jueves, 23 de junio de 2022

Los tipos de entrevista

 Juan Gargurevich clasifica la entrevista de la siguiente manera:

- De retrato y/o personalidad: aquellas redactadas como narración (sin uso de las técnicas del “lead”) intercalando respuestas con datos sobre el entrevistado (descripción física, actitudes, etc.).

- Biográfica: Es la que combina el “retrato” con amplios detalles de la vida y obra del entrevistado, alternando estos datos con sus opiniones.

- De Opinión general: Que pueden ser divididas en dos clases:

a) Con información anterior sobre el personaje (muy conocido) lo que evita una introducción; y

b) Sin información anterior (personaje poco conocido), lo que obliga a una nota mas o menos amplia de introducción.

- De Actualidad: En las que la actualidad es la motivación fundamental. Puede ser dividida en los tipos siguientes:

a) Conferencia de Prensa (ya sea organizada o improvisada).

b) Encuesta (vía cuestionario a varias personas; o de un solo tema y una sola pregunta).

c) De Opinión (recoge opiniones de una personalidad relevante, sin necesidad de introducción).

d) Grupal (a varias personas que no son identificadas y cuyas respuestas son citadas como “opinión de grupo”).

e) De noticia (sobre un hecho noticiable, con identificación del informante y transcripción textual). Este informante puede o no ser persona de relieve; basta su condición de testigo).

Por su parte Erick Torrico se refiere a la clasificación de este subgénero periodístico en función de tres criterios:

- Por el número de participantes que tiene:

 a) Entrevista interpersonal (un entrevistador y un entrevistado)

b) Entrevista grupal o colectiva, llamada asimismo rueda o conferencia de prensa (un entrevistador y varios entrevistados, varios entrevistadores y un entrevistado o varios entrevistadores y varios entrevistados).

- Por la finalidad que persigue:

a) Entrevista noticiosa, cuando se busca informar de algo o alguien.

b) Entrevista de opinión, cuando el periodista usa la información que consiguió para hacer una evaluación personal del hecho y sustentar sus propios criterios.

c) Entrevista de semblanza, cuando el informador tiene el propósito de presentar un personaje a sus receptores, mediante un recuento biográfico, remembranzas o el atractivo de algunas facetas de su vida y obra.

- Por su grado de preparación:

a) Entrevista imprevista o repentina, que se presenta cuando el periodista se enfrenta a la impostergable necesidad de dialogar profesionalmente con un personaje conocido por su difícil accesibilidad y a quien encuentra por azar.

b) Entrevista remota o preparada, es aquella que ha sido previamente concertada con el entrevistado y planificada detenidamente por el entrevistador.  

Fraser Bond divide las entrevistas en cinco tipos principales:

1. La entrevista de noticia, busca hechos. Su campo es tan amplio como lo es el de todas las actividades humanas. En todos los casos, el reportero necesita saber cuáles son las preguntas productoras de noticias. Debe apresurarse a obtener rápidamente los hechos –nombres, ocupaciones, domicilios y títulos–  con tanta fidelidad como sea posible.

2. La entrevista de opinión es fácil a veces, pero por lo general requiere más tacto de parte del reportero que la entrevista que se hace con el ánimo de descubrir hechos. Cuando la opinión expresada es muy técnica o controvertible, el reportero suele pedir al entrevistado que escriba sus declaraciones principales, para evitar todo peligro de poner en sus labios cosas que no haya dicho.

3. La entrevista de personalidad o de material ameno generalmente despierta mayor interés. En esa clase de entrevista, como en la semblanza personal, más que en lo que dice el entrevistado, se hace hincapié en la forma cómo lo dice. Trata de proyectar la personalidad del entrevistado haciendo notar sus características, su manera de hablar o de vestir, su aspecto, sus rasgos personales, su idiosincrasia y otras cosas.

4. La entrevista de grupo, como su nombre lo indica, consigna en un solo artículo los hechos y las opiniones obtenidos por el reportero a través de una serie de entrevistas de varias personas. El reportero hace un resumen de lo que haya escuchado, en una entrada general, a continuación cita la opinión de cada uno de los expertos a quienes ha entrevistado. 

5. La entrevista de prensa se asemeja a la de grupo, aunque su técnica es exactamente la contraria. Con el propósito de ahorrar tiempo o para dar a toda la prensa las mismas facilidades, el personaje que va a ser entrevistado conviene en hacer pública una noticia importante, ante un grupo de periodistas. Después que el personaje ha hecho el anuncio, los reporteros se sienten en libertad de hacerle distintas preguntas complementarias, para ilustrar mejor el punto.

Asimismo, Mitchel Charnley aporta: “Aunque son muchas las clases de entrevistas o reportajes de este género, hay tres que merecen especial atención:

a) La entrevista noticiosa es aquella que proporciona al lector, oyente o televidente el comentario bien documentado o “experto” y lo ilustra sobre un asunto corriente.

b) La entrevista de personalidad, cuyo objeto es permitir al entrevistado revelar su carácter, su personalidad, a través de sus propias palabras.

c) La entrevista de encuesta, durante la que requieren los puntos de vista de cierto número de personas sobre determinada cuestión.

En resumen, la entrevista puede realizarse a través de un proceso dialógico interpersonal, intergrupal o en forma de conferencia de prensa. Puede ser noticiosa, de semblanza, de perfil, biográfico, institucional e histórica. Es un componente orgánico de los géneros periodísticos en tanto base de elaboración. Sin entrevista es casi imposible ejercitar el periodismo con su características de actualidad y veracidad.








¿Qué es la entrevista?

Según Erick Torrico, "la entrevista está basada en un interrogatorio que guía el desarrollo de una conversación en la que uno o varios informantes ofrecen información con respecto a un tema”.

La escuela norteamericana de periodismo da la siguiente definición: “conseguir mediante el diálogo noticias que sirvan para la redacción de un artículo: su dinámica está en función de los intereses del lector, y por tanto no del entrevistador ni del entrevistado. Su rasgo fundamental es que tenga actualidad e interés para los lectores, que satisfaga sus expectativas de conocimiento, que estimule su curiosidad y atraiga su atención”.

Por su parte, Mitchell añade: “La entrevista formal es la que surge directamente de una serie de declaraciones de una fuente individual (o de varias fuentes individuales) y alcanza su significación por el hecho de proceder de ese tipo de fuentes.

Asimismo, Alex Grijelmo llama “entrevista objetiva” a aquella en la que el periodista se limita a exponer su conversación con un personaje mediante el sistema de preguntas y respuestas. A diferencia de otro tipo de entrevista, se excluyen en ella los comentarios o las descripciones interpretativas en torno al entrevistado.

En cuanto a la entrevista periodística, Christopher Silvester  define: “como un encuentro cara a cara con el fin de entablar una conversación formal entre un representante de la prensa y alguien de quien éste espera obtener declaraciones para su publicación”. 

El propósito de la entrevista –dice Van Dyke y Moore- es conseguir noticias que sirvan para la redacción de un futuro artículo. Esta diferencia estriba en el núcleo de interés: la entrevista periodística se conduce, fundamentalmente, no en interés del entrevistador ni el entrevistado, sino del lector”  

Para entender mejor todavía lo que es una entrevista-periodística citemos algunas definiciones de conocidos tratadistas del periodismo:

Manuel del Arco: “Una interviú no es, más ni menos que una conversación llevada a la letra impresa” .

Gonzalo Martín Vivaldi : La entrevista, además de sus características propias, es también información y reportaje. Su misión: decir al lector “quien es” y “como es” tal o cual persona: lo que dice, piensa o hace con respecto a un problema determinado; o, simplemente, lo que hace en su vida como persona. 

En este caso, una entrevista es un retrato –con algo de narración- de un hombre, pero con el molde vivo, puesto ante el lector.

Eleazer Diaz Rengel sostiene: Una entrevista es un diálogo donde un interlocutor interroga, formula pocas o muchas preguntas, sobre uno o varios temas, en busca de información, para conocer opiniones o revelar una personalidad a través de las respuestas, mientras el otro interlocutor las responde o las elude, parcialmente. Y como forma literaria, es la reseña de esa conversación, o mas exactamente, de ese interrogatorio.

Luiz Beltrao : “Entrevista puede ser definida como la técnica de obtención de material de interés periodístico, por medio de preguntas que el reportero formula a otras personas”.

Fraser Bond, por su parte define: “La entrevista moderna, a la que estamos acostumbrados, consiste en un contacto personal entre dos personas: el reportero y el entrevistado. Mezcla las impresiones y la descripción del reportero, con los comentarios hechos por el entrevistado, en respuesta a las preguntas que le hace el periodista. A causa del interés intenso que siente el lector en los dichos y hechos de sus congéneres, la entrevista se ha popularizado tanto que todos los directores de periódico la consideran ahora como una de las columnas del periodismo. Se le emplea como noticia del día y también como suplemento dominical; es la columna vertebral de las revistas de los ‘fanáticos’; y, en su forma más pulida, adorna los números de las revistas ‘elegantes’”.

Mediante el siguiente punteo y en base a las definiciones anteriores, podemos establecer  que la entrevista consiste en:

- Es un subgénero periodístico transversal
- Es componente orgánico de los géneros periodísticos
- Es una técnica convencional indagatoria
- Es un puente comunicacional de aproximación a la realidad
- Es una comunicación interpersonal, cara a cara (efectividad)
- Es un intercambio de conocimientos entre el entrevistador y el entrevistado
- Es una relación dialógica para obtener datos, informaciones y noticias (interés actual y relevante) para su difusión en los medios de comunicación social.

En cuanto a sus funciones y características tenemos:

- Obtener información para uso periodístico y comunicacional
- Obtener testimonio de un aspecto de la realidad
- Dialógica (intercambio y retroalimentación permanente)
- Veracidad
- Mantener un proceso de interacción permanente 
- Lograr el interés del lector con poder de atracción
- Profundizar un hecho
- Esclarecer un hecho
- Analizar un hecho
- Establecer o reafirmar un criterio
- Desmetir o aclarar un hecho
- Actualizar algún tema.

domingo, 8 de octubre de 2017

Cómo redactar una crónica periodística

Hay un consenso en la forma de escribir la crónica periodística, es decir, en la estructura cronológica de narración. La estructura básica sería entonces:

a) Introducción o anulación del tema;

b) Argumentación o desarrollo de la historia;

c)  Conclusión o emisión del juicio sobre el tema.

Desde un punto de vista formal, el estilo de la crónica debe ser claro, sencillo, conciso; revelador de un contenido objetivo, de un mensaje que comunica a alguien.  

