Lo más emotivo fue el final: mientras la gente coreaba "¡toca Buitres y si muero hoy el cielo puede esperar!", se apagaron las luces y cuando volvieron rostros reconocidos de la música nacional, estaban junto a los protagonistas: Sebastián Teysera, de la Vela Puerca, el chirola de Hereford y todos los Trotsky.
lunes, 28 de septiembre de 2009
Ejemplo corto de crónica periodística
Lo más emotivo fue el final: mientras la gente coreaba "¡toca Buitres y si muero hoy el cielo puede esperar!", se apagaron las luces y cuando volvieron rostros reconocidos de la música nacional, estaban junto a los protagonistas: Sebastián Teysera, de la Vela Puerca, el chirola de Hereford y todos los Trotsky.
sábado, 26 de septiembre de 2009
Escribir un reportaje es como "hacer el amor"
—Escribir un reportaje es como hacer el amor
—Por qué
—Lo mejor está al principio y al final
A diferencia de esta última, cuyo texto decrece en importancia a medida que los párrafos avanzan, pudiendo, incluso, llegar a ser recortados; el último párrafo del reportaje debe ser el “párrafo del sabor”, el que deje al lector con el deseo de querer saber más, pero también que le cause una sensación de satisfacción.
Obviamente, el párrafo final de un reportaje no puede ser recortado y debe redondear el tema. Por eso, en varios casos, éste vuelve al inicio, al detalle, a los datos...
Leads noticiosos, el uso del tiempo
a) Un lead noticioso debe ir al punto, y el tiempo no precisamente refleja el hecho en sí, como en estos casos:
”Este lunes 14 de noviembre, los padres de Pamela Mardóñez, denunciante en el caso por acoso sexual e intento de violación contra el concejal secretario Enrique Ricaldi, presentaron el desistimiento de la denuncia ante el Concejo Municipal de El Alto, informó Marcelo Vásquez, presidente de la entidad municipal”. (ANV 15/11/05) (1)
”Este miércoles a las 10 horas en el estadio Municipal Cosmos 79, The Strongest y
En el primer caso, el centro de la noticia es el desistimiento de una acusación, y en el segundo la noticia gira en torno a un partido de fútbol en favor de una causa noble. Por tanto, las entradillas debieron comenzar por ahí.
b) La redacción de un lead es lo más importante de la noticia, así lo justifica su estructura de pirámide invertida, y se aconseja redactarlo siguiendo el orden lógico (sujeto, verbo, complemento) a fin no trabar su lectura. El adverbio de tiempo es un complemento que, mal empleado, puede dificultar la lectura, observemos este ejemplo:
”El 22 de diciembre del pasado año, fue suscrito entre YPFB y Fejuve El Alto, un convenio para el tendido de la red secundaria que permitirá la instalación de 78 mil conexiones domiciliarias de gas”. (ABI, 5/01/05).
En este caso, habría sido mejor seguir el orden lógico:
”YPFB y Fejuve de El Alto suscribieron el 22 de diciembre del año pasado un convenio para el tendido de la red secundaria que posibilitará la instalación de 78 mil conexiones domiciliarias de gas.”
c) Cuando las agencias de noticias envían sus despachos, lo hacen indicando la data, es decir la fecha y el lugar donde se originó la noticia. Ejemplo:
“
Si se quiere, es un error más estético; pero incorrecto por el choque de fechas.
La función de un adverbio es modificar al verbo, a los adjetivos o a otro adverbio, de ahí que su solución viene por ubicar al adverbio de tiempo (ayer, hoy, mañana, etc.) al lado o cerca del elemento al que modifica. Veamos en el primer caso:
”Los padres de Pamela Mardóñez, quienes denunciaron al concejal Enrique Ricaldi por acoso sexual e intento de violación, presentaron este lunes el desistimiento de esta acusación ante el Concejo Municipal de El Alto, informó Marcelo Vásquez, presidente de esta entidad municipal.”
Remarcamos con negrillas el verbo y el adverbio de tiempo, que van juntos, no dificultan la lectura y permiten que el lead arranque por el hecho en sí. Además modificamos dos elementos: la denuncia contra el concejal para que no se asuma como violación al funcionario, como se entendía en la primera redacción; y cambiamos una denuncia por acusación, ya que existían dos en un mismo párrafo.
En el caso del partido de fútbol, el lector, de entrada, es atacado con muchos datos como el día, lugar y la hora. Tomando en cuenta que éste casi hojea las noticias, no almacenará toda esa información, es mejor dársela de a poquito, además de que el titular de esa nota ya señala el lugar y el día del encuentro. Por eso sugiero el siguiente arranque ubicando, también, el adverbio cerca del verbo:
”Los equipos de The Strongest y
Ya en el segundo párrafo pueden indicarse el lugar y la hora del compromiso. Ahora, si se quiere poner el lugar en la entradilla, apelo a una entrada más creativa:
”La cancha del estadio Cosmos 79 contribuirá a una causa benéfica, los equipos de The Strongest y
Incluso, también apelando a la creatividad, se puede hallar otro giro a fin de comenzar con el tiempo.
”El pasto del estadio Cosmos 79 se vestirá de caridad este miércoles. Los equipos de The Stronguest y
Notas:
(1) No es aconsejable que en un mismo párrafo se repitan las mismas palabras ni sus derivadas, como sucede en este ejemplo con denuncia y denunciante.
¿El Internet o la Internet?, un par de precisiones
Por otro lado, cuando escribes esta palabra en un ordenador, el procesador de texto te corrige y pone la I en mayúsculo (Internet), esto se debe a que Internet funciona como nombre propio.
viernes, 25 de septiembre de 2009
Cómo se escribe: ¿Sinfín o sin fin?
