domingo, 3 de julio de 2011

Entrenando el olfato periodístico

La herramienta del periodista es la escritura. Pero para poder utilizar una herramienta adecuadamente hay que saber qué se pretende hacer con ella, cuál es el objetivo de la operación. A trabajar bien se empieza pensando bien.

La habilidad fundamental del periodista no es (solamente) redactar noticias. Lo que decide si alguien es o no periodista es su sentido de la noticia. Un buen periodista es quien sabe lo que es noticia, sabe cómo conseguirla, y sabe cómo redactarla para que la lea (o vea, o escuche) su público.

El proceso de decidir lo que es o no es noticia es el que con más frecuencia hay que aplicar en el ejercicio de la profesión. Su mejor o peor asimilación define la condición de un buen o un mal periodista, más que el saber redactar noticias.
Es lo que se llama tener olfato periodístico: la posibilidad de decidir rápidamente, sin dudas ni vacilaciones, lo que el público debe y/o quiere saber. El olfato periodístico no se compra en las farmacias ni se aprende: lo posee uno si es vocacionalmente periodista y se desarrolla, entrena y perfecciona con el estudio y la práctica. Y sobre todo, con la asunción de la mentalidad de periodista, que empieza por vivir, dia a día, y durante todo el día, sumergido en el mundo noticioso. Es obligación de todo estudiante de periodismo leer la prensa cada día (mejor varios diarios), ver los informativos (diarios y no diarios) de la televisión y escuchar las noticias y magazines noticiosos de las radios. El estudiante de periodismo debe:

- Conocer el universo informativo de su entorno y el internacional

-Estar al corriente de la actualidad    

-Reflexionar sobre ella y el tratamiento que de ella hacen los medios

-Construirse sus propias opiniones y reflexiones sobre la práctica periodística que observa en los medios:  ¿qué hubiera hecho yo ¿cómo lo hubiera hecho yo?

He encontrado a veces alumnos que me miran extrañados cuando les digo que tienen la obligación de comprar el periódico cada día. Tal extrañeza es absurda: lo menos que puede esperarse de quien quiere ser periodista es que le gusten los periódicos. Si no te atraen los periódicos y todos los productos informativos, si no tienes la pasión de ver “cómo son por dentro”, de toquetearlos y hacerlos tuyos, dedícate a otra cosa y punto.

Estas cuatro obligaciones del estudiante de periodismo son las líneas prácticas que le ayudarán a desarrollar su olfato periodístico, a familiarizarle con su futura profesión y a profundizar en su aprendizaje. Las prácticas de periodismo no solamente se realizan en el aula de prácticas de la facultad: se hacen todo el día en todas partes. No se es periodista durante una jornada de estudio o trabajo, se es periodista todo el día, cada día de tu vida. El que no esté dispuesto a ello, que escoja otro oficio. Ponerse por menos es ser mediocre y fracasar.

Lo fundamental en esa observación de la actualidad y la realidad es mirar la realidad con ojos crìticos. Ese es el punto de partida del cual se despliega el sentido del olfato periodístico. Cumplir esas cuatro obligaciones desarrollando una mirada crítica hacia la realidad es el camino que nos llevará a convertirnos en periodistas.

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