La crónica de firma reconocida es libre de escribir como quiera, su estilo personal es indiscutible.

Siempre que su trabajo no soslaye las elementales normas informativas propias del periodismo como medio de comunicación.

Por ejemplo estipula tres partes básicas en la conformación de una crónica:

a). La entrada (para llamar la atención del lector);

b) El cuerpo (narra lo sucedido, en forma narrativa directa o dramatizada con diálogos; la imaginación no debe tergiversar los hechos);

c) La culminación (el objetivo hacia el que el redactor ha estado llevando a sus lectores).

Johnson y Harris dicen al respecto:

“la entrada somatizada, con el cuerpo por orden cronológico, se usa frecuentemente. Hay todavía otra forma”. Se llama la noticia del clímax inesperado. El propósito de la técnica del climax inesperado es retener la atención del lector para un final de relato cronológico Henry, clímax con impacto. No se aplican las reglas referentes al orden cronológico o de las cinco preguntas. Al contrario, el relato va constituyéndose a medida que se desarrolla. Pero el comienzo debe tener   un interés “con suspenso, para atraer lectores”.

La fórmula de Carl Warren se basa en cinco puntos:

1. Presentación o caracterización,
2. Acción creciente,
3. Crisis,
4. Acción declinante, y
5. Desenlace.

El autor agrega: “El impacto en la última línea. Un redactor de reportaje de tipo dramático tiene la misma obligación que el dramaturgo: culminar con su impacto. Esto significa que debe conocer, y escribir mentalmente, las últimas líneas antes de empezar, de modo que del desarrollo de su escrito  constituya una preparación del desenlace dramático. El aspecto más difícil de la dramatización consiste en desarrollar cuidadosamente la intriga, despertando la curiosidad sin satisfacerla. Mantener el secreto hasta la revelación final”. Advierte que el título nunca revelará el final, pues más bien deberá participar” en la conspiración para preparar el climax”.

Clasificación de la crónica periodística

Para Jonson y Harris, la crónica periodística puede clasificarse en: descriptivas, narrativas o expositivas, con la advertencia de que: “no puede ser imaginaria. Los incidentes hechos y personajes aludidos son reales y deben existir, no crearse”.

Martín Vivaldi nos dice que “La crónica (por su enfoque puede ser impresionista o expresionista. “Queremos decir que el cronista puede contentarse con una impresión más o menos fotográfica de lo que cuenta (...) o también puede darnos una versión mentalmente reelaborada de los hechos”

El profesor Beltrán clasifica dos grupos importantes de crónica:

1.- En cuanto a la naturaleza del asunto:

a) Crónica general (...) temas de cualquier naturaleza, divulgados bajo un epígrafe general, forma gráfica o ubicación en página permanente;

b) Crónica local (“urbana” o “de la ciudad”)... La vida cotidiana de la ciudad;

c) Crónica especializada (llamada a veces “de comentario” integrando la respectiva página o sección, con presentación gráfica del texto, y distinta de las demás materias que son publicadas allí, el autor focaliza los asuntos referentes a (especialidades): política, deportes economía, etc.

2.- En cuanto al trato dado al asunto:

a) Analítica, en que predomina la dialéctica: los hechos son expuestos con brevedad y estudiados luego con objetividad (parece pequeño ensayo científico);

b) Sentimental, en que predomina la apelación a la sensibilidad del lector y en donde los hechos son explotados en aquellos aspectos pintorescos, épicos, líricos, capaces de emocionar e influir en la acción, mediante un impulso casi inconsciente (...) lenguaje vivo, calificativos, sustantivos concretos, gerundios, el ritmo es ágil ... no tiene profundidad dialéctica.

c) Satírica humorística, en que el objetivo es criticar, ridiculizado o tratando con ironía los hechos, acciones. Personajes o pronunciamientos comentados, con la finalidad de advertir o divertir al lector.

La crónica de interés humano


A partir del énfasis en informar sobre las personas, la escuela norteamericana desarrolló el interés en las noticias, globalmente, para producir como su mejor resultado la llamada “Crónica de Interés Humano”.

Este interés humano es una de las características principales del periodismo del país del Norte y es justamente la que probablemente marca la diferencia con el periodismo que se cultiva en América Latina.

Desde el cambio a la gran industria del periodismo Norteamericano inicio una verdadera carrera de búsqueda de personalidades capaces de interesar a su publico masivo, se ha intentado de una serie de teorías explicativas de este fenómeno que van desde la citada premisa simplista de “ las personas se interesan por las personas” hasta problemáticas psicologías “ identificación” propias de las masas norteamericanas,  la nota de interés humano tiene como característica cierta superficialidad,

La crónica de interés humano es aquella información que tiene por objetivo movilizar emociones en el lector apelando a su sensibilidad. Pero no contempla el tipo de crónica de verdadero “interés humano” o sea la movilización de la sensibilidad hacia situaciones de tipo social (miseria, injusticia, etc.) sino que se detiene en el hallazgo de hechos triviales (La niña perdida, el perrito ahogado, la vaca ciega, etc. Esta técnica, sin embargo, puede ser rescatada de tipo social y que no podrían ser suficientemente explicitadas si se plantearan como notas informativas comunes o entrevistas.

Harrington definió perfectamente este tipo de información: “La crónica de interés humano hace uso franco de emociones elementales o instintos tales como curiosidad, amor, miedo, sorpresa, humor, compasión, tristeza, lucha por la vida, riqueza y felicidad, todos los cuales hallan respuesta inmediata en toda la gente”. Planteó asimismo, que la nota de interés humano puede resaltar:

a) Lo dramático y heroico

b) Conductas inusuales de animales y

c) Sentimientos de simpatía.

Johson por su parte dice que la historia de interés humano tiene como objetivo entretener y dar a conocer, remarcar la naturaleza y sus hábitos vida de la gente. Este tipo clásico de artículo agrega, no tiene elemento específico de actualidad inmediata.  Rara vez contiene valores noticiosos en el sentido de la nota informativa más bien surte, alimenta la curiosidad de la gente acerca de otra gente, animales, rareza, cosas y lugares inusuales. La clave del interés humano no es la significación la reacción emocional ya sea risa o llanto, simpatía o cólera.

Citaremos finalmente a Mandel nuevamente:

“La nota periodística de interés humano parece ser un fenómeno típico de los Estados Unidos; en el fondo, no es más que la adición de interés humano y colorido, a las notas periodísticas objetivas. Sin embargo, a diferencia de estas últimas, la nota de interés humano no tiene más límite que la inventiva y la facultad creadora del redactor”.

La crónica de interés social


Por contraste a la crónica de interés humano típica de los Estados Unidos, en otros países, especialmente en América Latina, ha surgido lo que llamaremos arbitrariamente “Crónica de interés social”, para diferenciarla de la anterior.

Este tipo de crónica es la que enfatiza el relato de situaciones en la que resalta cuestiones eminentemente sociales y que contienen un elemento de simpatía hacia los actores del drama. Y a la vez, denotan una posición muy bien definida de reclamo, de cambio.

Normalmente descubren aspectos que podrían resultar desagradables para determinados sectores y que prefieren optar por el silenciamiento. Crónica sobre niños mendigos, obreros desocupados, huelguistas de hambre, familiares de presos, escasez de alimentos, etc. y en fin, todo aquello que suponga abrir una herida en el “Sistema” para mostrar el interior, provoca rechazo en los grandes diarios llamados “aspectos desagradables” de la vida. Estos aspectos forman parte, sin embargo, de la realidad concreta, objetiva, de cualquier país.

La finalidad de la crónica de interés social es la denuncia de los problemas de la sociedad; la miseria, niños en la calle, la violencia etc.  y con esto pretende sensibilizar a las instituciones, autoridades y a la sociedad en general sobre estos problemas

En cuanto al contenido, del tema de la crónica, podríamos diferenciar todavía varias clases más, que son muy populares, a saber:

a) Crónica de viajes. Relatos de experiencia de viajes, especialmente en lugares exóticos. Puede ser también de énfasis en las anécdotas de viajeros:

b) Crónica de remembranzas. Relato de recuerdos, fragmentos de “memorias”, de cierto significado histórico;

c) Crónica histórica. Relatos de contextos de antecedentes de  situaciones  de actualidad que requieren de explicación de orígenes, tienen sentido sólo cuando va acompañada de la nota informativa respectiva.

d) Crónica de corresponsal. Relato y comentario de noticias de impacto especial, que sigue inmediatamente después de la nota informativa y a modo de ampliación. Supone gran actualidad.

e) Crónica Política.  Estas sólo se justifican cuando el autor es personaje literario o político, es muy conocido y se puede decir que esta crónica, máxime si se tiene en cuenta su posible y probable influencia en la opinión pública.

Entendiendo a este punto como manifestación de la vida de un pueblo, el cronista no ha de lograr el político, sino ampliar enfoque de su cámara mental a lo que se refiere.

f) Crónica local o urbana. Esta da cuenta de la vida cotidiana de la vida rutinaria de la ciudad.

g) Crónica roja o sensacionalista. Este estilo periodístico que en su trabajo intencionalmente, exagera o desorbita la importancia real de un suceso, bien por la forma expresiva o también por la presentación de las fotografías.

El sensacionalismo cada día más desacreditado, pero continúa con sus adeptos.

La cultura propia de nuestros tiempos exige un tratamiento correcto y exacto de la información.

La fácil objetivación sólo se considera como sensacional a la noticia que realmente lo sea. Y la verdad es que lo sensacional no abunda, y muchas veces es corriente de todos los días haciéndose blanco de las crónicas rojas

Dentro de la gama de géneros que cultivan los corresponsales en el extranjero, esta la crónica de comentario sobre un suceso importante. Probablemente la tarea más importante del corresponsal será la de  enviar oportunamente y rápidamente,  el relato de un  hecho. Mas tarde es seguro que enviará a su oficina central un artículo de comentario sobre aquella noticia y que tendrá características de crónicas.

Estas crónicas de comentario sobre sucesos suelen tener varios tipos de enfoque, fácilmente diferenciales: - Las de tono personal, que sólo se justifican  cuando el autor  es personaje  literario, político, etc, muy conocido; - las de análisis de la agencia, sin identificación del autor : y Las    firmadas por periodistas de la agencia o colaboradores.


La crónica de guerra


La “crónica de guerra” es un tipo especial dentro del amplio género de crónica, es transmitida periódicamente basada en la premisa de que el lector ya conoce el contexto en que se realiza el conflicto armado. No es una crónica que informa a la vez que contextualiza.