"Riqueza sin fin en el Chaco" (
Al día siguiente me llegó un "memo" que me reclamaba por no corregir ese título; sin embargo, ésta era la forma correcta, por lo siguiente:
Sin fin se escribe en dos palabras cuando va como adjetivo y significa "innumerable" o "ilimitado", como en el caso anterior; y sinfín se escribe en una sola palabra cuando va como sustantivo y significa "infinidad" (ver aquí), por ejemplo: "En el Chaco hay un sinfín de riquezas". De esta manera, no sería correcto escribir "Riqueza sinfín en el Chaco" porque estaríamos diciendo: "Riqueza infinidad en el Chaco".
Ahora veamos los mismos ejemplos, esta vez con sus respectivos significados:
Sin fin (adjetivo) = innumerable: Riqueza sin fin en el Chaco / Riqueza ilimitada (o innumerable) en el Chaco.
Sinfín (sustantivo) = infinidad: En el Chaco hay un sinfín de riquezas / En el Chaco hay una infinidad de riquezas.
Cuándo emplear "que" y "de que"
Este titular salió en el periódico Opinión el 9 de junio de 2008:
"Presidente posterga diálogo y está seguro que ganará en el referendo"
Uno puede "asegurar algo" o estar seguro "de algo", pero no puede estar "seguro algo". Por eso el autor de la nota debió escribir:
Presidente posterga diálogo y está seguro de que ganará en el referendo
Otra falla se publicó en un pie de foto de la revista Escape:
"Miami luego que Castro delegara el poder" (Escape 10/8/06 p 19)
Lo curioso es que en el mismo reportaje hay un buen ejemplo:
"Una imagen de la isla un día después de que Fidel renunciara temporalmente" (Escape 10/8/06 p.21)
En realidad el problema con el queísmo y el dequeísmo es habitual en nuestra habla, en entrevistas con políticos, comerciales de radio y hasta en series y novelas. De hecho está tan extendido que ni siquiera lo notamos. "Yo dudo que él venga", cuando debe ser "yo dudo de que él venga", porque uno "duda de algo", no "duda algo".
Para solucionarlo, Álex Grijelmo recomienda formular la oración como pregunta y así podremos respondernos nosotros mismos. Por ejemplo: ¿De qué está seguro el Presidente? De que ganará... ¿De qué dudo? De algo. ¿Miami? ¿Luego de qué? De que Castro delegara el poder.
"Presidente posterga diálogo y está seguro que ganará en el referendo"
Uno puede "asegurar algo" o estar seguro "de algo", pero no puede estar "seguro algo". Por eso el autor de la nota debió escribir:
Presidente posterga diálogo y está seguro de que ganará en el referendo
Otra falla se publicó en un pie de foto de la revista Escape:
"Miami luego que Castro delegara el poder" (Escape 10/8/06 p 19)
Lo curioso es que en el mismo reportaje hay un buen ejemplo:
"Una imagen de la isla un día después de que Fidel renunciara temporalmente" (Escape 10/8/06 p.21)
En realidad el problema con el queísmo y el dequeísmo es habitual en nuestra habla, en entrevistas con políticos, comerciales de radio y hasta en series y novelas. De hecho está tan extendido que ni siquiera lo notamos. "Yo dudo que él venga", cuando debe ser "yo dudo de que él venga", porque uno "duda de algo", no "duda algo".
Para solucionarlo, Álex Grijelmo recomienda formular la oración como pregunta y así podremos respondernos nosotros mismos. Por ejemplo: ¿De qué está seguro el Presidente? De que ganará... ¿De qué dudo? De algo. ¿Miami? ¿Luego de qué? De que Castro delegara el poder.
Consejos para evitar un lenguaje sexista
Refiriéndose al texto como "verdaderamente clarificados y útil", Meana expone algunas soluciones:
-Frente a los difíciles y continuos dobletes con o-a, sugiere la utilización de genéricos reales como víctimas, personas, gente, vecindario, entre otros.
-Emplear el recurso de los abstractos: por ej.: “la redacción” y no “los redactores”, “la legislación” y no “los legisladores”.
-Cambios en las formas personales de los verbos o los pronombres. Por Ej. En lugar de “en
-Sustituir el supuesto genérico hombre u hombres por los pronombres nos, nuestro, nuestra, nuestros o nuestras, de la siguiente manera: en lugar de escribir “es bueno para el bienestar del hombre”... Poner: “es bueno para nuestro bienestar”.
-Usar el verbo en tercera persona precedida por el pronombre se: “se recomienda un uso correcto de la tarjeta”.
-Cambios del pronombre impersonal. Ej.: “cuando uno se levanta”, por “cuando alguien se levanta” o “al levantarnos”; “el que tenga pasaporte” por “quien tenga pasaporte”; “aquellos que quieran” por “quienes quieran”.
El buen y mal estilo periodístico
Si una persona comprende la importancia y la dimensión del Estilo Periodístico, seguramente sabrá qué, cómo y cuáles palabras, oraciones y giros lingüísticos utilizar cuando redacte un texto noticioso. Los estudiantes de Comunicación y Periodismo no llegamos a comprenderlo del todo, por eso me permito aclarar algunos aspectos.
El diccionario define al estilo como el modo de escribir de alguien, y Álex Grijelmo coincide con ello al afirmar que toda persona mostrará necesariamente un estilo. Sin embargo, esto no significa escribir incorrectamente, por eso el mismo Grijelmo hace una distinción entre el estilo correcto y el incorrecto (1).
