los monosílabos no se acentúan gráficamente, salvo los que llevan tilde diacrítica.

Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio (pron. [krié], [krió]), criais, crieis y las de voseo crias, cria (pron. [kriás], [kriá]), de criar; fie, fio (pron. [fié], [fió]), fiais, fieis y las de voseo fias, fia (pron. [fiás], [fiá]), de fiar; flui, fluis (de fluir); frio (pron. [frió]), friais, de freír; frui, fruis (de fruir); guie, guio (pron. [gié], [gió]), guiais, guieis y las de voseo guias, guia (pron. [giás], [giá]), de guiar; hui, huis (de huir); lie, lio (pron. [lié], [lió]), liais, lieis y las de voseo lias, lia (pron. [liás], [liá]), de liar; pie, pio (pron. [pié], [pió]), piais, pieis y las de voseo pias, pia (pron. [piás], [piá]), de piar; rio (pron. [rió]), riais, de reír; sustantivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan y Sion.

Aunque la ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción, que quiebra el principio de unidad ortográfica, de modo que las palabras que pasan a considerarse monosílabas por contener este tipo de diptongos o triptongos ortográficos deben escribirse ahora obligatoriamente sin tilde.

Esta convención es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces, sea con hiato o con diptongo.


5. Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad


La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.

Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).

Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.

Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.


6. Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita entre cifras


Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o – en la casilla correspondiente.


7. Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)


Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura de las voces o expresiones prefijadas.

Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los prefijos en español:

a) Se escriben siempre soldados a la base a la que afectan cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo, antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exministro, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo, vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia, anti-cancerígeno) o separado de ella por un espacio en blanco (anti mafia, anti cancerígeno). Si se forma una palabra anteponiendo a la base varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados, sin guion intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.

b) Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: anti-ALCA, mini-USB, pos-Gorbachov, pro-Obama. El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21, super-8.

c) Se escriben necesariamente separados de la base a la que afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente proclives, por su significado, a unirse a bases de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.

Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base, unido a ella con guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia, anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos; supercansado, super-8, super en forma, etc.

Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el sentido de ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de situaciones circunstanciales de las personas. A partir de esta edición de la ortografía, ex- debe
someterse a las normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de alcalde, ex primera dama, etc.

8. Equiparación en el tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos, incluidas las locuciones


En la nueva ortografía se da cuenta de las normas que deben seguirse cuando se emplean en textos españoles palabras o expresiones pertenecientes a otras lenguas, siendo la principal novedad en este sentido la equiparación en el tratamiento ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones latinas (latinismos).

De acuerdo con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no adaptados —aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español— deben escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas. En cambio, los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan problemas de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o su pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las reglas de acentuación gráfica del español:

Me encanta el ballet clásico / Me encanta el balé clásico. Juego al paddle todos los domingos / Juego al pádel todos los domingos La reunión se suspendió por falta de quorum / La reunión se suspendió por falta de cuórum.

Así pues, según la nueva ortografía, y tal como ilustra el último ejemplo, los préstamos del latín solo se escribirán en letra redonda y con sometimiento a las reglas de acentuación gráfica del español cuando estén completamente adaptados a nuestro sistema ortográfico, al igual que se hace con los préstamos de otros idiomas.

Por su parte, las locuciones o dichos en otras lenguas que se utilicen en textos españoles deben escribirse igualmente en cursiva —o, en su defecto, entre comillas— para señalar su carácter foráneo, su consideración de incrustaciones de otros idiomas en nuestra lengua:

La historia tuvo un happy end de película. Su bien ganada fama de femme fatale le abría todas las puertas. La tensión fue in crescendo hasta que, finalmente, estalló el conflicto.

Según se establece en la nueva edición de la ortografía, las locuciones latinas (expresiones pluriverbales fijas en latín que se utilizan en todas las lenguas de cultura occidentales, incluido el español, con un sentido más o menos cercano al significado literal latino) deben recibir el mismo tratamiento ortográfico que las provenientes de cualquier otra lengua. Por lo tanto, deben escribirse, de acuerdo con su carácter de expresiones foráneas, en cursiva (o entre comillas) y sin acentos gráficos, ya que estos no existen en la escritura latina:

Así fue, grosso modo, como acabó aquel asunto. Se casó in articulo mortis con su novia de toda la vida. Renunció motu proprio a todos sus privilegios. Decidieron aplazar sine die las negociaciones. El examen post mortem reveló indicios de envenenamiento. Las grandes potencias eran partidarias de mantener el statu quo.