El desarrollo de la crónica de guerra va aparejada a la historia misma del periodismo. Y los más célebres corresponsales de guerra   obtuvieron sus mejores éxitos periodísticos no tanto en la celebridad del envío de noticias sino en su capacidad para describir las condiciones, situaciones, etc. De las acciones de guerra, de los combatientes, esperanzas y desalientos, (Juan Gargurevich).

El mayor auge de este tipo de crónica se dio, indudablemente, durante La Segunda Guerra Mundial gracias al desarrollo de las comunicaciones y la formación creciente de públicos masivos, vivamente interesados en las incidencias de la gran confrontación armada involucrada a diferencia de la Primera Guerra – prácticamente todo el planeta, de un modo u otro.

La crónica de viaje   


Dentro de la extensa gama de crónicas, la “Crónica de Viaje” es probablemente la más cultivada desde hace muchos años. Y no solo por periodistas y escritores, sino también por aficionados que estimaron que su viaje había sido lo suficientemente exótico  o interesante  como para registrarlo en letra impresa. Diarios revistas y muchos libros han publicado crónicas viajeras. En América Latina fueron frecuentes los relatos de los viajeros que recorrieron la Unión Soviética o China en los años 50 como muestra de, repetimos, exotismo ante lo “desconocido” de entonces. También naturalmente se han publicado crónicas sobre países orientales, regiones remotas o acaso inaccesibles.

La crónica de remembranza o del recuerdo


Los diarios publican frecuentemente Crónicas de Remembranza, de acuerdo, añoranza , en que el actor rememora tiempos pasados buenos o malos de cualquier tema. Para encajar en ese tipo   de  crónica, tienen que tratarse de temas asuntos vividos por el autor.

En América Latina se tiene mucha afición a la crónica de la remembranzas y se han publicado incontables: quienes tiene capacidad de convertir  sucesos en anécdotas tienen siempre algo que contar. Y lo escriben. Así, muchos escritores han sido atraídos por el género y por supuesto los periodistas mismos.

Definición de crónica periodistica

Al revisar diferentes libros de periodismo y centrarnos en la crónica, observamos definiciones similares:

Dice Erick Torrico: “La crónica está basada en un criterio cronológico, o sea en el desarrollo sucesivo –e identificable de ese modo en el tiempo de la parte de un hecho o de una serie de acontecimientos que constituye un conjunto cuyo nexo esencial es la causalidad.”

Es el relato pormenorizado secuencial y oportuno de un suceso dinámico de interés colectivo. La crónica narra cómo se produjo un hecho noticioso y recrea el escenario y la atmósfera en que aconteció, no obstante su naturaleza y motivación, la crónica no se rige estrictamente por el desarrollo cronológico del suceso, sino que puede cuando contenga alterar esa estructura lógica mediante un ordenamiento jerárquico de los detalles.

El objetivo de la crónica es hacer vivir al sector la presencia de los acontecimientos, por ello se preocupa de captar lo pintoresco, lo bello, lo peculiar y lo humano. No tiene la concisión de la noticia y da margen a la creación literaria.

Así entonces, con ligeras variantes, los autores norteamericanos comprueban la necesidad de plantear aquel tipo especial de artículo, que escapa a las reglas rígidas de objetividad de la vieja escuela.

Harrington H. F., en Typical Newspapers Stories (1915) escribía: “Una nota informativa es un boceto al carboncillo; una crónica es un retrato terminado, culminado con sombra y color” (13).

Debe advertirse que la escuela norteamericana no marca diferencia clara entre el Reportaje y la crónica y que a principios de siglo, ya con un periodismo muy desarrollado, sus géneros fundamentales eran sólo nota informativa crónica, con su variante de crónica de interés humano, entrevista y algunas variantes que se mencionaran más adelante.

Finalmente, pondremos una definición de crónica:

"es un relato sobre personas. hechos o cosas reales, con fines informativos, redactados preferentemente de modo cronológico y que,  a diferencia de la nota informativa, no exige actualidad inmediata pero sí vigencia periodística".

Raúl Rivadeneira explica:

“La palabra crónica sugiere inmediatamente la expresión ‘crónica’ relación en la que el elemento tiempo o más precisamente la sucesión temporal de un hecho determina la estructura de la noticia. Acontecimientos deportivos, viajes, sucesos políticos y otros, son aptos para la crónica periodística. No se trata de una sujeción rígida, cronométrica en el curso de los acontecimientos, sino de la relación de incidentes relevantes del mismo, dentro de una sucesión ordenada”

Siegfried Mandel, llama a las crónicas “informaciones complementarias” o  “de suplemento”, partiendo seguramente de  la comprobación empírica, objetiva de la existencia de un tipo de artículo que no se ajusta a las definiciones que él mismo plantea. Y a esa forma de artículo, decide entonces definirlo como especialidad del redactor de suplemento.

Dice Mandel:

“Se considera  a menudo que la redacción de suplemento es la más literaria de todas las formas periodísticas, debido a que se requiere las aptitudes que caracterizan a la novela: narración de incertidumbre sostenida; dramatización de los acontecimientos; descripción de los personajes desde el punto de vista de su apariencia, hábitos sicología., motivaciones, diálogos, sentido del humor y comprensión, y la capacidad del narrador para producir una culminación significativa y vigorosa (...) Debido a que la información de suplemento requiere este acicalamiento de  la noticia, el periodista novato debe dominar primero las técnicas de la redacción periodística objetiva antes de probar su suerte con los artículos de suplemento”.

Juan Gargurevich afirma “que la crónica es un relato sobre personas, hechos o cosas reales con fines informativos, redactados perfectamente de modo cronológico y que, a diferencia de la nota informativa, no exige actualidad inmediata pero si vigencia periodística”.

Johnson dice que "las crónicas son sencillamente, aquellas en que el elemento noticioso no es la razón de ser de la misma nota y que en términos generales la crónica intuye información de interés humano”.

Maria J. Sierra coloca a la crónica en los géneros informativos al decir que la crónica es un genero de la literatura periodística eminentemente informativo y por lo tanto, con una colocación lógica dentro del periodismo, por cuanto en toda narración hay siempre una tendencia informativa la, buena crónica hace vivir al lector la presencia de aquellos acontecimientos a los que no asistió y, aunque aparentemente menos importante en sus asuntos que otros géneros, constituye para el publico interesante elemento informativo

Otros autores no dudan en colocar a la crónica entre los géneros de opinión que a continuación son mencionados.

El brasileño Beltrán no duda en colocar a la crónica entre los géneros de opinión. Su planteamiento es que: “La crónica es la forma de expresión del periodista para transmitir al lector su juicio sobre hechos, ideas y estados psicológicos personales o colectivos. (...) Como los demás géneros periodísticos, la crónica está íntimamente unida a la actualidad, por su etimología griega (Kronos: tiempo) y por su tradicional sentido de relato de acontecimientos en orden cronológico”

Martín Vivaldi define a la crónica como “una información interpretativa y valorativa de hechos noticiosos, actuales o actualizados, donde se narra algo al propio tiempo que se juzga loo narrado. Así coloca a la crónica como un género, entre informativo y de opinión “Lo característico de la verdadera crónica, es la valoración del hecho al tiempo que se va narrando. El cronista, al relatar algo, nos da su versión del suceso; pone en su narración un tinte personal”

Video: ¿cómo y cuándo utilizar el acento ortográfico?

Definición y características del estilo periodístico

El Estilo


Se llama estilo al conjunto de las características y cualidades que diferencian una forma de escribir, y que conforman una estética con el uso del lenguaje.

Apunte: (Albalat) El estilo es el esfuerzo por medio del cual la inteligencia y la imaginación encuentran los matices, las relaciones de las expresiones y de las imágenes, en las ideas y en las palabras o en las relaciones entre unas y otras.
Variedad de Estilos:

- Estilo Literario: es el mundo de la ficción y la fantasía. Permite ambigüedad. Se busca el impacto, el goce artístico.

- Estilo Periodístico: se busca precisión, simpleza, cosas que tienen que ver con las particularidades propias del periodismo.

- Estilo Académico: su finalidad es la divulgación del conocimiento. Tiene la intención de dejar una enseñanza. Son rigurosos.

Figuras Retóricas:


Sin herramientas que el periodismo toma de la literatura para poder construir el relato. Como la metáfora, el oximorón (azúcar amargo), el doble sentido, la ironía, etc.


Características del Estilo Periodístico:


1) Claridad: Significa expresión al alcance de un hombre de cultura media, es decir, conceptos bien digeridos y con sintaxis correcta y vocabulario o léxico al alcance de la mayoría. Dicho de otra manera el estilo es claro cuando el pensamiento del que escribe penetra sin esfuerzo en la mente del lector.

Clave: en una lectura se tiene que entender lo que se está diciendo.

2) Concisión: Se refiere a que sólo deben ser empleadas aquellas palabras que sean absolutamente precisas para expresar lo que queremos. Cada línea, cada palabra o cada frase están preñadas de sentido. Lo contrario es la vaguedad, la imprecisión, el exceso de palabras.

Clave: no ser redundante a la hora de decir algo, no dar vueltas. No llenar de ideas una sola oración. Seleccionar los verbos y sustantivos adecuados, por ejemplo: no es lo mismo decir, que denunciar o exigir.

3) Sencillez: será sencillo el escritor que utiliza palabras y frases de fácil comprensión, no enrevesadas. Ser sencillo no es tan fácil, ya que tendemos a distinguirnos de los demás; el escritor vanidoso casi nunca es sencillo en su expresión.

Clave: utilizar construcciones sencillas sin caer en la vulgaridad.

4) Naturalidad: será natural quien al escribir se sirve de su propio vocabulario, de su habitual modo expresivo “decir naturalmente lo natural”. También será natural quien procure que las palabras y las frases sean las propias, las que el tema exige. Es huir de la afectación y el rebuscamiento.

Clave: no usar diminutivos ni cursilerías, como llamar a un anciano “abuelo”.

5) Precisión: (Internet) La precisión se refiere al uso de términos correspondientes de modo exacto al significado que se desea exponer. Un texto es preciso cuando no se puede omitir una sola palabra sin modificarle el sentido. Para lograr la precisión, es recomendable usar palabras concretas en vez de abstracciones.

6) Exactitud: Consiste en no decir ni más ni menos de lo que se debe decir, y en decirlo con exactitud.

Clave: se refiere a la elección de las palabras y los datos adecuados. Obliga a no usar vocabulario de gacetilla, comunicados, muletillas, etc.

7) Originalidad: La originalidad del estilo radica, de modo casi exclusivo, en la sinceridad. Todos somos originales cuando somos nosotros mismos. Huir de las frases hechas, de las expresiones banales y los clichés es el mejor de los ejercicios para conseguir un estilo original. Así, la originalidad no consiste tanto en la novedad del asunto, como en el modo nuevo, personal y sincero de enfocarlo y realizarlo.