Para simplificar, el Estilo Periodístico correcto es el que hace caso de la gramática, de las normas sintácticas y de un lenguaje característico del Periodismo (objetivo, claro, preciso y conciso). El estilo incorrecto, en cambio, es el que cae en errores gramaticales y utiliza giros y frases no relacionadas con el texto, llegando, incluso, a la ultrapuntuación.
“Debemos escribir como periodistas, no como políticos, abogados o economistas”, recomienda el Libro de Estilo de El País (2), y si echamos una ojeada al periódico y lo comparamos con un edicto, notaremos la diferencia. En realidad el fin es no caer en una redacción literaria ni en una coloquial, sino mantenerse en medio (3).
Ahora, dependiendo del subgénero o género que elijamos para dar a conocer un hecho, tenemos licencia en ciertas cosas y límites en otras. Por ejemplo, en la noticia no se puede opinar, por el contrario, el leguaje debe ser objetivo, ágil y escrito en tercera persona; en el reportaje, aparte de incluir una entrada “gancho” y de tener rigor en la información, se permiten giros literarios, lo que no sucede en la noticia; y una crónica da más libertad al estilo personal, pero de una manera cronológica en el tiempo, además de que aprueba la primera persona. Si mezclamos una cosa con la otra, lógicamente, estaremos cayendo en un estilo incorrecto. Hay muchas otras recomendaciones que hacen los autores, pero ése debe ser parte de un trabajo más extenso.
Para concluir, cuando una persona tiene dominio del Estilo Periodístico correcto, puede optar por buscar un estilo personal incluso en las noticias. Sin embargo, para lograrlo, debe pasar por la etapa previa, sino se estará cayendo en lo incorrecto.
(1) Grijelmo 1997:303
(2) El País1990:12
(3) Efe 2001: 18
El diccionario define al estilo como el modo de escribir de alguien, y Álex Grijelmo coincide con ello al afirmar que toda persona mostrará necesariamente un estilo. Sin embargo, esto no significa escribir incorrectamente, por eso el mismo Grijelmo hace una distinción entre el estilo correcto y el incorrecto (1).
Para simplificar, el Estilo Periodístico correcto es el que hace caso de la gramática, de las normas sintácticas y de un lenguaje característico del Periodismo (objetivo, claro, preciso y conciso). El estilo incorrecto, en cambio, es el que cae en errores gramaticales y utiliza giros y frases no relacionadas con el texto, llegando, incluso, a la ultrapuntuación.
“Debemos escribir como periodistas, no como políticos, abogados o economistas”, recomienda el Libro de Estilo de El País (2), y si echamos una ojeada al periódico y lo comparamos con un edicto, notaremos la diferencia. En realidad el fin es no caer en una redacción literaria ni en una coloquial, sino mantenerse en medio (3).
Ahora, dependiendo del subgénero o género que elijamos para dar a conocer un hecho, tenemos licencia en ciertas cosas y límites en otras. Por ejemplo, en la noticia no se puede opinar, por el contrario, el leguaje debe ser objetivo, ágil y escrito en tercera persona; en el reportaje, aparte de incluir una entrada “gancho” y de tener rigor en la información, se permiten giros literarios, lo que no sucede en la noticia; y una crónica da más libertad al estilo personal, pero de una manera cronológica en el tiempo, además de que aprueba la primera persona. Si mezclamos una cosa con la otra, lógicamente, estaremos cayendo en un estilo incorrecto. Hay muchas otras recomendaciones que hacen los autores, pero ése debe ser parte de un trabajo más extenso.
Para concluir, cuando una persona tiene dominio del Estilo Periodístico correcto, puede optar por buscar un estilo personal incluso en las noticias. Sin embargo, para lograrlo, debe pasar por la etapa previa, sino se estará cayendo en lo incorrecto.
(1) Grijelmo 1997:303
(2) El País1990:12
(3) Efe 2001: 18
"Pautas de redacción periodística", el manual de estilo de La Prensa
Bolivia, al igual que otros países, contribuye al buen uso del idioma español en los medios de comunicación. Una muestra de ello es el libro Pautas de redacción periodística, editada en 2005 por el periódico La Prensa.
Escrita por Luz Crspín y Miguel Tamayo, el texto disipa en un poco más de 60 páginas varias dudas sobre los errores de redacción más frecuentes que se cometen en el periodismo nacional. Faltas que van desde el uso de la tilde en algunos nombres, hasta la correcta utilización de algunos verbos generalmente mal empleados.
Lo interesante es que no se trata del único manual de redacción, pues en su bibliografía se menciona una guía de estilo perteneciente al desaparecido matutino Última Hora.
El filólogo Alberto Gómez Font, en su artículo Libros de estilo, necesidad de un acuerdo, se refiere a estas publicaciones como las "verdaderas guías de uso del español actual" por su empleo en los medios de comunicación y la influencia que éstos tienen en la gente. Asimismo, manifiesta su afán por recolectar una lista de todos los manuales existentes en el mundo.
