domingo, 6 de marzo de 2011

El mito del "lead"

La conocida estructuración de la nota periodística exige un primer párrafo que responda a las preguntas  básicas de lugar, tiempo, sujeto de la acción y modo de la acción. Ese párrafo es llamado convencionalmente lead.

Esta estructura nos lleva al problema de qué precede a qué, ¿el huevo o la gallina?, pues supone la inexistencia de los antecedentes de los que trata la noticia o más bien la ilusión de una ausencia-presencia de éstos.

Al mejor estilo del Deus Absconditus (Dios Oculto) de Lutero, que plantea una divinidad que no está ahí y sin embargo lo está, el lead vela las circunstancias previas de una nota tal como el velo de la naturaleza visible cubre al dios revelatus-absconditus sustituyéndolo. Pero como Babieca dijo a Rocinante en las páginas previas de El Quijote: “metafísico estáis”, así que dejemos la teología a un lado y volvamos al lead.

Tres mitos de creación (el de Ovidio en sus Metamorfosis, del Génesis y del Popol Vuh) coinciden en que “al principio” no es que no hubiese nada, sino que todo estaba “mezclado” (significado verdadero de “caos”) y viene una divinidad y separa ese revoltijo preexistente: “arriba yo, abajo los hombres; arriba cielo, abajo tierra, etc.”. Antecedentes hasta en los mitos de creación. Pero, como hubiese dicho un Babieca anacrónico a Rocinante: “Cosmogónico estáis”, así que dejemos la mitología y volvamos a nuestros zapatos, es decir al lead.

En el Impresionismo se pone en escena la distancia del “punto de vista” respecto del lienzo. Lo que está en juego aquí, entonces, es una “irrealidad” que de lejos no parece tal (un cuadro impresionista de lejos se ve muy “fiel” a una representación de lo real, de cerca se aprecia que las formas se diluyen, se mezclan o se separan de manera imprecisa, con pinceladas deliberadamente mal disimuladas): anteponerse incluso en lo crudamente visible. Pero como diría un Babieca improbable a Rocinante: “¡pictórico estáis”, así que volvamos al lead.

La influencia en la historia de la literatura, la música, la filosofía, los discursos científicos, etc.  muestra que no hay “obra”, proposición o tesis  (lead en nuestro caso discursivo) que no tenga un ascendente del pasado, del que si no se hace mención lo demás realmente deviene incomprensible. Tal el problema del huevo o la gallina. Pero como diría un Babieca imposible a Rocinante: ¡avícola estáis, mi rocín, asaz medraríais en volviendo al lead!

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