8) Variedad: (Internet) La variedad depende del empleo de frases, palabras o giros distintos para tornar agradable y elegante la expresión. La tendencia a ceñir el lenguaje a un número limitado de vocablos, frases y muletillas corrientes, en detrimento de la variedad y riqueza léxica, genera un estilo descolorido y sin gracia. Este defecto, conocido como monotonía o pobreza, se manifiesta por ejemplo en el abuso de varios verbos comunes o fáciles que se emplean con variedad de significados en lugar de otros más aptos y precisos.

Clave: evitar la monotonía; ofrecer un texto atractivo es utilizar variedad de recursos.

Principales novedades de la edición de Ortografía de la lengua española (2010)

Estos son los cambios vigentes que se aplican en la gramática española, por lo que vale la pena leerlo con detenimiento:

1. Exclusión de los dígrafos ch y ll del abecedario


Se excluyen definitivamente del abecedario los signos ch y ll, ya que, en realidad, no son letras, sino dígrafos, esto es, conjuntos de dos letras o grafemas que representan un solo fonema. El abecedario del español queda así reducido a las veintisiete letras siguientes: a, b, c, d, e, f, g, h, i, j, k, l, m, n, ñ, o, p, q, r, s, t, u, v, w, x, y, z.

El español se asimila con ello al resto de las lenguas de escritura alfabética, en las que solo se consideran letras del abecedario los signos simples, aunque en todas ellas existen combinaciones de grafemas para representar algunos de sus fonemas.

La eliminación de los dígrafos ch y ll del inventario de letras del abecedario no supone, en modo alguno, que desaparezcan del sistema gráfico del español. Estos signos dobles seguirán utilizándose como hasta ahora en la escritura de las palabras españolas: el dígrafo ch en representación del fonema /ch/ (chico [chíko]) y el dígrafo ll en representación del fonema /ll/ o, para hablantes yeístas, del fonema /y/ (calle [kálle, káye]). La novedad consiste, simplemente, en que dejan de contarse entre las letras del abecedario.

Al tratarse de combinaciones de dos letras, las palabras que comienzan por estos dígrafos o que los contienen no se alfabetizan aparte, sino en los lugares que les corresponden dentro de la c y de la l, respectivamente. La decisión de adoptar el orden alfabético latino universal se tomó en el X Congreso de la Asociación de Academias de la Lengua Española, celebrado en 1994, y viene aplicándose desde entonces en todas las obras académicas.

2. Propuesta de un solo nombre para cada una de las letras del abecedario


Algunas de las letras tienen varios nombres con tradición y vigencia en diferentes zonas del ámbito hispánico. La nueva edición de la ortografía, sin ánimo de interferir en la libertad de cada hablante o país de seguir utilizando el nombre al que esté habituado, pretende promover hacia el futuro un proceso de convergencia en la manera de referirse a las letras del abecedario, razón por la que recomienda, para cada una de ellas, una denominación única común. El nombre común recomendado es el que aparece en la relación siguiente debajo de cada letra.

La recomendación de utilizar un solo nombre para cada letra no implica, en modo alguno, que se consideren incorrectas las variantes denominativas con vigencia en el uso que presentan algunas de ellas, y que a continuación se comentan:

- La letra v tiene dos nombres: uve y ve. El nombre uve es el único empleado en España, pero también es conocido y usado en buena parte de América, donde, no obstante, está más extendido el nombre ve. Los hispanohablantes que utilizan el nombre ve suelen acompañarlo de los adjetivos corta, chica, chiquita, pequeña o baja, para poder distinguir en la lengua oral el nombre de esta letra del de la letra b (be), que se pronuncia exactamente igual. El hecho de que el nombre uve se distinga sin necesidad de añadidos del nombre de la letra b justifica su elección como la denominación recomendada para la v en todo el ámbito hispánico.

- La letra b se denomina simplemente be entre aquellos hispanohablantes que utilizan el nombre uve para la letra v. En cambio, quienes llaman ve (corta, chica, chiquita, pequeña o baja) a la v utilizan habitualmente para la b las denominaciones complejas be larga, be grande o be alta, añadiendo en cada caso el adjetivo opuesto al que emplean para referirse a la v.

- La letra w presenta también varios nombres: uve doble, ve doble, doble uve, doble ve y doble u (este último, calco del inglés double u). Se da preferencia a la denominación uve doble por ser uve el nombre común recomendado para la letra v y ser más natural en español la colocación pospuesta de los adjetivos.

- La letra y se denomina i griega o ye. El nombre i griega, heredado del latino, es la denominación tradicional y más extendida de esta letra, y refleja su origen y su empleo inicial en préstamos del griego. El nombre ye se creó en la segunda mitad del siglo XIX por aplicación del patrón denominativo que siguen la mayoría de las consonantes, que consiste en añadir la vocal e a la letra correspondiente (be, ce, de, etc.). La elección de ye como nombre recomendado para esta letra se justifica por su simplicidad, ya que se diferencia, sin necesidad de especificadores, del nombre de la letra i.

- La letra i, cuyo nombre es i, recibe también la denominación de i latina para distinguirla de la letra y cuando para esta última se emplea la denominación tradicional de i griega.

A diferencia de las variantes denominativas que se acaban de exponer, todas ellas válidas, no se consideran hoy aceptables los nombres alternativos que han recibido algunas otras letras en el pasado; así, se aconseja desechar definitivamente el nombre ere para la r, así como las formas ceta, ceda y zeda para la z. Los únicos nombres válidos hoy para estas letras son, respectivamente, erre y zeta.

3. Sustitución, por grafías propias del español, de la q etimológica con valor fónico independiente en aquellos extranjerismos y latinismos plenamente adaptados al español (quorum > cuórum)


En el sistema ortográfico del español, la letra q solo tiene uso como elemento integrante del dígrafo qu para representar el fonema /k/ ante las vocales e, i (queso [késo], quién [kién]). Este mismo fonema se representa, en el resto de las posiciones, con la letra c (canguro [kangúro], corto [kórto], cuenta [kuénta], acné [akné], tictac [tikták]), aunque en préstamos de otras lenguas también puede aparecer representado por la letra k en cualquier posición (karaoke [karaóke], kilo [kílo], koala [koála], kurdo [kúrdo], búnker [búnker], anorak [anorák]).

Es, por lo tanto, ajeno a la ortografía del español el empleo de la letra q como grafema independiente, con valor fónico autónomo. Por ello, los préstamos de otras lenguas, sean latinismos o extranjerismos, cuya grafía etimológica incluya una q que por sí sola represente el fonema /k/, si se adaptan al español, deben sustituir esa q por las grafías propias de la ortografía española para representar dicho fonema. En aplicación de esta norma, voces inglesas como quark o quasar, o latinas como quorum o exequatur, deben escribirse en español cuark, cuásar, cuórum y execuátur. En caso de mantener las grafías etimológicas con q, estas voces han de considerarse extranjerismos o latinismos crudos (no adaptados) y escribirse, por ello, en cursiva y sin tilde.

Aunque en el ámbito de los nombres propios (antropónimos y topónimos) es frecuente el uso de grafías originarias no adaptadas o —si los nombres provienen de lenguas que emplean otro alfabeto u otro sistema de escritura, como el árabe, el hebreo o el chino— de transliteraciones de las grafías originarias al alfabeto latino, sin adaptaciones ulteriores, en el caso de los topónimos mayores, como son los nombres de países, es conveniente usar grafías plenamente adaptadas a la ortografía del español. Por ello, aplicando la misma norma que para los nombres comunes, se recomienda emplear con preferencia las grafías Catar e Irak para los nombres de esos dos países árabes, mejor que Qatar e Iraq, transcripciones de los originales árabes que presentan un uso de la q ajeno al sistema ortográfico del español.

4. Eliminación de la tilde en palabras con diptongos o triptongos ortográficos: guion, truhan, fie, liais, etc.


Para poder aplicar con propiedad las reglas de acentuación gráfica del español es necesario determinar previamente la división de las palabras en sílabas. Y para dividir silábicamente las palabras que contienen secuencias de vocales es preciso saber si dichas vocales se articulan dentro de la misma sílaba, como diptongos o triptongos (vais, o.pioi.de), o en sílabas distintas, como hiatos (lí.ne.a, ta.o.ís.ta).

Al no existir uniformidad entre los hispanohablantes en la manera de articular muchas secuencias vocálicas, ya que a menudo, incluso tratándose de las mismas palabras, unos hablantes pronuncian las vocales contiguas dentro de la misma sílaba y otros en sílabas distintas, la ortografía académica estableció ya en 1999 una serie de convenciones para fijar qué combinaciones vocálicas deben considerarse siempre diptongos o triptongos y cuáles siempre hiatos a la hora de aplicar las reglas de acentuación gráfica, con el fin de garantizar la unidad en la representación escrita de las voces que contienen este tipo de secuencias.

De acuerdo con dichas convenciones, y con independencia de cuál sea su articulación real en palabras concretas, se consideran siempre diptongos a efectos ortográficos las combinaciones siguientes:

a) Vocal abierta (/a/, /e/, /o/) seguida o precedida de vocal cerrada átona (/i/, /u/): estabais, confiar, diario, afeitar, viento, pie, doy, guion, aunar, acuario, actuado, reunir, sueño, estadounidense, antiguo.

b) Dos vocales cerradas distintas (/i/, /u/): triunfo, incluido, diurno, huir, viuda, ruido.

Del mismo modo, se consideran siempre triptongos a efectos ortográficos las secuencias constituidas por una vocal abierta entre dos vocales cerradas átonas: confiáis, actuáis, puntuéis, guau.

Como consecuencia de la aplicación de estas convenciones, un grupo limitado de palabras que tradicionalmente se habían escrito con tilde por resultar bisílabas (además de ser agudas terminadas en -n, -s o vocal) en la pronunciación de buena parte de los hispanohablantes —los que articulan con hiato las combinaciones vocálicas que contienen— pasan a considerarse monosílabas a efectos de acentuación gráfica, conforme a su pronunciación real por otra gran parte de los hispanohablantes —los que articulan esas mismas combinaciones como diptongos o triptongos—, y a escribirse, por ello, sin tilde, ya que los monosílabos no se acentúan gráficamente, salvo los que llevan tilde diacrítica.