En esta relación de textos existen 163 obras, y Bolivia no figura en ella. Pero hoy puede hacer un par de contribuciones con la Guía de estilo Última Hora (1995) y Pautas de redacción periodística (2005).
viernes, 7 de agosto de 2009
Estructura y redacción del reportaje
Gabriel García Márquez
Definiciones previas
Los géneros interpretativos combinan la información con la opinión y de ese cóctel surgen las crónicas, los reportajes interpretativos, las entrevistas, etc. El reportaje objetivo cumple en gran parte las mismas funciones que la noticia. Presenta bastantes elementos comunes, sobre todo que el periodista mantiene una perspectiva de distancia en la presentación de los hechos. Es un relato descriptivo que no debe incluir opiniones personales o valoraciones del redactor. Quizá el rasgo característico más evidente en comparación con la noticia es que su extensión generalmente es mayor. El reportaje, por tanto, permite al periodista ofrecer un mayor número de datos complementarios que cuando redacta una noticia en la que debe ceñirse a los elementos esenciales, dada la limitación de espacio con la que trabaja.
También encontrábamos diferencias en lo que se refiere al lenguaje. En el caso de la noticia ya sabemos que se aplican unas normas estrictas y un lenguaje bastante definido (sobre todo en las de agencia). En el reportaje el periodista disfruta de una mayor libertad expresiva siempre limitada por la función de informar. Si escribimos un reportaje, podremos utilizar algunas estructuras sintácticas poco frecuentes en las noticias, o elaborar descripciones más creativas, pero no nos podemos olvidar que nuestra función es ante todo informar con profundidad al lector de unos hechos determinados. Si nuestra creatividad supone una dificultad añadida para que el lector pueda recibir esos datos informativos de un modo claro y directo, nos habremos equivocado en el planteamiento.
El reportaje informativo constaba de dos partes: el lead o entradilla, y el cuerpo del mismo. El lead del reportaje pretende ganar la atención del lector desde la primera frase, a diferencia del lead de la noticia que tiene como función prioritaria condensar la esencia de la noticia. No es necesario que la entradilla del reportaje reúna los datos esenciales de los acontecimientos o hechos que se describen. Pretende atrapar el interés del lector para que continúe la lectura del reportaje. Para ello puede aplicar distintas fórmulas de lead utilizando: la ironía, el contraste o la sorpresa. Cuando lo consideremos oportuno podremos utilizar también el lead informativo característico de la noticia.
En el cuerpo del reportaje el periodista tampoco tiene que ceñirse a la estructura de la pirámide invertida casi obligatoria en las noticias. Además de aplicar esta estructura cuando la estime conveniente, el redactor puede combinar datos esenciales con datos complementarios para mantener el interés del lector y la intensidad del relato. Tengamos siempre en cuenta que en el reportaje no es obligatoria la exposición de los datos en estricto orden decreciente de importancia.
El otro gran tipo de reportaje, y la estrella de hoy, es el reportaje interpretativo que sí presenta unas diferencias muy significativas frente al objetivo. El reportaje interpretativo pertenece a los llamados géneros híbridos o interpretativos, combinando componentes propios de los géneros informativos con otros utilizados en los géneros de opinión.
En el reportaje interpretativo el periodista relata un hecho de actualidad pero introduce también determinados juicios de valor. El periodista se permite abandonar su compromiso de permanecer ausente de la información utilizando elementos subjetivos. El movimiento llamado "Nuevo periodismo", que surgió en EEUU en los años 60, desarrolló este tipo de reportajes rompiendo muchos de los tabúes y normas que regían el periodismo (entraremos más en profundidad en esta escuela periodística cuando tratemos el reportaje novelado y otras maravillas del nuevo periodismo).
Los reportajes interpretativos suelen tener una gran creatividad: la libertad lingüística es total, la estructura del relato es libre. El autor puede llegar a recrearse con su propio estilo literario buscando la originalidad. Todo, o casi todo, le está permitido siempre y cuando interese al lector. En España tenemos grandes autores de este tipo de reportajes; por citar alguno, destacan los de Juan José Millás o Manuel Rivas en las páginas del suplemento dominical de El País.
El reportaje interpretativo
Igual que la noticia tiene su género interpretativo en la crónica, el reportaje también puede experimentar esa transformación. No es lo más usual, puesto que el motivo de un reportaje suele radicar en algún acontecimiento cercano y único, mientras que la crónica -cuyo nombre, como ya vimos, está relacionado con cronos, (tiempo) en griego- suele buscar antecedentes y consecuencias, yendo de adelante hacia atrás y viceversa, aunque se refiera a un hecho ocurrido en el día.
El reportaje interpretativo encuentra su mejor acomodo en las publicaciones semanales, quincenales y mensuales (lo que no quiere decir que se excluya de los diarios, principalmente si disponen de suplementos con esa periodicidad). En ellas parece más lógico que el reportero afronte su trabajo teniendo en cuenta un mayor periodo de tiempo, un “cronos” que, además, le permite escribir con distinta presión de cierre de la que rodea al reportero de un diario. Asimismo, el reportero de un semanario tiene la ventaja de apreciar las consecuencias que tuvo dos días más tarde lo que ocurrió hace exactamente tres, y de incluirlo todo ello en un mismo trabajo. Es decir, puede interpretar lo acontecido un día según la evolución inmediatamente posterior. El reportero de un diario también podría utilizar esa ventaja, pero después de haberse pronunciado ya el día en cuestión.
Para el reportaje interpretativo pueden valer las técnicas de las que hemos hablado en las respectivas entregas sobre el reportaje informativo y sobre la crónica. En resumen, harán falta un hilo conductor y mucho cuidado a la hora de calificar los hechos y las personas.
Vemos a renglón seguido un ejemplo:
“¿Qué ha sido del temible Ejército Rojo, orgullo de
(Cambio 16, 10 de febrero de 1997. Silvana Pasquier / Alla Chevenika).
El reportaje interpretativo lleva noticias y entrevistas; puede reunir en su desarrollo a todos los géneros periodísticos; constituye el examen de un tema en el que se proporcionan antecedentes, comparaciones, derivaciones y consecuencias de tal manera que el asunto queda trazado con amplitud y en forma cabal.
Pasos del reportaje
Entre las fases que algunos autores (como Ulibarri, Rojas Avendaño, Vivaldi y Riva Palacio) advierten en la realización del reportaje, están:
1) Elegir el tema, que nace a partir de una idea.
2) Trazar objetivos y enfoque del trabajo.
3) Programar y desarrollar la investigación, incluyendo todo tipo de fuentes: hemerográficas, bibliográficas, documentales, personales, etcétera.
4) Procesar, seleccionar y jerarquizar información: datos básicos y de actualidad, testimonios, ambientes, sobre personas, conceptos, interpretaciones...
5) Estructurar contenido y escribir el reportaje.
6) Publicar.
De manera sintética esas seis etapas pueden resumirse en tres pasos: definición temática, investigación y procesamiento, y escritura y publicación.
Elección temática
Respecto de la elección del asunto por desarrollar, distinguiremos dos tipos de reportaje: los que surgen a partir de las noticias del momento, y aquellos que los periodistas emprenden por propia iniciativa. De hecho, podemos considerar tanto al reportaje informativo como al interpretativo como la profundización contextualizada y enriquecida de la noticia. A su vez, los trabajos periodísticos que no nacen de la actualidad deben su existencia a intereses e inquietudes del propio reportero o editor, en ocasiones a partir de providenciales lecturas o pistas de interés halladas al revisar archivos.
En este contexto, de acuerdo con William Blundell, para responder al porqué y cómo de un suceso, resulta pertinente planear el reportaje en función de seis puntos:
1. Historia: cómo se relaciona el pasado con lo que ocurre hoy.
2. Alcance: qué tan generalizado y variado es el fenómeno, a quién afecta y de qué manera.
3. Causas: por qué motivo ocurre hoy ese hecho.
4. Impacto: cuáles son las consecuencias.
5. Contracorrientes: qué dicen y hacen fuerzas contrarias.
6. Futuro: qué podría suceder en ciertos casos y si no se resuelve el problema en cuestión.
La investigación periodística, por su parte, requiere de un proceso de planificación. Para introducirse en algún tema, se recomienda acudir primero a la hemeroteca o a bancos de datos o navegar en el ciberespacio, con el propósito de hallar y extraer información de apoyo sobre los antecedentes de un asunto determinado y gracias a la cual podría tener una perspectiva sobre lo que se ha publicado, omitido o soslayado del mismo.
Posteriormente, vale la pena rastrear, revisar, leer y marcar libros, revistas y toda clase de documentos referentes al tema. Y para redondear el trabajo investigativo, resulta imprescindible entablar contacto directo con protagonistas de la información y concertar entrevistas, sondeos, indagaciones, y rescatar puntos de vista e interpretaciones tanto de ellos como de testigos, contrapartes, expertos, representantes, y con toda persona que pueda facilitar más informes, opiniones o testimonios de interés. Raymundo Riva Palacio asegura que las pesquisas han de concluir cuando el periodista sepa más sobre el tema que sus interlocutores.
Una vez reunido todo ese caudal informativo, el reportero debe establecer criterios para su jerarquización y procesamiento de acuerdo con el enfoque y los objetivos previamente marcados.
Redacción y estructuras
Al respecto, Gabriel García Márquez resalta con acierto: “El reportaje es como una salchicha: debes saber dónde empieza y dónde acaba. Porque si no, lo vas llenando de datos y nunca terminas”.
Y en efecto: es conveniente trazar un esquema previo antes de emprender la redacción, a fin de no perderse en el cúmulo de datos, establecer las etapas más importantes, y darle unidad y coherencia al relato. Tal esquema o estructura de contenido incluye:
a) Entrada,
b) introducción o contexto del asunto,
c) desarrollo y
d) conclusión o remate.
Entradas. Las mejores entradas son como los umbrales de las galerías comerciales: misteriosas. Dejan al transeúnte -en este caso al lector- en suspenso y con la curiosidad de conocer qué hay dentro; en suma, lo dejan con una pregunta sin respuesta en la mente. El propósito es llevar al lector a leer el siguiente párrafo y muchas veces, si se tiene éxito, a todos los demás párrafos.
García Márquez prefiere la entrada anecdótica: “Piensa en la anécdota que más te impresionó y escríbela. Siempre es difícil, pero siempre sale”.
Aquí podéis ver una completa tipología de las entradas periodísticas:
a) Noticiosa, sintética o de panorama: resumen del asunto o visión panorámica de lo que se va a tratar.
b) Descriptiva: pinta escenarios donde se desarrollará el reportaje.
c) Histórica o narrativa: empieza relatando un suceso en plan secuencial.
d) Contrastada: ofrece elementos de comparación o contraste en torno al tema.
e) Analógica: presenta comparación o contraste, pero a manera de metáforas.
f) De definición: define los principales elementos del trabajo periodístico.
g) De juicio: plantea juicios o críticas u opiniones del reportero sobre el asunto por abordar.
h) De detalle: resalta un pequeño pormenor (escena, frase, anécdota, diálogo, etcétera) para enganchar al lector.
i) Coloquial: con una pregunta u otro tipo de expresión que busca involucrar al lector, sugiere un diálogo con el mismo.
j) De cita: refiere una declaración central como hilo conductor del reportaje.