Las palabras afectadas por este cambio son formas verbales como crie, crio (pron. [krié], [krió]), criais, crieis y las de voseo crias, cria (pron. [kriás], [kriá]), de criar; fie, fio (pron. [fié], [fió]), fiais, fieis y las de voseo fias, fia (pron. [fiás], [fiá]), de fiar; flui, fluis (de fluir); frio (pron. [frió]), friais, de freír; frui, fruis (de fruir); guie, guio (pron. [gié], [gió]), guiais, guieis y las de voseo guias, guia (pron. [giás], [giá]), de guiar; hui, huis (de huir); lie, lio (pron. [lié], [lió]), liais, lieis y las de voseo lias, lia (pron. [liás], [liá]), de liar; pie, pio (pron. [pié], [pió]), piais, pieis y las de voseo pias, pia (pron. [piás], [piá]), de piar; rio (pron. [rió]), riais, de reír; sustantivos como guion, ion, muon, pion, prion, ruan y truhan; y ciertos nombres propios, como Ruan y Sion.

Aunque la ortografía de 1999, donde se establecieron las citadas convenciones, prescribía ya la escritura sin tilde de estas palabras, admitía que los hablantes que las pronunciasen como bisílabas pudiesen seguir acentuándolas gráficamente. En cambio, a partir de la edición de 2010 se suprime dicha opción, que quiebra el principio de unidad ortográfica, de modo que las palabras que pasan a considerarse monosílabas por contener este tipo de diptongos o triptongos ortográficos deben escribirse ahora obligatoriamente sin tilde.

Esta convención es solo ortográfica, por lo que no implica, en modo alguno, que los hablantes deban cambiar la manera en que pronuncian naturalmente estas voces, sea con hiato o con diptongo.


5. Eliminación de la tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos incluso en casos de posible ambigüedad


La palabra solo, tanto cuando es adverbio y equivale a solamente (Solo llevaba un par de monedas en el bolsillo) como cuando es adjetivo (No me gusta estar solo), así como los demostrativos este, ese y aquel, con sus femeninos y plurales, funcionen como pronombres (Este es tonto; Quiero aquella) o como determinantes (aquellos tipos, la chica esa), no deben llevar tilde según las reglas generales de acentuación, bien por tratarse de palabras llanas terminadas en vocal o en -s, bien, en el caso de aquel, por ser aguda y acabar en consonante distinta de n o s.

Aun así, las reglas ortográficas anteriores prescribían el uso de tilde diacrítica en el adverbio solo y los pronombres demostrativos para distinguirlos, respectivamente, del adjetivo solo y de los determinantes demostrativos, cuando en un mismo enunciado eran posibles ambas interpretaciones y podían producirse casos de ambigüedad, como en los ejemplos siguientes: Trabaja sólo los domingos [= ‘trabaja solamente los domingos’], para evitar su confusión con Trabaja solo los domingos [= ‘trabaja sin compañía los domingos’]; o ¿Por qué compraron aquéllos libros usados? (aquéllos es el sujeto de la oración), frente a ¿Por qué compraron aquellos libros usados? (el sujeto de esta oración no está expreso y aquellos acompaña al sustantivo libros).

Sin embargo, ese empleo tradicional de la tilde en el adverbio solo y los pronombres demostrativos no cumple el requisito fundamental que justifica el uso de la tilde diacrítica, que es el de oponer palabras tónicas o acentuadas a palabras átonas o inacentuadas formalmente idénticas, ya que tanto solo como los demostrativos son siempre palabras tónicas en cualquiera de sus funciones. Por eso, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas formas incluso en casos de ambigüedad. La recomendación general es, pues, no tildar nunca estas palabras.

Las posibles ambigüedades pueden resolverse casi siempre por el propio contexto comunicativo (lingüístico o extralingüístico), en función del cual solo suele ser admisible una de las dos opciones interpretativas. Los casos reales en los que se produce una ambigüedad que el contexto comunicativo no es capaz de despejar son raros y rebuscados, y siempre pueden evitarse por otros medios, como el empleo de sinónimos (solamente o únicamente, en el caso del adverbio solo), una puntuación adecuada, la inclusión de algún elemento que impida el doble sentido o un cambio en el orden de palabras que fuerce una única interpretación.


6. Supresión de la tilde diacrítica en la conjunción disyuntiva o escrita entre cifras


Hasta ahora se venía recomendando escribir con tilde la conjunción disyuntiva o cuando aparecía entre dos cifras, a fin de evitar que pudiera confundirse con el cero. Este uso de la tilde diacrítica no está justificado desde el punto de vista prosódico, puesto que la conjunción o es átona (se pronuncia sin acento) y tampoco se justifica desde el punto de vista gráfico, ya que tanto en la escritura mecánica como en la manual los espacios en blanco a ambos lados de la conjunción y su diferente forma y menor altura que el cero evitan suficientemente que ambos signos puedan confundirse (1 o 2, frente a 102). Por lo tanto, a partir de este momento, la conjunción o se escribirá siempre sin tilde, como corresponde a su condición de palabra monosílaba átona, con independencia de que aparezca entre palabras, cifras o signos: ¿Quieres té o café?; Terminaré dentro de 3 o 4 días; Escriba los signos + o – en la casilla correspondiente.


7. Normas sobre la escritura de los prefijos (incluido ex-, que ahora recibe el mismo tratamiento ortográfico que los demás prefijos: exmarido, ex primer ministro)


Por primera vez se ofrecen en la ortografía académica normas explícitas sobre la escritura de las voces o expresiones prefijadas.

Los prefijos son elementos afijos, carentes de autonomía, que se anteponen a una base léxica (una palabra o, a veces, una expresión pluriverbal) a la que aportan diversos valores semánticos. Se resumen a continuación las normas que deben seguirse para la correcta escritura de los prefijos en español:

a) Se escriben siempre soldados a la base a la que afectan cuando esta es univerbal, es decir, cuando está constituida por una sola palabra: antiadherente, antirrobo, antitabaco, cuasiautomático, cuasidelito, exalcohólico, exjefe, exministro, exnovio, expresidente, posmoderno, posventa, precontrato, prepago, proamnistía, probritánico, provida, superaburrido, superbién, supermodelo, vicealcalde, vicesecretario, etc. En este caso, no se consideran correctas las grafías en las que el prefijo aparece unido con guion a la palabra base (anti-mafia, anti-cancerígeno) o separado de ella por un espacio en blanco (anti mafia, anti cancerígeno). Si se forma una palabra anteponiendo a la base varios prefijos, estos deben escribirse igualmente soldados, sin guion intermedio: antiposmodernista, requetesuperguapo.

b) Se unen con guion a la palabra base cuando esta comienza por mayúscula, de ahí que se emplee este signo de enlace cuando el prefijo se antepone a una sigla o a un nombre propio univerbal: anti-ALCA, mini-USB, pos-Gorbachov, pro-Obama. El guion sirve en estos casos para evitar la anomalía que supone, en nuestro sistema ortográfico, que aparezca una minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra. También es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de separar la secuencia de letras de la de cifras: sub-21, super-8.

c) Se escriben necesariamente separados de la base a la que afectan cuando esta es pluriverbal, es decir, cuando está constituida por varias palabras. Hay determinados prefijos, como ex-, anti- o pro-, que son especialmente proclives, por su significado, a unirse a bases de este tipo, ya se trate de locuciones o de grupos sintácticos, característica por la cual la gramática ha acuñado para ellos la denominación de prefijos separables: ex relaciones públicas, anti pena de muerte, pro derechos humanos. Esta misma circunstancia puede darse también con otros prefijos: pre Segunda Guerra Mundial, super en forma, vice primer ministro.

Así pues, un mismo prefijo se escribirá soldado a la base, unido a ella con guion o completamente separado en función de los factores arriba indicados: antimafia, anti-OTAN, anti ácido láctico; provida, pro-OLP, pro derechos humanos; supercansado, super-8, super en forma, etc.

Las normas aquí expuestas rigen para todos los prefijos, incluido ex-. Para este prefijo se venía prescribiendo hasta ahora la escritura separada —con independencia de la naturaleza simple o compleja de su base— cuando, con el sentido de ‘que fue y ya no es’, se antepone a sustantivos que denotan ocupaciones, cargos, relaciones o parentescos alterables y otro tipo de situaciones circunstanciales de las personas. A partir de esta edición de la ortografía, ex- debe
someterse a las normas generales que rigen para la escritura de todos los prefijos y, por tanto, se escribirá unido a la base si esta es univerbal (exjugador, exnovio, expresidente, etc.), aunque la palabra prefijada pueda llevar un complemento o adjetivo especificativo detrás: exjugador del Real Madrid, exnovio de mi hermana, expresidente brasileño, etc.; y se escribirá separado de la base si esta es pluriverbal: ex cabeza rapada, ex número uno, ex teniente de alcalde, ex primera dama, etc.

8. Equiparación en el tratamiento ortográfico de extranjerismos y latinismos, incluidas las locuciones


En la nueva ortografía se da cuenta de las normas que deben seguirse cuando se emplean en textos españoles palabras o expresiones pertenecientes a otras lenguas, siendo la principal novedad en este sentido la equiparación en el tratamiento ortográfico de todos los préstamos (voces o expresiones de otras lenguas que se incorporan al caudal léxico del español), con independencia de que procedan de lenguas vivas extranjeras (extranjerismos) o se trate de voces o expresiones latinas (latinismos).

De acuerdo con estas normas, los extranjerismos y latinismos crudos o no adaptados —aquellos que se utilizan con su grafía y pronunciación originarias y presentan rasgos gráfico-fonológicos ajenos a la ortografía del español— deben escribirse en los textos españoles con algún tipo de marca gráfica que indique su carácter foráneo, preferentemente en letra cursiva, o bien entre comillas. En cambio, los extranjerismos y latinismos adaptados —aquellos que no presentan problemas de adecuación a la ortografía española o que han modificado su grafía o su pronunciación originarias para adecuarse a las convenciones gráfico-fonológicas de nuestra lengua— se escriben sin ningún tipo de resalte y se someten a las reglas de acentuación gráfica del español:

Me encanta el ballet clásico / Me encanta el balé clásico. Juego al paddle todos los domingos / Juego al pádel todos los domingos La reunión se suspendió por falta de quorum / La reunión se suspendió por falta de cuórum.

Así pues, según la nueva ortografía, y tal como ilustra el último ejemplo, los préstamos del latín solo se escribirán en letra redonda y con sometimiento a las reglas de acentuación gráfica del español cuando estén completamente adaptados a nuestro sistema ortográfico, al igual que se hace con los préstamos de otros idiomas.

Por su parte, las locuciones o dichos en otras lenguas que se utilicen en textos españoles deben escribirse igualmente en cursiva —o, en su defecto, entre comillas— para señalar su carácter foráneo, su consideración de incrustaciones de otros idiomas en nuestra lengua:

La historia tuvo un happy end de película. Su bien ganada fama de femme fatale le abría todas las puertas. La tensión fue in crescendo hasta que, finalmente, estalló el conflicto.

Según se establece en la nueva edición de la ortografía, las locuciones latinas (expresiones pluriverbales fijas en latín que se utilizan en todas las lenguas de cultura occidentales, incluido el español, con un sentido más o menos cercano al significado literal latino) deben recibir el mismo tratamiento ortográfico que las provenientes de cualquier otra lengua. Por lo tanto, deben escribirse, de acuerdo con su carácter de expresiones foráneas, en cursiva (o entre comillas) y sin acentos gráficos, ya que estos no existen en la escritura latina:

Así fue, grosso modo, como acabó aquel asunto. Se casó in articulo mortis con su novia de toda la vida. Renunció motu proprio a todos sus privilegios. Decidieron aplazar sine die las negociaciones. El examen post mortem reveló indicios de envenenamiento. Las grandes potencias eran partidarias de mantener el statu quo.

lunes, 11 de febrero de 2013

10 Consejos para la escritura de una crónica. Por Alberto Salcedo Ramos


“La crónica: el rostro humano de la noticia”

“El periodismo es el oficio más bellos del mundo” (Albert Camus) pues permite retomar la información como posibilidad narrativa.

1.    La crónica desarrolla un aspecto secundario o de color de un acontecimiento que ha sido, antes, objeto de tratamiento noticioso. Ese es su valor agregado.

2.    Es necesaria una narración detallada para reconstruir el escenario en donde sucedieron los hechos.

3.    Se deben narrar acontecimientos de interés general, de acuerdo a la época. Aquí, para la elección del tema, es importante tener en cuenta que este puede ser noticioso, afectar al mayor número de personas o ser actual para que le interese a la gente y cause curiosidad en la opinión pública. Además debe ser un tema en donde el persona experimente conflictos consigo mismo y con su entorno. De acuerdo con lo anterior, se debe lograr que el personaje, gracias a esos conflictos, exprese sus emociones para hacer humanos las cifras y los imples datos. En otras palabras, para darle un rostro humano a la noticia. Finalmente es importante escribir sobre lo que se conoce y nos interesa a nosotros mismos como periodistas pues esto hará apasionante la crónica y nos permitirá creer en el tema y volverlo así interesante.

4.    La crónica es un género no tan estricto, en donde el autor puede tratar los diferentes temas de la manera que mas le parezca conveniente para los objetivos narrativos de la historia.

5.    Las acciones, dentro de la historia, se convierten importantes dependiendo de las necesidades del relato. Lo anterior lo decide el autor.

6.    La crónica es, en cierto modo, subjetiva pues interpreta la realidad en el marco de otras miradas.

7.    Al haber escogido el tema, el paso siguiente es el trabajo de campo en donde la investigación es lo más importante. El periodista debe tener, según Malinowsky, citado por Salcedo en su texto, la “capacidad de sumergirse sin prejuicios en la cultura de los otros con el fin de comprenderla y aprehenderla”.

8.    Al haber recopilado toda la información, se debe seleccionar lo que se va a contar y la forma en que se va a contar, teniendo en cuenta que la crónica es “la vida sin los momentos aburridos” Alfred Hitchcock.

9.    En la escritura no hay que dejar de lado la información importante que recree el contexto e el que sucedieron los hecho, por más aburrida que esta sea.

10. El primer párrafo es muy importante, es en él en donde se debe abordar el tema de manera contundente para así lograr enganchar al lector y llevarlo a que conozca el remate de la historia que sin duda, debe ser definitivo.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

·      Salcedo, A. “La crónica: el rostro humano de la noticia” Pasos esenciales del género, desde la selección del tema hasta la escritura final.

·      https://sites.google.com/site/tallerdeperiodismo20121/

martes, 5 de febrero de 2013

Los elementos del titular (parte 3)


(Trabajo tres)

Por: Andrés Gómez Vela

Como señalamos en las dos primeras partes de este libro, el titular cumple tres funciones:
Anunciar y resumir la parte más importante de la noticia;
Convencer de que aquello que cuenta es interesante o importante; y
Evadirse de la propia información que se resume, cobrar vida propia  y resultar inteligible por sí mismo, de manera que el lector pueda contar el hecho apenas leído el titular .

En líneas generales un título debe anticipar la noticia, no agotarla, y, por supuesto, informar y orientar, de tal modo que las personas que lean un titular tengan la idea completa de lo que sucedió o el interés suficiente como para quedarse hasta el último párrafo o hasta el último segundo de la noticia audiovisual. El titular es para el público de los medios como la carnada para el pez, con la única diferencia de que aquel no muere como éste, sino se alimenta de información y conocimientos.

El título

Bajo esta mirada el titular o título es una codificación comunicativa de elementos sistemáticamente dispuestos para facilitar a los públicos la comprensión de la realidad resumida en una información encapsulada en pocas líneas. Dicho de otra manera, es una ordenación sintáctica de palabras para resumir el texto periodístico, y, en ocasiones, incluso completarlo.

En este sentido, el titular tiene las siguientes partes o elementos:

-Antetítulo
-Título
-Subtítulo
-Epígrafe
-Sumarios

Podemos decir que el título es el principal elemento del titular, ergo el término titular incluye el título, pero no exclusivamente porque puede ser complementado con otros elementos como veremos más adelante.

Además, el titular se destaca fácilmente del resto por el tamaño de letra, es el más grande de todo el código comunicativo.

Dado que los otros elementos giran en torno al título vale la pena señalar que éste debe mantener independencia sintáctica tanto del pretítulo, subtitulo o sumario. Es decir debe entenderse por sí solo, su significado no puede estar ligado ya sea al pretítulo o subtítulo.

Generalmente los periodistas principiantes suelen cometer este error de atar el significado del titular al pretítulo; ejemplo:

Para la seguridad ciudadana 

La Alcaldía asegura que no hay recursos

----

Podía haber titulado del siguiente modo:

La Alcaldía paceña promete buscar financiamiento

No hay dinero para laseguridad ciudadana

---

En el primer caso vemos que parte del significado del título está ligado al pretítulo, es decir, el código comunicativo principal depende de uno complementario, cuando entre ambos debiera haber independencia sintáctica. Para evitar estas chambonadas se debe tomar muy en cuenta que, generalmente, el público primero lee el titular y, posteriormente, va al pretítulo y subtítulo.

La esencia principal del título debe ser satisfacer la curiosidad informativa del público sin necesidad de leer el resto de los componentes del titular, por ello mismo, insisto, debe ser independiente en su significado.

Titular de Página 7 de La Paz en su edición del 26 de enero de 2013:

Anuncia la puesta en marcha de una campaña internacional

Evo pide solidaridad a cuerpo diplomático en tema marítimo

Titular de La Razón de La paz en su edición del 26 de enero de 2013:

CUMBRE DE CELAC-UE EN CHILE

Evo: No habrá integración en la Celac sin mar para Bolivia

Ambos títulos aluden al mismo tema y tienen independencia sintáctica, vale decir que su significado depende de sí mismo y no del antetítulo.

Un punto que no hay que perder de vista es que el título debe responder a dos preguntas esenciales: Quién es la fuente de la información y qué hizo. El sólo hecho de comprender el qué y el quién o el quien y el qué (usted elige el orden de prioridad) basta para escribir un buen titular e informar con claridad a los públicos. En los títulos anteriores, el quien de la noticia es Evo (Presidente de Bolivia), y el qué, el pedido de solidaridad al cuerpo diplomático en torno al tema marítimo (Página 7); y la advertencia de la no integración en un organismo regional si no hay mar para Bolivia (La Razón).

Un ejemplo más, titular de Erbol Digital del sábado 26 de enero de 2013:

Uniformados hacían control de contrabando, asegura Dávila

Gobierno dice que Chile promete
resolver retención de soldados

En este último caso el quien de la información es el gobierno y el qué, la promesa de Chile de resolver la retención de soldados bolivianos. Es importante subrayar que la clave para un buen titular es conocer quien hizo qué o quién dijo qué.

El pretítulo 

El pretítulo o antetítulo es un elemento del titular que complementa al título y,  generalmente, emplea más palabras que éste y un tamaño de letra menor. Su función principal consiste en explicar o revelar datos o detalles importantes de la información que no aparecen en el título por razones de espacio.

Mientras el título narra la noticia, el antetítulo lo explica, lo desarrolla, lo complementa, lo sustancia, lo grafica. Sin embargo, debe ser redactado de tal modo que pueda leerse por separado para que la supresión, ya sea del título o el antetítulo, no impida la comprensión del código comunicativo. Aunque, muchos periodistas dejan que el pretítulo dependa en cierto modo del título, en lo semántico global (en vista de que se trata de un solo tema o idea), lo que no hacen es reproducir la dependencia en lo sintáctico, vale decir, en ligar la oración que figura en el título con la oración del antetítulo. Ejemplos:

Titular de El Deber de Santa Cruz, sábado 26 de enero de 2013:

INSTALARÁN CÁMARAS 
1.500 policías controlarán la entrada carnavalera

El pretítulo complementa la idea de la forma cómo será controlada la entrada carnavalera en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra.

Titular Los Tiempos de Cochabamba, sábado 26 de enero de 2013:

FEJUVE PIDE ANULAR EL COBRO DE MULTAS A LOS USUARIOS QUE NO ENTREGUEN BASURA RECICLADA
Exigen informe sobre los carros basurero

El pretítulo identifica la fuente resumida en el titular en el verbo conjugado en sujeto colectivo, además de dar obviamente detalles muy importantes acerca de la noticia.

Es aconsejable no repetir en el antetítulo palabras que ya figuran en el título o en el sumario por razones de estilo y, por supuesto, de fluidez sintáctica.

El subtítulo

En buenos términos es el título secundario. Si el pretítulo explica o complementa al título, el subtítulo describe el contenido de la información o narra las partes esenciales de la noticia resumida en el título. Se reconoce fácilmente porque está inmediatamente debajo del título, aunque también se usa para destacar o subrayar una idea en la estructura misma de la narración informativa. El subtítulo se caracteriza por tener más palabras y el cuerpo más pequeño. Ejemplos:

Títular Página 7, sábado 26 de enero de 2013:

Un informe oficial señala que sólo el 2,8% ocurre por fallas mecánicas

Alta velocidad, embriaguez e imprudencia causan accidentes

DATO El 44% de los accidentes se registra por imprudencia del chofer, el 18,1% por manejar ebrio y el 15,2% por exceso de velocidad. El reporte oficial corresponde a 2011.