Desarrollo. Existen varias estructuras para organizar el desarrollo del reportaje:
a) Por bloques temáticos: breves asuntos específicos que se van concatenando a lo largo del texto.
b) Cronológica: en el orden que ocurrieron los hechos; muy similar a la crónica.
c) Dialéctica: utiliza más puntos de vista que información y sobre ciertos puntos se van tejiendo contrastes, similitudes, diferencias...
d) En orden a la investigación: se refieren las aristas informativas de acuerdo a como se han encontrado.
e) Enigmática: busca crear suspenso narrativo y en función de ello se organiza y presenta la información.
f) Por elementos de investigación: sea por personas, documentos o lugares.
g) Por fuentes: conforme a la calidad noticiosa o relevancia de los informantes o documentos.
h) Por escenas: narra y describe acontecimientos, personas o lugares para fundamentar el problema en cuestión.
i) Coloquial: libertad en su presentación y sin orden definido; las circunstancias imponen la secuencia del relato; muy usada por escritores.
Es importante señalar que en torno a tales estructuras no existen linderos inamovibles. Por tanto, el reportero, si así lo considera conveniente para los fines de su trabajo y lo hace dándole una coherencia interna, puede tomar lo mejor de alguna o algunas de las estructuras arriba expuestas.
En el cuerpo o desarrollo, entonces, el periodista sustenta el enfoque ideado desde el principio, en función del cual va enlazando los elementos informativos, analíticos, opinativos y de interpretación para dar cuenta cabal del asunto tratado y luego concluir con un broche de oro conocido como remate o cierre.
Subtítulos. Éstos son altos en el camino del texto que sirven para:
1. Ordenar: agrupando tramos de un texto extenso referidos a un mismo aspecto. Esto también se refiere al ordenamiento mental del lector.
Puede ocurrir que al terminar el texto, una vez que lo revisemos, descubramos que uno o más subtítulos deben ser suprimidos o, también, que notemos que falta un subtítulo en una zona del cuerpo de texto. Las divisiones que otorgan los subtítulos sólo serán funcionales y correctas en la medida en que las partes que lo constituyen se mantengan ligadas, aun cuando se opongan o contrasten. Además, hay que cuidar que el texto que secunda al subtítulo no responda a un tema distinto del principal del reportaje.
Remates. El remate viene a ser como el tiro de gracia para un condenado o la única y gran cereza del pastel: puede subrayar, sintetizar, sugerir, redondear, proyectar... Lo importante del cierre consiste en que significa la despedida del lector y por ello necesita ser breve, significativo y memorable.
Algunos tipos de remate son los siguientes:
a) De retorno: cierra con el elemento informativo referido en la entrada.
b) De conclusión: sintetiza conclusiones lógicas.
c) De sugerencia o llamamiento: se aconseja o se sugiere.
d) De detalle: pequeño elemento "puede ser una anécdota" que resume el contenido del reportaje.
e) Rotundo: frase u oración enfática que refleja el sentido de la investigación.
El reportaje, en suma, constituye el género periodístico con mayor exigencia investigativa; que ofrece total libertad para desarrollar un estilo literario; y gracias al cual se conocen a los verdaderos escritores del periodismo.
Rompiendo la estructura
Un texto debe tener vida. La vida es movimiento, se constituye por altos y bajos, por tensiones y distensiones. Un texto también. Un reportaje debe tener este desarrollo móvil; debe mostrar que en él hay vida, nervios, jugos, fluidos, amores, odios y pasiones. Un reportaje debe tener un inicio, un desarrollo, un clímax y un cierre, no importa cuál sea su orden. Se puede comenzar por el cierre, seguir por el inicio, continuar con el desarrollo y acabar con el clímax. Se puede jugar, la curva dramática la dibuja y la define el periodista. Este es el momento para jugar con el "flash-back" y el "racco".
Como autores debemos saber lo que irá ocurriendo en el texto, pero jamás debemos anticipárselo al lector... ya saben, no queremos que nuestro trabajo termine como envoltura de pescado. Cualquier anticipación que hagamos evitará que el lector se asombre o emocione con lo que viene; se romperá la magia y el juego de seducción.
Después de enunciar algo general, podemos pasar a un detalle. Pero ir de un detalle hacia lo generales infinitamente más difícil y requiere que la particularidad sea realmente determinante en la generalidad.
Cuando hablamos demás aburrimos. Nos arriesgamos a que el lector nos abandone. "Cuál es el límite" Sólo debemos explicarle al lector aquello que realmente amerite explicación. Hay que saber diferenciar lo accesorio de lo principal; escribir más de algo no siempre agrega información.
Utilizar recursos literarios como la metáfora y la comparación enriquecerá el texto siempre y cuando el recurso sea acertado y creativo. Por ejemplo, decir que "esta mujer tiene un cabello dorado como el trigo maduro en una tarde de estío" es jugar con la metáfora y la comparación de un modo demasiado poco creativo, pues este tipo de metáforas y comparaciones fueron muy utilizadas por los románticos. Pero decir que "su pelo amarillo natural se enrosca como el humo de un puro expuesto a una leve corriente de aire" es creativo, atrae y mueve.
La imagen es otro recurso literario que podemos usar para crear efectos de alto interés para nuestros lectores. La imagen es más potente que la metáfora y la comparación, pues recrea un hecho verdaderamente ocurrido en el pasado, reinyectándole fuerza viva. Cómo se accede a la imagen: mediante la reconstrucción de escenas y diálogos. Así de simple. Eso sí, es reconstrucción, recreación, no creación ni construcción; es verdad, no creación imaginaria. Aquí generalmente se utiliza el presente como tiempo verbal, pues es más directo y provoca más choque y emoción.