En este caso, el subtítulo, que figura inmediatamente debajo del título y en tamaño y tipo de letra diferente a los otros dos elementos, describe la información resumida en el título.

Titular El Deber, sábado 26 de enero de 2013:

FUERON TRASLADADOS A IQUIQUE
Tres militares bolivianos son aprehendidos en Chile

Los soldados están acusados de cruzar la frontera sin autorización y portando un arma de fuego. En Colchane afirman que estaban asaltando a los lugareños. El Gobierno no se pronuncia. 

El subtítulo de este titular aporta mayores detalles acerca del incidente ocurrido en la frontera boliviano-chilena y señala un dato complementario respecto a la posición del gobierno nacional en torno al tema.
Obviamente, el subtítulo depende del título en su codificación comunicativa, pero no en su redacción. Vale decir, que el subtítulo no se entiende completamente sin el título, pero sí mantiene su autonomía sintáctica.
También suele llamarse, al menos en Bolivia, subtítulo al código comunicativo que figura entre los párrafos de una estructura de redacción para destacar una idea que figura en la información. Ejemplo:

Texto de El Deber que corresponde al título: Tres militares son aprehendidos en Chile, sábado 26 de enero de 2013:

Tres militares bolivianos fueron detenidos ayer al haber ingresado sin autorización al municipio de Colchane, en la región chilena de Tarapacá, cercana a la frontera con Bolivia, informó el ministro de Interior chileno, Andrés Chadwick.

En un primer encuentro con los periodistas, Chadwick señaló que hasta ahora solo tenían "los antecedentes del ingreso, del traspaso de la frontera" y que entraron "acompañados de un arma" y consideró que lo conocido hasta ese momento no daba para calificarlo "como un simple hecho policial".

 Sin embargo, horas más tarde precisó que los soldados bolivianos corresponden al Regimiento Satinadores (Satinadores de Selva Manchego) y portaban un fusil Falk de 7,62 milímetros "que corresponde a un arma de guerra".

Según reportes de medios chilenos, los militares efectuaron algunos disparos y pobladores de Colchane los acusaron de haber asaltado a lugareños.

Hoy van a audiencia

"No podemos descartar que se hayan efectuado disparos con esa arma. No lo podemos descartar porque a esta hora ya tenemos confirmados algunos testigos que habrían escuchado disparos, por lo que se ha ordenado el peritaje para ver si el arma fue efectivamente utilizada", añadió el ministro.

Chadwik indicó que durante las primeras horas de hoy se celebrará la audiencia del control de detención de los tres soldados, que ya están a disposición del Ministerio Público.

En 2011, autoridades chilenas detuvieron a 14 militares bolivianos por cruzar la frontera. Los soldados fueron detenidos y enviados a prisión, pero luego fueron liberados 

Hasta el cierre de edición, el Gobierno no se pronunció sobre el caso

MORALES PIDE AYUDA AL CUERPO DIPLOMÁTICO

El presidente Evo Morales pidió ayer a los embajadores acreditados en Bolivia su cooperación en el objetivo nacional de lograr una solución a la histórica demanda marítima del país, durante el saludo protocolar del cuerpo diplomático. “Bolivia nunca se va a quedar callada. Vamos a seguir una campaña internacional, ya hemos decidido, por eso, su comprensión, su participación para resolver una demanda, un problema histórico de tantos años”, dijo el mandatario ante un auditorio en el que faltó el cónsul general de Chile en Bolivia, Jorge Canelas. El embajador de España, Ángel Díaz de Tuesta, señaló que es un asunto bilateral entre Chile y Bolivia. En la misma línea, el embajador de Brasil, Marcel Biato, dijo que es un tema “que los dos países están manejando”.

En este texto de El Deber aparecen dos subtítulos, que cumplen dos funciones: destacar un hecho y separar ideas comprendidas en un mismo cuerpo.

Epígrafe

El epígrafe no es noticioso y sirve para encuadrar temática o geográficamente el texto informativo que encabeza. Por ejemplo en una página de deportes pueden figurar las palabras temáticas: tenis, ciclismo, balonmano; o pueden haber términos que identifican regiones: La Paz, Santa Cruz, Beni. En definitiva, sirve para identificar una sección, un tema, un caso: Nacional, Narcoamauta, Terrorismo, respectivamente; y casi siempre aparece en la parte superior de la página. Ejemplo:

Epígrafe Página 7, sábado 26 de enero de 2013:

Nacional 

Un informe oficial señala que sólo el 2,8% ocurre por fallas mecánicas
Alta velocidad, embriaguez e imprudencia causan accidentes

La palabra nacional es el epígrafe, en este caso identifica la dimensión regional de la información que resume el titular.

Sumarios

Los sumarios son textos que resumen una parte de la estructura informativa y están desplegados en ventanas o espacios abiertos en medio de las notas; también aparecen como cuadros destacadas con un color distinto para diferenciarlo del cuerpo central, donde se escriben datos para destacar un detalle importante o se registran punteos de las ideas más sobresalientes de la noticia central.

La disposición de sumarios depende mucho del estilo de diagramación de las publicaciones impresas, generalmente se usa en las revistas o medios con diagramación arrevistada, que tienen espacios en blanco para darle mayor aire al texto o facilitar la lectura.

Historia del titular (parte II)


(Trabajo dos)

Escrito por: Andrés Gómez Vela

¿Dónde se les ocurrió resumir las noticias en pocas palabras y líneas para invitar a la lectura? Gran parte de los autores coincide que el titular nació en América por las necesidades y urgencias informativas. La prehistoria del periodismo describe que en su etapa ideológica (cuando el periodismo era estrictamente opinativo), entre la primera mitad del siglo XIX y hasta la Primera Guerra Mundial, las unidades informativas carecían de titular y de ilustración, las publicaciones estaban llenas de letras diminutas separadas por espacios en blanco, franjas o cintillos.

En ese tiempo, se encargaban de poner titulares los vendedores, los ciclistas, los canillitas (diríamos hoy), quienes para atraer la atención sobre las hojas impresas vociferaban un desordenado resumen de los artículos que figuraban en la edición.

El periódico de aquella época, generalmente de cuatro páginas, no era más que un conjunto de noticias monotemáticas con alta carga ideológica, no tenía secciones, y, sus títulos eran breves sintagmas nominales, se resumía a una sola palabra (por ejemplo “Perdón”, “Lucha”, “Guerra”) que no reflejaba el contenido de la noticia y tampoco atraía la atención.

Robert E. Garst y Theodore Bernstein  aseguran que el titular tiene su origen en Estados Unidos (EEUU) y señalan que hasta el Siglo XX los diarios rotulaban o etiquetaban sus noticias; “eran simples enunciados sin verbo que indicaban el tema y contribuían al orden de las páginas y clasificación de noticias”, dicen.

Con motivo de la Guerra de Secesión en EEUU se produjeron los primero intentos de titular las noticias de los distintos frentes, pero en realidad se trataba más bien de sumarios que explicaban historias en una columna, de arriba abajo, con las líneas separadas por un filete .

Martín Vivaldi escribe que eran periódicos no titulados simplemente rotulados y aclara que el título periodístico es informativo, declarativo, mientras que el rótulo es simple anuncio de algo, por ello mismo “es antiperiodístico por su vaguedad e imprecisión”.

Obviamente, lo propio sucedía en Bolivia, donde durante la insurrección independentista (1809-1825), los pasquines rebeldes tenían breves rótulos sobre el tema que trataban, al igual que los volantes que eran tirados en los pueblos ya sea por las fuerzas realistas o independentistas para proclamar sus triunfos. Esta característica se extendió a los periódicos fundados al mismo tiempo o después de la República en 1825.

Eloi Martínez, basándose en Antonio Espina, resalta que, en las primeras décadas del siglo XX, las noticias de hechos que tenían mucha importancia se hallaban sueltas “entre el mazacote de las secciones, apreciándose un titular neutro y anodino y a continuación varias noticias sin epígrafe separadas por un breve guión”.

Manuel Vigil Vásquez rememora títulos que no dejan de ser sino pintorescos recuerdos de los comienzos del arte de titular, tales como “lamentable suceso”, “El suceso de anoche”, “Nota de la Dirección General de Seguridad” o “Execrable crimen en el Rastro” .

Garts y Bernstein sospechan también que los titulares tal y como los entendemos hoy, que se extienden a lo largo y ancho de la columna de un diario, son fruto de la Guerra de Cuba de 1898 y, posteriormente, de la Primera Guerra Mundial. Sin embargo, López Hidalgo subraya que a medida que avanza el siglo XIX los titulares aumentan tanto en título y número de palabras, como en tamaño, individualizando y refiriéndose de un modo cada vez más informativo a la noticia que encabezan. Asímismo combinan distintos tipos de letras en su confección y añaden más elementos al conjunto, como son los subtítulos.

María José Ruiz Acosta, citado por Antonio López Hidalgo, sostiene que esta concepción del titular se mantiene hasta que una serie de factores que aparecen a finales del Siglo XIX y a principios del Siglo XX modifican su concepto y el del periódico como medio de comunicación. Tres causas principales propician esta evolución:

1. La aplicación cada vez mayor de los adelantos técnicos que tímidamente comienzan a utilizarse durante el Siglo XIX (telégrafo, teléfono).

2. El cambio de la situación política (Tras la Revolución Francesa), y el arraigo de temas sensacionalistas (asesinatos de personajes conocidos) van a provocar que el interés del público se desplace de los primeros hacia los segundos, de un marcado carácter populista.

3. El nacimiento de periodismo de empresa, es decir, la fundación de nuevos medios impresos, que ahora aparecen acompañados y respaldados económicamente por una organización de tipo industrial, que garantiza la viabilidad del periódico, al tiempo que lo presenta como un producto mercantil con el que se pretende ganar dinero.

En Bolivia, el primer periódico que asume la producción de noticias como industria informativa es El Comercio, que nace antes de la Guerra del Pacífico (1879), y ya redacta los titulares con las características conocidas hoy.

Durante el transcurso del Siglo XX el periodismo se vuelve un producto más informativo que opinativo. Este cambio, junto a los tres aspectos mencionados con anterioridad, llevará a los diarios no sólo a sustituir los rótulos por titulares sino a buscar con ellos y en ellos una llamada de atención, ese flash que atraiga al lector a descifrar la noticia.  Pero es efectivo a partir de 1950, cuando se institucionaliza en casi todo el mundo la pirámide invertida. Vale decir, cuando se comprende que el lead (primer párrafo) es el resumen de lo más importante de la noticia y el titular es la extracción de lo más esencial del lead.