Y ya que hemos tocado, aunque tangencialmente, el tema de los tiempos verbales, hay que recordar que cada vez que escribimos, debemos mantener la continuidad verbal en nuestro texto. Ojo, esto no es nada fácil. Por lo mismo, no basta con intentar lograrlo mientras vamos escribiendo, debemos poner especial atención en esto en el momento de la corrección y edición.
Cada vez que escribimos debemos tener en cuenta las expectativas y aspiraciones del lector. Es bueno detenerse cada cierto punto para pensar en las dudas que le podrían surgir al lector a través de la lectura. Si descubrimos que no hemos dado respuesta a alguna de estas dudas, volvamos atrás y busquemos la forma de hacerlo. Recordemos que escribimos para otros y esos otros no saben todo lo que nosotros sabemos respecto del tema que hemos investigado.
Finalmente, una vez concluida la redacción total del reportaje debemos revisarlo, corregir las faltas de ortografía, redacción y contenido. Eliminar todos los ripios, todo lo que sobra y redunda. Cerciorarnos de que todos los párrafos están perfectamente encadenados, que las oraciones y párrafos tienen sentido, que se entienden por sí solas y en el contexto. Debemos EDITAR. Tras la primera edición es aconsejable que sometamos el texto a la revisión de alguien que sabe más que nosotros (para que nos corrija críticamente) o que no conoce nada sobre el tema (para ver si entendió lo que expusimos y si entendió exactamente lo que nosotros le queríamos comunicar).
El paso siguiente es la impresión y de eso se encargarán las rotativas o los servidores de Internet.
El Reportaje interpretativo
Escuela de Escritores: Cursos de redacción y creación literaria Derechos Reservados.
domingo, 5 de julio de 2009
Tipos de leads para reportajes
Lead noticioso o del sumario
Lead de la anécdota
Lead descriptivo o de la pintura
Lead del contraste (analogía)
Lead de la metáfora (asociación de ideas)
Lead del envoltorio de datos
Lead de la pregunta
Lead de la cita
Lead del golpe
Lead del juicio
Lead de agenda, histórico o narrativo
Lead de la extravagancia (metafórico)
Lead del diálogo
Lead del telón de fondo
Un lead de reportaje no está obligado a encajar en una de estas clasificaciones; más bien pueden combinarse entre sí. En cambio, a excepción de la entrada noticiosa, deben comenzar por un hecho particular relacionado con el tema y mantener su concepto de atracción a fin de enganchar al lector.
Lead de la anécdota
Lead descriptivo o de la pintura
Lead del contraste (analogía)
Lead de la metáfora (asociación de ideas)
Lead del envoltorio de datos
Lead de la pregunta
Lead de la cita
Lead del golpe
Lead del juicio
Lead de agenda, histórico o narrativo
Lead de la extravagancia (metafórico)
Lead del diálogo
Lead del telón de fondo
Un lead de reportaje no está obligado a encajar en una de estas clasificaciones; más bien pueden combinarse entre sí. En cambio, a excepción de la entrada noticiosa, deben comenzar por un hecho particular relacionado con el tema y mantener su concepto de atracción a fin de enganchar al lector.
El lead de la anécdota en el reportaje
La entrada anecdótica es la preferida de Gabriel García Márquez. “Piensa en la anécdota que más te impresionó y escríbela. Siempre es difícil, pero siempre sale”, recomienda el Premio Nobel colombiano. En el mismo sentido, Álex Grijelmo nos sugiere: “es mejor echar un vistazo, sin consultar las notas, a todos los apuntes que hemos retenido mentalmente sobre el tema en cuestión. En la amalgama de información obtenida sobresaldrán generalmente un par de anécdotas, un hecho extraño, un chiste, una situación dramática, una paradoja, la descripción de un espacio,,, Ya tenemos algo” (1997:62). Veamos ese ejemplo:
El conejo Ricky, un niño que nunca creció
“Carmen no se cambiaba por nadie. Iba a cumplir ocho años y sus papás querían hacer realidad su gran sueño: celebrar su fiesta con el Conejo Ricky. Era mayo de 1983 cuando esperaba en la sala a que apareciese el personaje con cola de algodón. Llegaban sus amigos, la música sonaba y los regalos llovían. A ella sólo le importaba tocar esas enormes orejas blancas. De pronto, escuchó que alguien decía que el personaje de la tele había llegado y estaba allí.”
“La pequeña Carmen no pudo contenerse y corrió hacia uno de los cuartos, que tenía la puerta entreabierta. Con los ojos afilados se acercó y vio que alguien se acomodaba las orejas. La niña se alejó y luego de unos pasos no aguantó más el llanto. Su madre preguntó qué le pasaba. ‘No sabes’, respondió con lágrimas la niña, ‘¡El Conejo Ricky es humano, mamá!’.” (Escape 23/10/2005, p 8, Miguel Vargas).
Analizando esta entradilla, obtendremos lo siguiente: tipo de lead: anécdota; tema general, la vida del conejo Ricky, un personaje de la televisión infantil; tema particular (base del lead), la decepción de una niña al ver que el personaje de la tele era un humano y no un conejo, esta última es la anécdota que más sobresalió y creyó el autor que era conveniente para enganchar al lector.
No obstante, según el libro de estilo de El País, “las anécdotas irrelevantes son un pobre recurso que debe evitarse. No así las que tengan un claro valor simbólico” (1900:34). A esto Grijelmo añade: “las anécdotas aparecerán como lo más peligroso. Para comenzar un reportaje con un acaecimiento curioso, éste deberá resultar significativo en el hilo argumental que deseemos mantener, no sirve empezar con una anécdota irrelevante que se queda ahí” (1997:62). Debemos considerar estas recomendaciones cuando pensemos en un lead de estas características. En nuestro ejemplo, la anécdota cumple con estos consejos y gana en efectividad comparándolas con las otras contadas en el cuerpo. Habrá, entonces, que medir la relevancia de nuestro lead cuando decidamos tomar este rumbo.