Recurriendo a Garst y Bernstein, tal y como exponen en su libro, Headlines and Deadlines, se puede decir que uno de los primeros rótulos que tuvo apariencia de titular fue el que puso, en 1781, “The Boston Gazette” en la portada de un extra que constaba solo de una página para dar la noticia de un hecho en la historia de las colonias. Un gran titular alertaba “Cornwallis Taken”. Evans cita también como antecedente las ocho líneas con las que The Times encabezó las noticias que llegaban de Francia en 1789: “France./ Confinement/ of the/ King, Queen,/ and / Royal Family,/ and/ The Attempt to Murder the Queen”.

Por supuesto que estos casos fueron un simple balbuceo de la nueva prensa. Según Lorenzo Gomis , las guerras impulsaron el desarrollo de los titulares, entre ellas la guerra civil estadounidense. “Pero –explica- estos no eran titulares que se extendían a lo largo de la página sino una especie de sumarios que explicaban la historia en una columna, de arriba abajo, con las líneas separadas con un filete. Porque el titular que se extiende de lado a lado de la página fue resultado de la guerra entre (Joseph) Pulitzer y (William Randolph) Hearst por la supremacía periodística, confrontación que tuvo su punto culminante en la Guerra del Cuba, en 1898”. Pero Gomis advierte que no fue hasta la guerra europea de 1914 cuando el hábito de los titulares a toda página tomó carta de naturaleza en la historia del periodismo.


Sin embargo, en Bolivia, los titulares en la prensa comenzaron a posesionarse en la segunda mitad del Siglo XIX, al igual que en el resto de los países de América. El periódico El Comercio escribió en febrero de 1879 el siguiente titular a plena apertura para informar sobre la invasión chilena: “El 14 de febrero tropas chilenas tomaron por asalto el puerto de Antofagasta”. “Mejillones y Caracoles en poder del invasor”. “Todo el pueblo con el gobierno para defender la patria”. “¡Viva Bolivia!”. “¡Viva el Perú!”. “¡Abajo Chile!”.


Ver texto original en el blog de Andrés Gómez 

Redacción periodística: El titular (parte 1)


(Trabajo uno)                                                

Andrés Gómez Vela

A diferencia de lo que sucede en las matemáticas, en el lenguaje el orden de factores, en este caso de palabras, sí altera el producto final, lo que no sucede en la ciencia exacta, donde el orden de factores no altera el producto. Vale decir que, en una operación de multiplicación, por ejemplo, 5x7 tendrá el mismo resultado que 7x5 (35). En cambio, si escribo, “Vieja loca” no tendrá el mismo significado que “Loca vieja”. En el primer caso, una mujer vieja está loca; en el segundo, la loca es vieja porque su locura data de hace mucho tiempo, aunque ella en edad sea joven.

Por ello, la Redacción Periodística se resume a la buena administración de las palabras acorde a las reglas del lenguaje y la creatividad del periodista. Dicho de otro modo, se trata de dar forma a través de las palabras a la realidad que queremos convertir en noticia, que no es más que el hecho o dicho que interesa a los públicos de los medios de comunicación y se caracteriza ya sea por ser sorprendente, increíble, estremecedor, paradójico, trascendental, llamativo, importante, o, sencillamente, interesante.

Es probable que en este sentido el profesor español José Luis Martínez Albertos tenga razón cuando dice la “Redacción Periodística es la ciencia que se ocupa del estudio de unos determinados signos –naturales y técnicos- ordenados en una unidad de pensamiento con el fin de transmitir datos e ideas de interés general a través del periódico o de cualquier otro medio de comunicación de masas”.

Sin embargo, más que una ciencia, en realidad la redacción es una técnica que alcanza el nivel de arte cuando se ensambla con el talento del periodista. Obvio que una persona puede conocer las reglas gramaticales y escribir llanamente bien, sin embargo, esa escritura alcanzará dimensiones geniales solo cuando sea capaz de recrear el mismo lenguaje a la hora de ordenar los signos, las palabras como lo hacen los poetas, literatos o periodistas.

Sobre estas bases racionales se puede afirmar que para hablar no hay que ser un genio, pues, habla hasta la persona más tonta porque el lenguaje oral viene genéticamente codificado, lo que no sucede con la escritura, que no está en los genes, sino es el resultado de un aprendizaje, que puede alcanzar dimensiones sorprendentes cuando  se cimenta en el talento personal que, paradójicamente, sí está en los genes.

Dado este breve preámbulo, comencemos por la primera parte de una noticia, El Titular o Título , que no es más que la mejor expresión del talento del periodista y el escaparate donde se expone la inteligencia de la persona que presenta la noticia en pocas y acertadas palabras.

Jorge Luis Borges , en el prólogo a la obra de J. W. Dunne, “Un experimento con el tiempo”, escribe: “algún historiador de la literatura escribirá algún día la historia de uno de sus géneros más recientes: el título. No recuerdo ninguno tan admirable como el de este volumen. No es meramente ornamental; nos incita a la lectura del texto y el texto, ciertamente, no nos defrauda. Es de carácter discursivo y abre posibilidades magníficas a nuestro concepto del mundo”.

El titular, como dice Borges, tiene como función principal incitar a la lectura o despertar curiosidad en el público para que se acerque al primer párrafo de la noticia y de ahí no parar de leer hasta el último párrafo.
Una conocida frase anónima señala que “un titular debe ser como una minifalda en una mujer hermosa: lo suficientemente larga para cubrir lo importante y lo suficientemente corta para mostrar lo interesante”. En otras palabras, sugiere que no vale la pena decir todo en el titular para picar la curiosidad del lector, radioyente, televidente o internauta, y, de ese modo, seducirlo a quedarse y no voltear la página en el caso de un periódico o hacer zapping en el caso de un noticiero de televisión.

Sin embargo, Lorenzo Gomis subraya que un buen titular puede servir para dos cosas aparentemente contrarias: “para incitar al lector a leer la información que viene a continuación o para darla por leída y continuar adelante. En el primer caso, el lector advierte que la información le interesa lo suficiente como para leerla. En el segundo caso, absorbe la información y se da por satisfecho con lo que el título lo aporta”.  

Y por supuesto el titular es la parte más subjetiva de la noticia porque es consecuencia de la diminuta realidad recortada de otra ya pequeña realidad seleccionada de una inabarcable y gigante realidad donde figura un cúmulo de hechos y dichos. Es subjetivo porque el periodista elige el hecho que merece un gran o pequeño titular y selecciona las palabras con las cuáles describirá aquella primera selección. Por ello, varían los titulares en los medios de comunicación sobre un mismo hecho. Sin embargo, para no caer en la arbitrariedad debe cumplir determinados requisitos, que serán tratados más adelante.

Será que por eso, Percy Tannenbaum señala que el titular “es un buen reclamo, un rótulo luminoso o un guiño pretenciosamente seductor; y, en todo caso, es ya una información y también es una opinión”.
Para Alex Grijelmo, “el título es la mejor credencial de su texto”. Manuel Vigil Vásquez entiende que “el titular es como la definición de una noticia”. En tanto Mar de Fontcuberta escribe que “la primera impresión que recibimos de una noticia suele ser a través de un titular”.

El conocido profesor Martín Vivaldi ironiza sobre posibles errores cometidos en el titular: “A veces,  la manía de la cabeza o encabezamiento traduce un modo de trabajar con los pies”. A propósito, José Javier Muñoz dice que “un mal titular puede arruinar una buena información, pero en ningún caso un título bueno mejora la calidad del texto informativo, aunque sirve para atraer a la lectura”.

Philippe Gaillard advierte que no todos los periodistas aciertan a titular sus textos, por esta razón asegura que en algunos diarios siempre hubo periodistas especializados en titulares, ya que en este arte no brillan todos los redactores con la misma luz y acierto. “Un diario que publicase inmejorables artículos, pero presentados con malos títulos, sería un mal diario, pues… no tendría lectores”, alerta.

Josep Lluis Gómez Mompart cuenta que los diarios avanzados tecnológicamente de Estados Unidos contaban con tres grandes tipos de periodistas: writters, aquellos que recogen la noticia y la escriben; columnistas, los únicos autorizados a comentarla; y copy editors, quienes “pasan” los originales, los corrigen y, eventualmente, los reescriben. A estos últimos les cabía la responsabilidad del título.

En el presente tiempo el primer titular lo escribe el periodista que produce o cubre la noticia y puede ser corregido, mejorado o cambiado, según las circunstancias y en consulta con ese periodista, por el editor de sección o, finalmente, por el Jefe de Redacción o el Director del Medio.

El buen periodista no sólo es aquel que escribe bien y rápido, sino aquel que mientras observa el hecho o hace la entrevista ya tiene en su cabeza el titular o título con el que arrancará la noticia que escribirá. Caso contrario puede significar que estuvo físicamente en el hecho o rueda de prensa, pero no mentalmente, o quizás no entendió la información y por ello aún necesita procesar con la ayuda de su jefe u otros colegas, lo que le pone en condiciones de desventaja a la hora de interpretar el hecho o dicho.

De este modo se entiende por qué el protagonista del relato de Mario Benedetti, “Más o menos hipócritas”, achaca al periodista que lo está entrevistando esta búsqueda del titular: “Lo que sucede es que ustedes a veces simplifican. Quieren una respuesta única, compacta, y por añadidura que sirva para el titular del reportaje. ¿Qué provocó la crisis del Golfo? Y responden la invasión de Kuwait. Y no. Es mucho más complejo”.

Un detalle más en este primer trabajo, una buena noticia casi siempre tiene un buen titular o es fácil de redactarlo; en cambio una noticia intrascendente, generalmente, es muy difícil de titular o al menos buscarle una salida interesarse como suele decirse en el ámbito periodístico.  

Finalmente, es aconsejable escribir el titular antes de comenzar a escribir la noticia, es señal de que el o la periodista sabe lo que está redactando y los límites que tendrá la información; no es totalmente malo poner el titular luego de acabar de redactar la noticia, pero es muy probable que refleje que el o la periodista no sabía que escribía o que escribió hasta que llegó al último párrafo y tiene que volver al primero para poner recién el titular.

Escrito por: Andrés Gómez Vela

jueves, 21 de junio de 2012

Manual de Estilo para periodistas (José Luis Martínez Albertos)


Este Manual de Estilo, preparado y editado por el Instituto de Prensa de la SIP, busca orientar a los periodistas en el uso del lenguaje y agrupar ordenadamente un conjunto de normas generales y reglas no escritas que regulan el trabajo profesional.

Manual de Estilo (para Periodistas) ( Periodístico )