La siguiente entrada también cuenta una anécdota, y es muy relevante, el mismo título lo sugiere. Resulta que en este poblado existen dos alcaldes, el lead hace énfasis en los inicios de esta peculiar situación, un detalle que cualquiera se preguntaría.
Santa Rosa de Roca, donde todo es posible
“El acuerdo de paz se selló al mediodía. Entonces Braulio y Miguel Ángel Vaca Díez, en pugna por la silla edil, dejaron las amenazas de crucifixión y los bloqueos a la carretera que conecta la Chiquitania con la ciudad de Santa Cruz. Luego del almuerzo familiar, los dos primos saldaron el conflicto —el 2005— con una salomónica decisión: agregar un segundo escritorio al despacho de Agente Municipal y dividir el sueldo a 1.800 bolivianos. Desde ese día, ambos reciben oficialmente a los visitantes.” (Escape 5/3/06, p 5, Javier Badani)
El conejo Ricky, un niño que nunca creció
“Carmen no se cambiaba por nadie. Iba a cumplir ocho años y sus papás querían hacer realidad su gran sueño: celebrar su fiesta con el Conejo Ricky. Era mayo de 1983 cuando esperaba en la sala a que apareciese el personaje con cola de algodón. Llegaban sus amigos, la música sonaba y los regalos llovían. A ella sólo le importaba tocar esas enormes orejas blancas. De pronto, escuchó que alguien decía que el personaje de la tele había llegado y estaba allí.”
“La pequeña Carmen no pudo contenerse y corrió hacia uno de los cuartos, que tenía la puerta entreabierta. Con los ojos afilados se acercó y vio que alguien se acomodaba las orejas. La niña se alejó y luego de unos pasos no aguantó más el llanto. Su madre preguntó qué le pasaba. ‘No sabes’, respondió con lágrimas la niña, ‘¡El Conejo Ricky es humano, mamá!’.” (Escape 23/10/2005, p 8, Miguel Vargas).
Analizando esta entradilla, obtendremos lo siguiente: tipo de lead: anécdota; tema general, la vida del conejo Ricky, un personaje de la televisión infantil; tema particular (base del lead), la decepción de una niña al ver que el personaje de la tele era un humano y no un conejo, esta última es la anécdota que más sobresalió y creyó el autor que era conveniente para enganchar al lector.
No obstante, según el libro de estilo de El País, “las anécdotas irrelevantes son un pobre recurso que debe evitarse. No así las que tengan un claro valor simbólico” (1900:34). A esto Grijelmo añade: “las anécdotas aparecerán como lo más peligroso. Para comenzar un reportaje con un acaecimiento curioso, éste deberá resultar significativo en el hilo argumental que deseemos mantener, no sirve empezar con una anécdota irrelevante que se queda ahí” (1997:62). Debemos considerar estas recomendaciones cuando pensemos en un lead de estas características. En nuestro ejemplo, la anécdota cumple con estos consejos y gana en efectividad comparándolas con las otras contadas en el cuerpo. Habrá, entonces, que medir la relevancia de nuestro lead cuando decidamos tomar este rumbo.
La siguiente entrada también cuenta una anécdota, y es muy relevante, el mismo título lo sugiere. Resulta que en este poblado existen dos alcaldes, el lead hace énfasis en los inicios de esta peculiar situación, un detalle que cualquiera se preguntaría.
Santa Rosa de Roca, donde todo es posible
“El acuerdo de paz se selló al mediodía. Entonces Braulio y Miguel Ángel Vaca Díez, en pugna por la silla edil, dejaron las amenazas de crucifixión y los bloqueos a la carretera que conecta la Chiquitania con la ciudad de Santa Cruz. Luego del almuerzo familiar, los dos primos saldaron el conflicto —el 2005— con una salomónica decisión: agregar un segundo escritorio al despacho de Agente Municipal y dividir el sueldo a 1.800 bolivianos. Desde ese día, ambos reciben oficialmente a los visitantes.” (Escape 5/3/06, p 5, Javier Badani)
Lead noticioso o del sumario en el reportaje
El 80% de la droga boliviana llega a manos de las mafias brasileñas
jueves, 2 de julio de 2009
Ejemplo de crónica: Michael Jackson en Zaragoza
Michael Jackson alborota Zaragoza
J. TORRONTEGUI, - Zaragoza
EL PAÍS - Última - 24-09-1996
La "Divinidad en movimiento", como reza una de las pancartas que le recibió en el aeropuerto de Zaragoza y pende de una valla junto a su hotel, está desde las 16.48 en tierra española, en suelo aragonés, para participar esta noche en el único recital que dará en territorio de
Medio millar de adolescentes se agolparon junto a las verjas. Más privilegiadas fueron las autoridades locales, que sí estrecharon el guante blanco de Jackson. Guiados en todo momento por Pino Sagliocco, el productor del concierto, un teniente de alcalde, dos concejales, varios responsables de área y hasta la secretaria de la alcaldesa Luisa Fernanda Rudi aguantaron estoicos los vaivenes del horario de llegada. Entre los más satisfechos, Juan Bolea, concejal de Cultura de Zaragoza, artífice de la hazaña de que Jackson cante y baile hoy en el estadio de
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